Lectura 4:00 min
Inteligencia Artificial en el trabajo, ¿qué tareas no se le deben encargar a ChatGPT?
Las ventajas de la inteligencia artificial son muy conocidas, automatización y productividad entre ellas, pero también es importante considerar y entender esta herramienta y qué actividades no deberían realizarse con esta herramienta.
Se habla mucho de la ética al usar Inteligencia Artificial (IA) en todos los ámbitos. El trabajo no es la excepción. Y es que esta herramienta puede ayudar a reducir los tiempos en los que se hacen actividades rutinarias, debido a ello incluso las mismas organizaciones la ven como una manera de incrementar la productividad.
La encuesta El futuro de los profesionales 2024, realizada por Thomson Reuters, refiere que los colaboradores lograrán una disminución de las horas laborales con la inteligencia artificial generativa.
Según el análisis, esta tecnología tiene el potencial de ahorrarle 12 horas por semana en los próximos cinco años a la fuerza laboral, y tan sólo en 2025 podría representará una reducción de cuatro horas por semana, lo que equivale a 200 horas anuales.
"Este potencial de ahorro de tiempo es el aumento de productividad equivalente a agregar un colega adicional por cada 10 miembros del equipo en el personal. Lo que se traduce en aproximadamente 100,000 dólares en horas facturables adicionales”, indica el estudio.
De esta manera, tanto a los colaboradores como a las organizaciones, la inteligencia artificial “les hace ojitos” si se piensa que para algunos les vuelve más fáciles sus actividades y para los otros representa una reducción de dinero.
Y para reforzar la idea de las ventajas, McKinsey señala que la inteligencia artificial generativa tiene el potencial de automatizar las actividades laborales que hoy consumen entre el 60 y el 70% del tiempo de las personas.
Sin embargo, hay tareas que no deberían llevarse a cabo a través de esta herramienta, ¿cuáles son?
Vulnerabilidad de la información confidencial y sesgos
Juan Merodio, consultor de Marketing Digital e Inteligencia Artificial, explica que primero que nada se debe entender cómo funciona esta herramienta. Para poder realizar la generación de textos, correos y demás, la IA almacena la información en los servidores, por lo cual, al colocar información privada se convierte en pública.
Debido a esta situación grandes empresas como Samsung y Apple han prohibido su uso por cuestiones de confidencialidad.
Bajo esta perspectiva, si la información con la que se realiza la petición a la IA es confidencial, se debería pensar dos veces.
La recomendación del especialista es que se utilice esta herramienta como una manera de encontrar inspiración, algunas ideas, pero siempre hay que verificar la información, y de preferencia, realizar desde cero el informe o texto.
Es importante recordar también que la inteligencia artificial es un robot que está entrenado por alguien más para realizar ciertas actividades, por lo tanto, ese entrenamiento tendrá sesgos, así que sería ideal identificarlos en las tareas que se le pide realice.
Para las empresas, el especialista en IA advierte que no se trata de prohibir su uso en el trabajo dado los riesgos, eso podría resultar contraproducente porque al final se usará, esté o no de acuerdo.
Y para muestra, es que más de 92% de las empresas de Fortune 500 utilizan ChatGPT, de acuerdo con el CEO de OpenAI, Sam Altman.
Además, según Pew Research Center, 64% de los usuarios de esta herramienta son trabajadores con estudios universitarios y jóvenes profesionales de entre 18 y 35 años.
Cifras que advierten que la prohibición no es el camino, sino la capacitación. La diferencia, dice Juan Merodio, será las normas que regirán el uso que le den en la organización los colaboradores.
La Pontificia Universidad Católica de Chile refiere que la capacidad que tiene esta plataforma para simplificar procesos empresariales es enorme, y en las organizaciones se convierte en un paso fundamental en procesos de transformación digital.
“Para ello, es importante la familiarización con la tecnología y su integración en sus flujos de trabajo. Esto implica adquirir habilidades en la implementación y gestión eficiente de ChatGPT en entornos laborales, sin dejar los asuntos de ética y responsabilidad”, considera.