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Arte e Ideas

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Perfilan fondo para la recuperación integral de las industrias creativas en Iberoamérica

Enrique Vargas, coordinador del Espacio Cultural Iberoamericano de la SEGIB, adelantó a El Economista la creación de un mecanismo con fondos mixtos para detonar proyectos culturales en los 22 países.

Enrique Vargas, coordinador del Espacio Cultural Iberoamericano de la SEGIB. Foto EE: Especial

Aún no concluye la Conferencia Mundial de la Unesco sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible – Mondiacult 2022, y los 22 países de Iberoamérica que participan se aprestan para transitar a la fase "postmondiacult", le dice Enrique Vargas, coordinador del Espacio Cultural Iberoamericano de la SEGIB a la secretaria general de la Unesco,  Audrey Azoulay, en un apresurado diálogo que sostienen esta mañana en los pasillos del Complejo Cultural Los Pinos, donde este jueves se realiza la segunda jornada de la cumbre de ministros de Cultura.

El representante de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), que participa en la Conferencia como organismo observador, explica a El Economista en qué consiste este tránsito al 'postmondiacult': “Aterrizar cuanto antes en las naciones iberoamericanas los acuerdos de Mondiacult, hacer que la cultura se convierta en política de Estado en toda la región, y que logremos detonar mecanismos en cada país para profesionalizar y formalizar al sector creativo. Ese es el compromiso”, afirma.

La cumbre de ministros de Cultura ha estado marcada por un debate entre reconocer e impulsar la diversidad cultural o replegarse en la hegemonía; sin embargo, tras la pandemia “hay un nuevo orden mundial”, reconoce Vargas, “y necesitamos una recuperación del sector cultural que sea integral, económica y social, y volver a poner al centro la política cultural”.

En todo el mundo, la pandemia de Covid-19 puso en terapia intensiva a los sectores de la cultura y las artes, algunos más y a otros menos, y en la región iberoamericana se perdieron 11 millones de empleos, y cayó la aportación promedio al Producto Interno Bruto, pasando de 5% antes de 2020, a entre 3.5% y 3.8% actualmente, revela el funcionario cultural. “Pero hay otros indicadores que no hemos medido con precisión”, advierte, para conocer el impacto que dejó la crisis sanitaria, particularmente en los sectores de la música, las artes escénicas, el cine, museos y zonas arqueológicas, entre los más golpeados.

En ese marco, Vargas comparte que este 2022, declarado por la Unesco como Año Iberoamericano de la Cultura para el Desarrollo Sostenible, será histórico porque hay consenso entre los 22 países que conforman la región, que representan el 10% de la población mundial, en emprender una recuperación integral del sector cultural con un modelo distinto, afirmando la diversidad cultural frente a la hegemonía, e incorporando mecanismos donde converjan los estados, el sector empresarial y los creadores, para transitar hacia la profesionalización y la formalización del trabajo creativo, es decir que tengan acceso a seguridad social, estabilidad laboral, opciones de crédito, capacitación, entre otros beneficios.

Fondo para la recuperación

Para “aterrizar” este compromiso, Enrique Vargas anuncia que comenzará a operar un mecanismo denominado Fondo de Iberoamericano de Garantías Recíprocas para las industrias Culturales, donde participará la banca de desarrollo (Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Centroamericano de Integración Económica) para financiar proyectos en la región, poner al alcance de los creadores fondos mixtos con la participación pública y privada para impulsar proyectos en la industria creativa y transitar hacia la recuperación.

Dice que será una implementación gradual. En México aún no está definido el mecanismo pero refiere que hay diálogo y disposición de las autoridades de Cultura de respaldar la iniciativa y sumarse.

“Estamos haciendo historia -dice Vargas-, hemos llegado a un punto en el que está claro que los recursos de los Estados nunca serán suficientes para impulsar la cultura, por eso necesitamos mecanismos de corresponsabilidad entre los gobiernos, la banca de segundo piso, los sectores empresariales y los propios creadores para detonar proyectos de dinamicen las industrias culturales en toda la región. Y hablamos también de detonar e impulsar esquemas de coproducción entre países, como una tendencia que está cobrando cada vez mayor fuerza.”

Tráfico ilícito y descolonización

Sobre el tráfico ilícito de bienes culturales, que ha sido un tema muy señalado en la cumbre, Vargas dice que advierte un “deseo genuino de avanzar en la cooperación entre países frente al combate de este ilícito, de buscar nuevas formas de cooperar”. Pese a que hay instrumentos internacionales (las Convenciones de la Unesco y el Convenio Unidroit) hacen falta, dice, “policías y fiscalías más eficaces, cuerpos técnicos, mayor colaboración interinstitucional y entre países para parar este delito, pero el tema está en la mesa”.

El abogado especialista Jorge Sánchez Cordero, artífice del Convenio Unidroit, compartió con este diario en entrevista reciente que el tráfico ilícito de bienes culturales es una de las principales fuentes de financiamiento de las organizaciones criminales y terroristas en el mundo, por lo que el Consejo de Seguridad de la ONU recomendó a las naciones, en 2017, (Resolución 2347) actualizar y endurecer sus legislaciones para hacerle frente a este flagelo cultural.

“Es un cáncer generalizado. Ningún país se salva”, lamenta el representante de la SEGIB.

La deuda respecto a la restitución del patrimonio cultural expoliado a las naciones colonizadas es un asunto fuera de agenda y que observadores y diplomáticos prefieren evitar o tratar con pinzas. “España está en la discusión sobre la descolonización”, asegura Enrique Vargas.

“Lo importante es que hay consenso en que todos somos depositarios del patrimonio y que es de todos, y que entre todos debemos encontrar mecanismos y las mejores prácticas para su salvaguardia”, añade.

La Conferencia Mundial de la Unesco sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible Mondiacult 2022 concluye este viernes, y a Enrique Vargas no le queda duda de que en la declaratoria final, la propuesta de México de incorporar a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 20-30, uno que ponga a la cultura como un bien público global, será aprobado de manera contundente, como resultado de la cumbre.

kg

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Editor de Arte, Ideas y Gente en El Economista. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Filosofía Social, por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Especialista en temas de arqueología, antropología, patrimonio cultural, religiones y responsabilidad social. Colaboró anteriormente en Público-Milenio, Radio Universidad de Guadalajara y Radio Metrópoli, en Guadalajara.

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