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Taibo II: “el FCE ganó la batalla del precio de los libros”

El director del Fondo explica cómo el equipo que encabeza ha maniobrado para equilibrar la función social y la financiera de la editorial paraestatal. Sobre su permanencia, declara: “por cortesía, sea quien sea la ganadora, tengo que poner a disposición el cargo”.

La mañana del lunes 3 de diciembre de 2018, el escritor y promotor de la lectura Paco Ignacio Taibo II arribó a la sede matriz del Fondo de Cultura Económica (FCE), al sur de la ciudad a “tomar el control del aparato”.

Aquella mañana, después del protocolo de entrega-recepción, al que no asistió su antecesor, José Carreño Carlón, Taibo II se paseó por las distintas áreas del edificio, preguntó por los costos de adquisición de libros desde el extranjero y dijo: “hay mucho por hacer (...) tengo que corroborar cosas, hacer algunas preguntas extrañas, como cuánto cuesta traer un libro desde Argentina”.

Un par de meses más tarde, con un mejor diagnóstico sobre la editorial paraestatal, dio a conocer que, entre el FCE, la red Educal y la extinta Dirección General de Publicaciones (DGP) se localizaron aproximadamente 8 millones de libros “estancados en bodegas” y declaró la intención de sacar esos ejemplares del letargo, sin destruir uno solo, “ni siquiera los libros chatarra”. Asimismo, anticipó que uno de los principales objetivos de su administración sería bajar el precio de los libros en general.

Han pasado más de cinco años desde entonces. En el Fondo de Cultura Económica se ha vivido una revolución que, no en pocas ocasiones, ha sido criticada por un grueso del sector editorial privado, principalmente por el precio de los libros.

Es el cierre de marzo de 2024. Taibo II está sentado en las mesas instaladas a un costado de la entrada de la Librería Rosario Castellanos, en la colonia Hipódromo, una sede para despachar mucho más céntrica que la matriz en la carretera Picacho-Ajusco. La gente que entra y sale de la librería lo reconoce de inmediato, se le acerca para saludarlo, pedirle fotografías, una firma.

Explica su método para bajar los costos

“El Fondo era una extraña mezcla de un larguísimo catálogo, interesante, acumulado a lo largo de los años, pero con la ausencia de una conexión con lo popular, como si fuera pecaminoso, como diciendo: ‘somos aristócratas y no importa, despilfarramos dinero y no importa, editamos libros por favores que se van a las bodegas y no importa’. Entonces, la entrada del nuevo equipo significó una guerra en todos los niveles: editorial, sobre política económica en el Fondo, en distribución, en la búsqueda de caminos para tener un arraigo popular, por el control del despilfarro y un continuo debate entre la función social del Fondo y su función económica”.

Pero, ¿cómo mantener el equilibrio entre la función social y la función económica del FCE pese a la reducción del precio de los libros?

“Ahí sí fue el rompedero de cabezas, porque había una tendencia que obligaba a que los precios siguieran subiendo. Así fue durante los últimos 20 años. Entonces, ¿cómo contrarrestar? No podíamos cambiar, solamente desde el Fondo, la política de precios. Por eso hicimos varias cosas. Primero, lanzar colecciones, como Vientos del Pueblo, con libros por debajo de los 20 pesos, donde ya llevamos millones de libros vendidos. En el equipo nos decíamos cosas muy raras: ‘un libro de Vientos del Pueblo debe costar la mitad de lo que cuesta una torta en el CCH’. Además, eran colecciones complicadas: había que meterle mucha variedad, porque estábamos trabajando para sectores de adultos mayores en una esquina del país, jovencitos recién incorporados a la lectura, grupos de mujeres que leen en el magisterio, clubes infantiles, en fin, un universo”.

Asimismo, señala, se bajaron drásticamente los precios de la Colección Popular, por debajo de los 200 pesos para los formatos más grandes y menores a los 100 pesos para aquellos títulos de formato pequeño.

Sobre los nuevos títulos de formato clásico, explica: “primero, aumentas los tirajes, luego reduces los costos fijos y le quitas todo dispendio; combinas la edición entre los diferentes países donde está el Fondo, de tal manera que si, en determinado momento, sale más barato producir en Colombia, lo haces allá y aprovechas la estructura del Fondo. Lo que pasa es que la enorme mayoría de las editoriales mexicanas lleva 10 años yendo por el dinero fácil, con el aumento de los precios, con una masa de lectores controlada, y no importa bajarlos, porque después de eso, los que vengan, son extras, y entonces la curva del incremento de los precios sigue. Eso crea sensaciones horribles: vas a una feria del libro, a un remate, y ves al adolescente que se está rascando el bolsillo para ver si saca petróleo”.

Pero esa política de producción en otros países de la región, según la conveniencia económica, detalla, tiene sus recovecos. “Hay casos particulares en cada país. Ahora mismo, el 18% del IVA en Chile es veneno puro. Pero, en general, es un asunto de equilibrios temporales. Por ejemplo, hoy por hoy, es un enigma si imprimimos en Argentina o no. Tenemos que esperar a que la situación se aclare, pero sí estamos imprimiendo en Chile y en Colombia”.

Por otro lado, señala, la lógica de las editoriales trasnacionales de producir en España y exportar a México también ha sumado al incremento del precio de los libros en el mercado mexicano.

“Creo que nuestra política ha funcionado y que hoy el Fondo es reconocido socialmente como la editorial que ganó la batalla de bajar el precio de los libros. Sí influimos. Algunas editoriales nos miran con odio apache y otras nos miran con una sonrisa, diciendo: ‘tienen razón’. Y yo les digo: ‘si tenemos razón, súbanse a este burro, saquen ediciones de bolsillo a bajo costo con tirajes más altos”.

Taibo II entra a la librería y toma un ejemplar del cuento “La formación”, del polaco Jerzy Andrzejewski, publicado en Vientos del Pueblo, con un costo de 20 pesos, y declara: “una novela corta de este autor en México debe andar por ahí de los 200 pesos. En cambio, de este título (“La formación”) imprimimos 20,000 unidades y llevamos unas 18,000 vendidos”.

Ahora bien, reconoce, el problema de subir los tirajes es complicado. “El mercado no ha crecido tanto, estamos creando lectores, es cierto, pero no creamos tantos ni a la velocidad que nos gustaría”.

¿Cinco años más en el FCE?

Durante el lanzamiento de su campaña, la candidata morenista Claudia Sheinbaum Pardo dijo que, en caso de verse favorecida por las elecciones de junio próximo, continuaría con la política de producción de libros a bajo costo desde el Estado y expresó su deseo de que, dado el caso, Paco Ignacio Taibo II continúe al frente del Fondo de Cultura Económica.

“Ya le dije que sí (a Sheinbaum)”, responde Taibo II. “Pero no sólo le dije que sí. El día primero de marzo, el presidente extendió mi nombramiento por cinco años más, aunque, por cortesía, una vez que haya elecciones, sea quien sea la ganadora, tengo que poner a disposición el cargo. Pero, con la oferta de Claudia, si ella resulta ganadora, creo que voy a seguir otros cinco años”.

En diciembre de 2022, Taibo II dio a conocer que el FCE iniciaría el 2023 con un déficit de 170 millones de pesos, una cifra adversa que se ha mantenido a lo largo de los años. Con este antecedente, se le pregunta al entrevistado si ha avanzado en las negociaciones con Hacienda para ajustar la asignación presupuestal anual para la editorial o si el cambio de administración, en el caso de resultar favorable para su facción, podría ser la oportunidad de negociación.

“Estos años han sido años de recortes presupuestales horribles para el Fondo. Cruza los dedos para que eso pase”, responde.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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