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Capital Humano

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El 43% de los trabajadores en México tiene sobrecarga laboral y jornadas excesivas

La pandemia de Covid-19 elevó el impacto de los factores de riesgo psicosocial en la salud mental de los trabajadores en el país, principalmente en lo que tiene que ver con las cargas de trabajo y el tiempo invertido en el desarrollo de las actividades.

Las cargas de trabajo excesivas y las jornadas laborales superiores al límite legal son los factores de riesgo psicosocial más frecuentes en México. Incluso, tras el impacto de la pandemia, creció la proporción de trabajadores con nivel de impacto alto por ambas condiciones, según un estudio de Mercer Marsh Beneficios.

El Reporte de riesgo psicosocial en México de la consultora, muestra que el 43% de los trabajadores en nuestro país reporta cargas y jornadas laborales excesivas, cinco puntos porcentuales más que en la medición de antes de la pandemia, el elemento de mayor impacto para la salud mental de los empleados.

“Son situaciones muy comunes, pero el que sea común no significa que esté bien o que sea normal. Es importante que las empresas estén atentos a lo que marca la Norma 035 porque este tipo de situaciones derivan en problemas de salud que van desde estrés, ansiedad, depresión o incluso el ciclo de sueño se ve afectado”, señaló Víctor García, subdirector de Wellness y Data de Mercer Marsh Beneficios México.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han alertado sobre el impacto negativo de las sobrecargas de trabajo y las jornadas extensas. Según los datos proporcionados por ambas entidades, cada año mueren 750,000 personas por enfermedades cardíacas y accidentes cardiovasculares que se vinculan con estos factores.

La NOM-035 para prevenir factores de riesgos psicosociales en los centros de trabajo cumplirá  cinco años de vida a finales de 2023. Es un instrumento preventivo para que las empresas identifiquen e implementen medidas para evitar condiciones que pueden afectar la salud mental de sus colaboradores.

Para Víctor García, el hecho de que las cargas y las jornadas laborales se mantengan con un nivel alto de riesgo es un llamado a la acción para que las compañías vayan más allá de un mero cumplimiento de la norma. “Si se crean entornos favorables, se impacta positivamente la calidad de vida de los colaboradores y evidentemente para las empresas, mejora la productividad porque la gente está más comprometida”.

De acuerdo con el informe de Mercer Marsh Beneficios, un cuarto de las empresas reconoce que la organización del tiempo es uno de los mayores riesgos psicosociales que enfrentan.

“Las cargas de trabajo son un riesgo cualitativo y cuantitativo, porque depende, por un lado, de la cantidad de trabajo que tenemos, pero también esa carga excesiva está ligada al tipo de responsabilidades que pueda tener la persona”, explicó el especialista.

Otro factor de riesgo que tuvo un crecimiento en los últimos años es el asociado con las condiciones de seguridad en el entorno de trabajo. Durante los años de pandemia pasó de 9.5 a 11.2% la proporción de trabajadores que considera que en su empresa no se cuenta con las medidas necesarias para garantizar su seguridad y salud. 

En este sentido, la firma destaca que los espacios de trabajo peligrosos, poco higiénicos o propensos a accidentes incrementan el estrés entre los empleados por el aumento de riesgos.

Aunque en términos generales las relaciones entre compañeros de trabajo son consideradas el factor de riesgo psicosocial de menor impacto, según los hallazgos de la consultora, existen áreas de oportunidad en la generación baby boomers, pues son los que tienen la percepción más alta de que existe violencia laboral.

Por otra parte, el 25% de los empleados que participaron en el estudio considera que sus empresas tienen áreas de mejora en estrategias para elevar el sentido de pertenencia, es decir, el grado de compromiso que tiene la fuerza laboral con la compañía.

“Hay un sentido de urgencia. Las cifras anteriores nos dejan claro que hay que establecer un sentido de urgencia para abordar estas problemáticas con una prioridad alta”, expresó Víctor García.

Bienestar, parte de una perspectiva integral

En ese mismo espacio, Ariel Almazán, líder de Workforce Health para Latinoamérica y el Caribe en Mercer Marsh Beneficios, afirmó que el bienestar de los colaboradores ya no puede limitarse a una preocupación exclusiva de las personas, se requiere una visión integral en la que las empresas aporten herramientas para evitar daños a la salud mental de los empleados.

“Esto es crónica de un fracaso anunciado. Hoy el concepto de bienestar está migrando a una parte integral donde no solamente el bienestar depende de la persona, se trata de pensar en cómo las empresas proveen oportunidades para promover el bienestar del trabajador y su familia”, apuntó el especialista.

La madurez de los programas de bienestar, subrayó, no se mide en función de la cantidad de acciones, sino del impacto que tienen en las personas. “Hoy tenemos muchos beneficios en las empresas, pero sólo 20% de los empleados le ven el valor”.

Los especialistas puntualizaron que la aplicación de la NOM-035 sobre factores de riesgo psicosocial es sólo una parte del abordaje integral de la salud mental de los trabajadores, pero la efectividad de las acciones requiere de no ver el instrumento únicamente como un trámite administrativo que se debe cumplir.

Periodista especializado en políticas laborales, indicadores de empleo, futuro del trabajo, desarrollo de carrera, recursos humanos y salud laboral. Actualmente es editor de Capital Humano.

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