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En la era del wellness, la salud mental en el trabajo demanda planes focalizados
La promoción de hábitos saludables es buena, pero no resuelve los problemas de fondo en las empresas para cuidar el bienestar mental de las personas.
En los últimos años, el término wellness ha ganado relevancia por ser una solución enfocada en el bienestar integral de las personas, promoviendo una salud mental plena. En el ámbito laboral, donde existen condiciones que pueden afectar la salud de los trabajadores, estas iniciativas pueden abonar, pero no resuelven los problemas de fondo.
Jorge Mérida Puga, socio creativo de la firma ADN Wellbeing, menciona que la rotación de la plantilla o los accidentes laborales no se solucionan con un plan de wellness. En su lugar, se debe buscar estrategias a largo plazo. Estas acciones son solo un elemento que complementa un plan estratégico de gestión de la salud.
Este plan debe atender situaciones contingentes y facilitar el acceso a servicios de salud para la recuperación del desgaste emocional y mental de los trabajadores.
Mérida considera que el wellness no es una solución a largo plazo ni un paliativo para los problemas de salud mental que enfrenta la fuerza laboral. En ese sentido, el especialista afirma que el bienestar de las personas depende de una estrategia integral de salud en el trabajo, por lo tanto, este tipo de programas no resolverán por sí solo los retos en salud ocupacional de las empresas.
“Lo que les duele a las compañías es que el trabajador esté faltando o que no cumple con sus objetivos. El wellness no sirve para solucionar los problemas de los trabajadores, sino que solo es una ayuda para generar hábitos saludables”, opina Mérida Puga.
Regina Athié, CEO y cofundadora de Cuéntame, indica que las personas son distintas, por lo que es crucial que cada integrante de la plantilla laboral de una compañía pueda acceder a un diagnóstico de salud mental para conocer un panorama de su caso particular.
“Es importante que cada persona pueda tener las herramientas adecuadas según sus necesidades. Para algunos, pueden ser terapias psicológicas con profesionales; otros pueden necesitar herramientas diferentes, como información a través de audios y videos para desarrollar habilidades para enfrentar situaciones específicas”, ejemplifica la especialista.
Por lo que, la estrategia de cada empresa debe de incluir un diagnóstico, proporcionar herramientas adecuadas y crear una estrategia de prevención basada en datos para identificar los problemas del colaborador. Se deben abordar trastornos como el estrés laboral causado por liderazgo deficiente, falta de equilibrio vida-trabajo o cargas laborales excesivas.
Wellnes vs Wellbeing
Athié explica que el término wellness a menudo se utiliza incorrectamente y se percibe como algo temporal, como charlas o meditaciones. Lo ideal es enfocarse en el concepto de wellbeing porque es más amplio y sostenible en el tiempo.
“¿Que significa crear un espacio de trabajo con salud mental? Es tener toda la parte de prevención de enfermedades de salud mental, la identificación y atención de todos los casos que se tienen detectados”, expone.
Los especialistas coinciden en que el término wellbeing tiene un enfoque más amplio, al incluir no solo actividades de relajación o paz mental, sino también herramientas como métricas, diagnósticos, además de terapias, audios y videos para promover la salud mental de manera integral.
“Existen muchas herramientas útiles. En los procesos de onboarding, es importante comunicar los beneficios de la salud mental desde el inicio para generar compromiso; en los procesos de offboarding, es crucial acompañar a la persona y apoyar a los líderes y a su gente en situaciones de ansiedad. La integración y el acompañamiento diario son clave”, expresa Regina Athié.
Origen del término Wellness
Jorge Mérida señala que la palabra wellness es difícil de describir o traducir al mundo del trabajo, especialmente en la región de América Latina, ya que proviene de un concepto que engloba un conjunto de acciones para promover la salud mental más común en los países de habla inglesa.
“En México y otros países de habla hispana, se refiere al tema de promover actividades de manera sistemática que permitan a las personas empoderarse para tener un control de su salud y ejercer la responsabilidad en el autocuidado”, agrega Mérida.
En ese sentido, el especialista opina que la influencia cultural de los países anglosajones ha permeado el concepto en las economías hispanohablantes, y se ha ido forjando en los últimos años hasta llegar a los centros de trabajo, donde se relacionan con la promoción de la salud.
“En este tema de las definiciones, no podemos separar el wellness de la gestión de riesgos para la salud. No creo que solo las actividades de wellness sean suficientes en el sentido de promover el cuidado de la salud”, destaca Mérida.
Por su parte, Regina Athié sugiere a las empresas usar las siglas OSA (Objetivo, Sostenibilidad, Adaptabilidad) para implementar estrategias de salud mental:
- Objetivo: tener claro el propósito de la implementación.
- Sostenibilidad: medir métricas a corto, mediano y largo plazo.
- Adaptabilidad: ajustar el enfoque según lo que funcione mejor.
Para Athié, México existe un estigma en torno a la salud mental, tanto a nivel individual como en las empresas. Sin embargo, la NOM-035 es una herramienta valiosa en el país que permite identificar riesgos psicosociales y evitar daños en la salud mental de los trabajadores.
Sin embargo, no todas las empresas en el país la aplican adecuadamente, ya que muchas veces se enfoca únicamente en el ámbito corporativo y no en la población operativa. A decir de la especialista, las compañías que comprenden el impacto de la salud mental en sus objetivos de negocios son las que implementan programas para todos sus colaboradores. “Es crucial que las empresas consideren a toda su fuerza laboral”.