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Oaxaca emprendedora
Después de 32 días de trabajo, el Diplomado en Creación de Empresas Culturales que tuvo lugar en la capital oaxaqueña, confirmó las numerosas oportunidades de negocios en la entidad.
Elegir es un evento de inclusión. Tal sentimiento nos abrazó al evaluar los modelos de negocio de los 20 emprendedores culturales que participaron en el diplomado. Los docentes Eduardo Caccia, Guadalupe Gómez, Fernando Gómez Pintel y quien esto escribe, además de los jurados, María Helena Noval y Luis Miguel González, reconocimos al mejor de ellos. Pero la elección nos permitió atestiguar la fortaleza que puede alcanzar un conglomerado de negocios en expansión . No en vano lo entrecomillado es el lema de la marca que adoptaron los participantes: Ensamble Cultural Oaxaca (ECO).
Las clases tuvieron lugar en el Exconvento de San Pablo, a unos pasos del Zócalo. La modalidad intensiva, de cinco horas diarias; la batería de lecturas y ejercicios; el trabajo final, consistente en lograr una exposición del emprendimiento en 3 minutos, y la posibilidad de obtener un estímulo de 15 mil pesos como reconocimiento, amén de la constancia de acreditación, marcan notables diferencias con otros diplomados en los que las sesiones son semanales a lo largo de un semestre, se paga por cursarlo y al aprobarlo se obtiene el certificado. Cabe indicar que la realización fue posible, por segundo año, gracias a la Secretaría de las Culturas y Artes, cuyo encargado del despacho es Emilio de Leo. Diré que la ocasión es propicia para pedirle al gobernador Gabino Cué se decida por De Leo como titular. Bien se lo ha ganado.
La sesión de cierre se desarrolló en el legendario Teatro Alcalá. El evento fue abierto al público. Se estableció un orden de presentación que facilitara a todos los asistentes una comprensión del amplio abanico de actividades económicas trabajadas en el grupo. Oaxaca tiene, en virtud de un estudio que forma parte del programa sectorial, una caracterización de su economía cultural. Esta herramienta es un importante apoyo para el emprendimiento.
Es así como Ana Díaz Calvo obtuvo las más altas calificaciones con sus Muchitos, pequeños muñecos que son confeccionados a partir de las características de quien lo encarga. Se les dice muchitos a los niños, al elaborarlos se genera una versión tierna y juguetona de un ser querido o de ti mismo, es un retrato lúdico . En los primeros días del diplomado, al deambular por la plaza Santo Domingo, la encontré atendiendo su isla. Hágalo. Ana tomó una fotografía y, por el Facebook que creamos como nodo del ECO, me mandó tres versiones de mí mismo. Este Muchito me sorprendió. Es cosa extraordinaria verse en un muñeco.
Precisión: nuestro modelo formativo valora lo que el estudiante hace para que sus docentes le conozcan a profundidad. Esta actitud se reflejó también en las dos menciones honoríficas. Claudia Juárez me llevó a visitar su Museo Ecológico de Grana Cochinilla. Es una suerte de granja donde cultiva este animalito que muere para convertirse en piedra y, tras ser molido, obtener la tinta que se emplea para teñir textiles. En el caso de Leonardo Trujillo, por el proyecto inmobiliario Bandui Plaza: su familia posee una envidiable casona en el Centro Histórico y quiere convertirla en un complejo de empresas culturales emergentes.
Este ensamble de talentos reunió además a: Salvador Hernández, quien opera un portal de servicios turísticos; Abril Pérez, con la compañía escénica Equinoxe; Monserrat Ramírez, con Tranvía, colectivo de artistas plásticos; Aarón García, con Manglar Media, portal de servicios de entretenimiento; Ena de la Rosa, con la revista Acontragolpe Letras y Haydée Morales, con Dilla, empresa de servicios para el sector cultural.
Hever Piñón, con Café sin adjetivos, suerte de coworking; Xitlalic López, con Milagros, línea de ropa y arte decorativo; Yuvico Cortés, con Música en movimiento, colectivo dedicado a la producción de conciertos; José Agustín García, de la empresa Casa Oaxaca, con el proyecto de nuevos servicios de turismo creativo; Joyce Caballero, con Carvi Publicidad; Lourdes Diego, con Caravana Cultural, despacho de servicios para el sector cultural; Miguel Ángel Torrez, con Viniza, colectivo de artesanos productores de piezas en carrizo; Mirel Fraga, con Cromalux, servicios de diseño editorial de alta especialidad; Rey Martínez, con un Tianguis cultural; Sara Mata, con el Centro Cultural San Felipe y, finalmente, Silvia Castellanos, con la empresa Espacio 14 Vidzu, dedicada a la venta de artesanías que salen de sus talleres. Todo un privilegio este trabajo en equipo. Gracias.
eduardo.cruz@eleconomista.mx