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“Si seguimos por este camino, pronto vamos a desaparecer”: Librerías independientes
No podemos competir de frente con Amazon, las cadenas libreras y las ventas directas de editoriales, reconoce la librera Claudia Bautista; lamenta falta de respaldo de la Caniem.
Este jueves 12 de noviembre la celebración del Día Nacional del Libro en México se da en un momento donde, por los efectos adversos de la pandemia y la crisis económica, la industria editorial afronta condiciones de precariedad tales que han descoyuntado la cadena del libro y puesto a algunos eslabones en serios predicamentos de subsistencia. Uno de ellos, quizás el más afectado, es el de las pequeñas librerías, las de barrio.
En entrevista para este diario, la librera y presidenta de la Red de Librerías Independientes (Reli), Claudia Bautista, confirma que, por motivos de imposibilidad de pagos del arrendamiento, hasta el momento son ocho de las 35 librerías agremiadas que han tenido que cerrar, muchas con un desahucio definitivo, mientras que otras todavía esperanzadas en una reapertura en otros locales.
“Estamos angustiados porque creemos que se están reorganizando los roles dentro de la cadena del libro. Hay muchas editoriales que están vendiendo directamente, con descuentos para sus clientes, y nosotros salimos sobrando en la cadena. Las grandes librerías de alguna manera pueden defenderse, porque también tienen sitios de venta en línea muy a la vanguardia, que funcionan muy bien, pero las librerías pequeñas no. Nosotros tenemos nuestro portal comunitario, pero no ha despegado porque no podemos competir de frente con Amazon, las cadenas nacionales y con las propias editoriales; no podemos otorgar los mismos descuentos y la plataforma ha tenido muy poco movimiento”, reconoce.
La decisión de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) para entregar a la plataforma de venta digital de libros Cidclick, de la editorial Cidcli, uno de los dos premios a la Iniciativa comercial, opina, viene a poner una piedra más en el peso de las librerías independientes.
“Nosotros reconocemos que las editoriales, sobre todo las independientes, han pasado por momentos muy críticos y han desaparecido muchas de ellas; pero, ¿qué va a pasar si seguimos en este camino donde la misma Cámara reconoce, alienta y felicita a una iniciativa de este tipo? Nos preocupa mucho como libreros pequeños, que estamos haciendo esfuerzos extraordinarios para nuestro tamaño, que se dé un mensaje de que esa (la venta directa desde las plataformas de las editoriales) es la vía, de que no se estén integrando todos los factores. Nos hubiera dado mucho gusto ver algún otro proyecto innovador, a lo mejor alguna tienda en línea de una librería; que se diera un mensaje de respeto a la cadena”, explica.
En contraparte es autocrítica al reconocer que desde el gremio independiente de los libreros hay mucho por avanzar en términos de profesionalización, administración y en el cumplimiento en tiempos con las editoriales.
“Nos preocupa mucho que nuestros socios comerciales, nuestros compañeros, las editoriales a las que les damos espacio, que recomendamos y conocemos, estén en esta lógica de solo ver por su bien. Es lo que queremos expresarle a la Caniem: ¿qué pasa? Queremos pedirle que, como en otros países, se centre la atención en las librerías, grandes y pequeñas, y desde ahí se arranque al resto de la cadena”.
Insta, por otra parte, a las autoridades a considerar una renovación integral de la Ley de Fomento a la Lectura y el Libro o, al menos, considerar una extensión del precio único no solamente de 18 a 36 meses sino de manera ilimitada, de forma que las librerías pequeñas puedan operar ejemplares editoriales de cualquier antigüedad y competir de manera más leal. En su defecto, instó al gremio a generar acuerdos gremiales, con normas de competencia donde todos los eslabones estén protegidos.
“Ya nos cansamos de tener una postura tan políticamente correcta y tan tibia. Necesitamos alzar la voz. Aquí estamos. Por supuesto queremos ser empáticos, de ninguna manera queremos confrontar a nuestros socios, pero sí queremos tocar una campana y decir: arreglemos las cosas, si seguimos por este camino, pronto vamos a desaparecer y las primeras vamos a ser las librerías pequeñas. Ya estamos en camino”.