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El anhelo del triunfo
Boxear es cumplir un objetivo, llegar a la meta. Antes de subir al ring, el trabajo es minucioso: se vendan puños, se alista el vestuario. Las semanas en el gimnasio quedaron atrás: Hoy es día de pelear, de ganar, de bajar a pie. Un minuto de concentración nunca estará por demás. El silencio es la mejor compañía antes de salir ante el público. Rumbo al cuadrilátero, las quijadas se aprietan y el cuerpo (fibroso) suele temblar. Es el nervio pasajero. Es el box. Luego se levantará la mano del triunfador, que este dos de abril de 2016, en Tlalnepantla de Baz, es el Jhonny González.