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Inauguran Banco Comunitario de Semillas en Oaxaca

Los bancos son indispensables debido a la diversidad de plantas y pueblos originarios, aquí hay un vínculo directo entre los procesos de evolución de las plantas y de sus habitantes, gracias a la producción de alimentos, la agricultura y la colección varias especies de plantas en diferentes ecosistemas.

Recientemente se inauguró el Banco Comunitario de Semillas en el ejido Unión Zapata del estado de Oaxaca, “este tipo de proyectos son únicos porque se vuelven un espacio de discusión e intercambio, no sólo de semillas, sino de conocimiento, además permite defender los territorios”, asegura Girmey López Martínez, experto regional del Proyecto Agrobiodiversidad Mexicana en Oaxaca.

En entrevista, Girmey asegura que proteger las especies de semillas permite la vigencia de otras, incluso muchas aves, insectos y mamíferos pequeños dependen de los ecosistemas manejados por el hombre, “hay una convivencia real entre las especies silvestres, los agroecosistemas, ecosistemas y los campesinos, para poder mantener este ciclo que relaciona al hombre con la naturaleza y las formas de trabajo y vinculo, es necesario resguardar todas estas especies”.

Agrega que también hay una relación de tipo social con estos proyectos pues en el mundo campesino los bancos de semillas existen de manera individual o en familia cuando el productor guarda su semilla, aunque es una práctica común lo que no es común es que existan bancos comunitarios, es decir, más allá de la familia, al hacerlo a nivel de comunidad permite discutir y tomar decisiones sobre el futuro de la alimentación y de la unidad de producción, se expande al territorio comunitario y se incide en políticas.

Por último, el resguardo no solo se da a través de la semilla, también se da a través del manejo, es decir, “que existan en el territorio, una forma para asegurar eso es seguirla sembrando, conservando, valorando, seguir permitiendo que se mantengan”.

Banco Unión Zapata

El Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS)  tiene registrados más de 25 bancos comunitarios en toda la República mexicana, pero en realidad no se sabe su situación actual, la mayoría de ellos están en Oaxaca los vigentes son 13 y este año se espera crear 12 más, “Oaxaca es uno de los sitios que más apuesta por los procesos colectivos de conservación de semilla, los bancos más antiguos tienen más de 10 años a nivel de comunidad, pero se pretende que estos crezcan”, explica Girmey.

Cabe mencionar que el aspecto cultural de la semilla también es muy importante, se utiliza para curar, para bendecir el territorio, es símbolo de fertilidad y son sagradas para muchos de los pueblos originarios.

“Este elemento forma parte de la cosmovisión y ha permitido que funcionen los bancos comunitarios, que se vuelva a discutir su importancia no solo productiva, económica y ambiental, sino también de identidad”. Un ejemplo es el Ejido Unión Zapata, donde desde hace 11 años se festeja la feria estatal de la agrobiodiversidad del Estado, es el espacio donde confluyen miles de campesinos de todo el territorio e incluso de otros lugares. Aquí el ejercicio es un intercambio de semillas, de conocimientos y experiencias en torno a la agricultura y la a alimentación tradicional.

Este lugar alberga además la cueva de Guilá Naquitz, lugar donde se encontraron algunas de las muestras más antiguas de maíz, frijol y calabaza. Dicha caverna fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2010, como parte de las Cuevas Prehistóricas de Yagul y Mitla, y tiene una data de ocupación humana de aproximadamente diez mil años. “Es uno de los puntos que demuestran que en esta zona de Mesoamérica surgió la agricultura, es una zona emblemática y clave para el resguardo de semillas”, señala el experto.

Urge apoyo de autoridades

Este es un trabajo esencialmente comunitario pero es importante que las instituciones participen y respalden estos proyectos dado que el proceso de regulación de la semilla es débil, “hoy por el boom de las semillas nativas y sus múltiples usos se están extrayendo semillas de los sitios originarios y se están utilizando para su explotación comercial, este proceso de alguna manera es injusto, porque no se valora todo el esfuerzo histórico y no existe remuneración alguna”, añade.

La creación de este banco fue impulsada por la Conabio, el INIFAP y la Conanp, a través del Proyecto Agrobiodiversidad Mexicana, que opera con recursos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por su sigla en inglés).

“Que las instituciones apoyen este proceso le da ese reconocimiento al trabajo de los campesinos y puede ayudar a posicionar el tema de la agrobiodiversidad, la alimentación y la agricultura tradicional en los espacios de toma de decisiones”, concluyó el especialista.

Los bancos son indispensables debido a la diversidad de plantas y pueblos originarios, aquí hay un vínculo directo entre los procesos de evolución de las plantas y de sus habitantes, gracias a la producción de alimentos, la agricultura y la colección varias especies de plantas en diferentes ecosistemas.

La dinámica consiste en prestar semillas con la condición de que, al obtener la primera cosecha, se les devuelva el doble de lo recibido, de esta manera más agricultores podrán aprovecharlas en el siguiente ciclo agrícola.

nelly.toche@eleconomista.mx

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