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Repartidores y conductores de apps, próximo capítulo en la LFT
La reforma de plataformas digitales se destrabó luego del consenso en ajustes al proyecto inicial, el principal cambio es la ampliación del régimen transitorio y en cualquier momento podría comenzar la discusión formal en el Congreso de la Unión.
Parece sólo ser cuestión de tiempo para que la Ley Federal del Trabajo (LFT) tenga un nuevo capítulo: el de trabajadores de plataformas digitales. La propuesta impulsada por el gobierno federal busca proteger a repartidores y conductores por aplicaciones con reglas específicas para este modelo.
Luego de la última mesa de diálogo entre la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), las empresas y colectivos de trabajadores, la propuesta tuvo algunos ajustes que permitieron un consenso, el más importante es en el régimen de transición para otorgar un mayor plazo de implementación, así como precisiones que garanticen la autonomía y flexibilidad del esquema de trabajo, y sanciones específicas por incumplimientos, según fuentes cercanas a la negociación.
La reforma elaborada por la STPS es un compromiso asumido por la presidenta Claudia Sheinbaum y plantea el reconocimiento de una relación laboral bajo un modelo de subordinación discontinua, así como el acceso pleno a la seguridad social y derechos laborales de los trabajadores que generen por lo menos un salario mínimo mediante las aplicaciones.
La autoridad estima que con esta medida se beneficiarán a más de 272,000 trabajadores de un universo cercano a los 658,000. Sin embargo, todos estarán protegidos ante un accidente de trabajo sin importar el nivel de ganancias generadas. El criterio de salario mínimo busca diferenciar entre quienes usan las apps como una fuente principal de ingresos y quienes la usan como una actividad complementaria.
“Es una iniciativa prudente, necesaria y viable porque tiene los criterios adecuados. Tiene la prudencia de exigir un salario mínimo para acreditar que una persona trabaja de manera habitual en una plataforma, se reconoce el trabajo discontinuo y el tiempo efectivo, que, si bien es una limitante, también es algo prudente”, afirma Graciela Bensusán, profesora de la UAM-Xochimilco.
De acuerdo con la investigadora, a nivel global van más de 60 regulaciones del trabajo en aplicaciones, la mayoría reconoce una relación de trabajo y sólo 14 mantienen la calificación de autoempleo.
Si bien el modelo se caracteriza por flexibilidad, Diego García Saucedo, socio de la firma García-Velázquez Abogados, afirma que este elemento no es exclusivo de los trabajadores independientes. “Para mí un trabajador independiente tiene otro tipo de características, no responde a un patrón, sino a una actividad”.
De hecho, ejemplifica el especialista, el home office es un modelo flexible y no elimina la relación laboral.
A decir de Manuel Fuentes, abogado laboralista, un escenario de regulación sin el reconocimiento de la subordinación “sería un fracaso”, pues la calificación de ‘socios’ ha limitado el acceso de esta fuerza laboral a derechos básicos.
El punto fino es el algoritmo, si bien en el modelo no existen jefes visibles como en una relación tradicional, la gestión algorítmica configura criterios de subordinación en la práctica. “La plataforma digital es la que lleva a cabo el control de todo el proceso; es decir, da la indicación al conductor o al repartidor, controla los pagos. El algoritmo es un capataz digital, es quien revisa los viajes o pedidos que no se realizan y puede desconectar al trabajador, va penalizando, definiendo pagos, es un empleador digital que controla todo”, expone.
Al interés del gobierno se han sumado diversas bancadas. Hasta ahora se han presentado seis proyectos en el Congreso de la Unión con el objetivo de regular el trabajo por aplicaciones, la mayoría de las iniciativas reconocen la existencia de una relación laboral y plantean un nuevo capítulo en la LFT.
Plataformas cambian de tono
Luego de los ajustes realizados al proyecto, las plataformas digitales cambiaron de tono. Antes de la presentación pública del proyecto, la postura era en torno a conservar la figura de trabajo independiente y construir un modelo de seguridad social que permitiera aportaciones a la seguridad social de repartidores y conductores, pero sin ser catalogadas como empleadoras.
Sin embargo, Isabella Mariño, directora de Asuntos Corporativos de Rappi México, reconoció que el modelo de negocio de la aplicación, en su forma actual, puede seguir siendo viable tras la reforma planteada por el gobierno.
“Nosotros y otras plataformas de reparto y transporte podemos seguir operando bajo la regulación tal como está planteada. Sin embargo, necesitamos que los acuerdos alcanzados en la Secretaría del Trabajo se reflejen en la legislación final”, dijo la ejecutiva en un foro.
La expectativa de la plataforma digital es contar con un periodo de transición de al menos seis meses para negociar temas técnicos y operativos. Este plazo sería esencial para dar certeza tanto a los repartidores como a la plataforma en cuanto a los cambios específicos y sus efectos.
“Para el sector privado, la tranquilidad viene de ver estos asuntos plasmados en la ley; mientras tanto, nuestra meta es mantener a nuestros repartidores informados y disminuir sus preocupaciones sobre el impacto de la regulación en su día a día”, añadió.