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Arte e Ideas

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Que los lobos no vuelvan a Alemania

Las universidades alemanas colaboran para atender a los refugiados.

Pintas en los muros. Edificios públicos inundados de carteles y pendones, con mensajes de vistosos colores. Incluso la icónica Semperoper –sede de la ópera estatal de Dresde, capital de Sajonia, en el este de Alemania transmite el sentir de la mayoría, a través de artistas e intelectuales proyectados en una pantalla electrónica gigante.

En todos los casos, los dresdenianos quieren hacerse escuchar: Nationalismus ist keine alternative (El nacionalismo no es una alternativa); Für ein welt-offenes Dresden (Dresde por un mundo cosmopolita), Ich sage Nein zu Xenophobie (Yo digo NO a la xenofobia).

Es 9 de marzo, y en las últimas semanas, cada lunes, Dresde ha sido testigo de la xenofobia de miles de manifestantes pertenecientes a grupos radicales como el partido populista Alternative für Deutschland (AfD) o el movimiento alemán anti-Islam Pegida –fundado en Dresde en octubre de 2014 . Se reúnen para expresarse en contra de la política humanitaria que Alemania ha promovido a favor de los refugiados.

En 2015, más de un millón de inmigrantes llegaron a Europa. En 2014 esa cifra fue de sólo 280,000 personas. Durante enero y febrero de 2016 han llegado 135,000 y Alemania ha dado asilo a casi todos (1.1 millones).

Hemos hecho un trabajo serio para estudiar el impacto de la crisis migratoria y el flujo de refugiados en algunos países europeos , dijo en entrevista para Euronews Christine Lagarde, directora general del Fondo Monetario Internacional, el pasado 7 de abril. Está claro que si se toman las medidas adecuadas para integrarlos a través del idioma, del trabajo o con ayudas para la vivienda, el resultado será positivo para los países que acogen a los refugiados. Esto es ante todo una obligación humanitaria y quiero felicitar a la canciller Merkel por el valor que ha demostrado en este caso. La historia recordará lo que el pueblo alemán ha hecho y sigue haciendo .

La academia se solidariza

Me encuentro en Dresde como parte de un tour de prensa organizado por el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD, por sus siglas en alemán). Quien ha tenido oportunidad de viajar a Alemania sabe que los alemanes no evaden la reflexión, ni de lo ocurrido durante las dos guerras mundiales, ni de la brutal división del país, ni del genocidio ocurrido bajo las botas nazis. Tampoco lo dejan de hacer ante la creciente ola de intolerancia que se percibe en el país.

Así, sin evadir el tema, durante nuestra visita a la Technische Universität Dresden (TU Dresden), el Dr. Hans Georg Krauthäuser, vicerrector para educación y asuntos internacionales, y Ulrike Mikolasch, coordinadora de la ayuda de refugiados, nos presentan la estrategia que la TU Dresden sigue, junto con otras universidades alemanas, en apoyo de los refugiados.

En Dresde, al igual que el resto del país, la inmigración masiva comenzó en agosto de 2015. En respuesta, se establecieron tres centros de acogida en edificios –no campamentos dentro del propio campus de la TU Dresden. Dan albergue a 1,220 personas. La mayoría son hombres, un tercio de Irak, otro tercio de Siria, 17% de Afganistán, 5% de Serbia y 12% de otros países.

El programa de refugiados comprende, como primer objetivo, que éstos aprendan alemán para que puedan comunicarse. Los programas de apoyo son coordinados por el Centro de Investigación para Estudios de Integración.

A nivel académico, hay 34 estudiantes que llegaron de intercambio , 20 de Siria. La mayoría en economía y carreras técnicas. Dos de los principales problemas entre los migrantes son, la falta de papeles para corroborar su formación y el no hablar alemán.

Como muchos otros extranjeros, que estudian o trabajan en Dresde, Tatiana Sandoval-Guzmán es un ejemplo de cómo la inter y multiculturalidad enriquecen la vida académica, la vida universitaria y al país mismo. Sandoval-Guzmán estudió la licenciatura en investigación biomédica básica en la UNAM y actualmente es investigadora posdoctoral en el Center for Regenerative Therapies de la TU Dresden.

Su investigación se centra en comprender cómo algunos anfibios logran regenerar partes completas de su cuerpo y, para ello, realiza sus estudios con un anfibio único en su tipo, originario de Xochimilco: el ajolote mexicano –un tipo de salamandra que tiene la peculiaridad de vivir permanentemente en el agua y conservar su forma de renacuajo aún cuando ya es adulto . En su laboratorio trabajan investigadores de 12 países.

Según el Instituto de los Mexicanos en el Exterior hay 13,247 mexicanos viviendo en Alemania; 1,607 son estudiantes.

¿Han vuelto los lobos?

Este marzo, la famosa plaza barroca de Dresde dio cabida a una instalación del artista Rainer Opolka: esculturas de bronce representando agresivos lobos con forma humana en diversas poses, las más dramáticas ejecutando el saludo fascista, mientras un lobo con pistola les arenga. Se trata de hacer reflexionar a la gente y alertarlos , me dice una periodista que vino a grabar un documental. Los radicales de ultraderecha no son muchos, pero eso ya lo vivimos antes .

Las recientes elecciones regionales del 13 de marzo le dan la razón a la gente de Dresde. Los radicales son una minoría.

Sin embargo, su número va en aumento.

El AfD ganó el 15% de los votos en los estados de Baden-Württemberg, 12.6% en Renania-Palatinado y 24% en Sajonia-Anhalt. Los mejores resultados para un partido populista de derecha desde el final de la segunda guerra mundial.

Aún así, en Sajonia-Anhalt, donde el AfD obtuvo su mayor número de votos, el partido de la canciller Ángela Merkel, el conservador Demócrata Cristiano CDU, se mantuvo con el 30% de los votos, bajando sólo tres puntos porcentuales comparado con la última elección regional de 2011 (entonces no existía el AfD).

Y de acuerdo con un artículo publicado en el periódico británico The Guardian, el 14 de marzo, en las encuestas de salida la mayoría de los votantes manifestaron su preferencia por una sociedad abierta y tolerante más que por una tradicional.

Algo a recordar es que, a diferencia de otros estados, Sajonia-Anhalt en Alemania del este, como parte de la antigua República Democrática Alemana, estuvo por mucho años aislada del resto del mundo. Además, como resultado de la reunificación, el empleo en el sector manufacturero cayó dramáticamente aumentando la tasa de desempleo de virtualmente cero a más del 15% en 1992.

Muchos cambios, en poco tiempo. La necesidad es integrar a los inmigrantes lo antes posible.

laura.vargas@eleconomista.mx

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