Luis Almagro, duro y congruente

Las últimas dos semanas se ha visto un claro esfuerzo por parte de la OEA, en particular de su secretario general, por contagiar la importancia de vigilar por las democracias y la libertad de expresión. Dos valores fundamentales dentro de las prioridades de la organización.

El pasado 24 de junio, Luis Almagro, secretario general de la OEA, ofreció renunciar a su cargo a cambio de la celebración de elecciones transparentes y libres en Venezuela y la liberación de presos políticos en ese país. Este ofrecimiento se dio como respuesta a una inmadura declaración hecha por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en la cual propone que su país podría reconsiderar regresar a la OEA siempre y cuando el secretario general de dicho organismo renunciara.

Ofrezco mi cargo a cambio de la libertad de Venezuela , declaró Almagro en un video difundido por la OEA. Yo renunciaré a la secretaría general de la OEA cuando se realicen elecciones nacionales libres y transparentes, con observación internacional y sin inhabilitados, cuando se libere a todos los presos políticos listados por el Foro Penal Venezolano y se amnistíe a los exiliados .

Almagro pide que se reconozcan los plenos poderes de la Asamblea Nacional y que se abra un canal humanitario de alimentos y medicamentos. Sin estos principios básicos la democracia puede ser considerada inexistente.

Esto sucedió después de que a mediados de junio 20 naciones, entre ellas México, Estados Unidos, Canadá y Brasil, respaldaron una fallida resolución de la OEA que pedía al gobierno reconsiderar su proyecto de Asamblea Constituyente. Con este se reescribiría la Constitución, liberaría a los presos políticos y se establecería un calendario electoral, entre otras demandas.

Los esfuerzos de distintas ONG por intervenir en una Venezuela moral, económica y socialmente devastada han tenido pocos resultados ante el incapaz régimen autoritario de Nicolás Maduro. Sin embargo, durante los últimos tres meses protestas que han dejado al menos 70 muertos ponen en la lupa de estas organizaciones el estado de alerta en el que viven sus ciudadanos. La postura de la OEA y, desde luego, la de su secretario general es clara; sin embargo, a pesar del ofrecimiento de Almagro por renunciar a su cargo, la posibilidad de que Maduro esté dispuesto a instaurar un régimen transparente y justo es remota.

Independientemente de este intercambio de declaraciones, la agenda de la OEA también se ve ocupada con otro pendiente, si no tan trascendente en la esfera global, sí de extrema importancia y gravedad en la esfera nacional: vigilar el tema de la libertad de expresión en nuestro país.

Como es bien sabido, en los últimos años la libertad de expresión en México ha perdido fuerza ante amenazas del crimen organizado y gobiernos. La más reciente amenaza se dio a conocer por un detallado artículo publicado la semana pasada en el New York Times, en el cual se habla sobre el ahora famoso software Pegasus utilizado como herramienta de espionaje.

El artículo acusa al gobierno federal de utilizar este software para espiar a periodistas, entre ellos Carmen Aristegui y Carlos Loret de Mola, así como a activistas sociales, lo cual supondría una seria amenaza a la libertad de expresión y un grave antecedente de violación de derechos humanos.

Ante tal acusación, PGR y CNDH han decidido investigar, pero la intervención de organismos internacionales como la OEA y la ONU podrían ofrecer una opinión imparcial que permita evaluar este caso.

Y cambiando de tema

Un estudio realizado por Kantar Millward Brown y la agencia británica WPP indica que, de las 10 marcas más exitosas de América Latina, seis son mexicanas y corresponden a empresas cerveceras, tiendas comerciales y de telecomunicaciones. Televisa sobresale ocupando el quinto lugar del ranking y revela así el interés hacia la marca por parte de los inversionistas.

Según datos de Nielsen Ibope, Televisa se adapta a la competencia en el nuevo y cambiante ecosistema digital, logrando 46% de audiencia comercial.

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