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Islas de calor, el fenómeno urbano que se intensifica y cada vez es más frecuente

En la zona metropolitana de la Ciudad de México es posible identificar varias islas de calor naturales y otras de calor urbana. 

Abril y mayo son los meses más calurosos del año en la CDMX. Ilustración EE: Cortesía UNAM.

En los últimos días, semanas y meses México ha registrado olas de calor que han batido récords de temperatura e incluso en algunas zonas del país se han rebasado los 45°. No obstante, la intensidad puede sentirse aún más en las zonas urbanas que en las áreas rurales.

A este fenómeno se le denomina isla de calor, un evento que se ha estudiado desde hace más de 200 años, y que analiza el origen térmico que se produce en áreas urbanas y marca -precisamente- el contraste con la zona rural.

El calor de las ciudades

De acuerdo con Elda Luyando, investigadora del grupo de Cambio Climático y Radiación Solar del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, la diferencia entre temperaturas tiene múltiples razones, algunas de ellas están relacionadas a que las ciudades están densamente construidas, el suelo de concreto, pocas  áreas verdes y pocos cuerpos de agua, lo que favorece que la radiación solar se disperse más lentamente.

También los materiales que se usan en las construcciones urbanas, son generalmente oscuros, lo que les permite absorber más energía, la cual van dispersando poco a poco en forma de calor. Este fenómeno, puede llegar a tardar varias horas, lo que mantiene el aire caliente en las ciudades.

“Sin embargo, las islas de calor no se presentan todo el día, ni durante todo el año. Hay condiciones meteorológicas que permiten su aparición como el cielo despejado, el viento en calma o muy suave y cuando la radiación solar mantiene caliente el aire de la ciudad”, aclara la especialista.

Al respecto, autoridades de la Ciudad de México explicaron que en las zonas naturales el sitio se autorregula a partir de las propias características físicas y ecológicas del suelo y su entorno, pero en las urbes las condiciones son diferentes, como las causas que las originan y los efectos que ocasionan.

Islas de calor naturales en la CDMX

En la zona metropolitana de la Ciudad de México es posible identificar varias islas de calor, es decir, un archipiélago donde destacan la zona de la Reserva del Pedregal de San Ángel, en el sur de la ciudad, que por ser suelo rocoso es más caliente que sus alrededores. En época de frío es una isla de calor natural, como las islas oceánicas, incluso existen islas en los desiertos, aunque también hay también artificiales como una planta termonuclear o las termoeléctricas.

Islas de calor urbanas en la CDMX

El sitio más cálido de la Ciudad es el Centro Histórico, según los análisis de datos generados por las estaciones de la RedMet o Red de Meteorología y Radiación Solar de la Sedema en la zona de La Merced, que siempre registra la temperatura más cálida, la que luego va disminuyendo conforme se aleja del lugar.

Víctor Barradas Miranda, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, también destacó que el Centro Histórico es el centro de una isla de calor urbana, es un mecanismo que surgió luego de haberse desplazado la cobertura natural original por una de asfalto y concreto, lo que dio paso a que la energía solar se redistribuyera”.

Consecuencia de las acciones humanas

Aunque este fenómeno puede generar estrés e incomodidad en la población por la sensación de calor y un mayor uso en la energía eléctrica en aparatos como aire acondicionado durante las épocas más calurosas, la doctora Luyando señala que las islas de calor también puede generar un ahorro de energía eléctrica durante las épocas frías.

“Es importante, señalar que este fenómeno es un producto de la forma en que han crecido las ciudades y no algo propio de las cuestiones meteorológicas”, concluye.

Estrategias para reducir las islas de calor en la CDMX

En el año 2019, el Gobierno de la Ciudad de México indicó que abril y mayo son los meses más calurosos del año y se propuso recurrir a árboles con características específicas para mitigar este fenómeno.

Uno de los aspectos a atender es reducir la carga de calor, restituyendo o aumentando la evapotranspiración, pues es el principal rubro que cambia en los procesos de urbanización, y si se corrige esta variable, se puede mitigar.

Al respecto, Barradas Miranda propone como mejor opción “llenar de árboles la ciudad” a través de parques modulares, que son áreas de 50x50 metros para las que se toman en cuenta las características transpiratorias de las plantas.

Árboles que son los mejores aliados para mitigar el calor: Populus deltoides, Alnus acuminata, Celtis occidentalis, Liquidambar styraciflua, Quercus rugosa, Ficus benjamina, Ligustrum lucidum, todos con alta capacidad de enfriamiento y pueden mitigar con gran eficiencia la isla de calor, incluso pueden también contrarrestar el cambio climático global, destacó el investigador.

Karla Pereyra Castro, académica de la Universidad Veracruzana e integrante del grupo de investigación de Ernesto dos Santos Caetano Neto, del Instituto de Geografía (IGg) de la UNA expuso algunas iniciativas de planificación para reducir el calor urbano que han sido implementadas en países como Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur, las cuales tienen como objetivo mitigar los efectos de las ICU y del calentamiento global en áreas urbanas.

“Se trata de cuatro medidas: 1.- reducción de las emisiones de contaminantes en áreas urbanas y gases invernadero global; 2.- diseño arquitectónico con agua, enfriamiento por evaporación y nebulización; 3.- adecuación de edificios e infraestructuras, aumento del albedo (porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja respecto a la que incide sobre ésta), y de la ventilación; y 4.- proveer refugios del calor”, refirió.

(Con información de la UNAM y el Gobierno CDMX)

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