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Capital Humano

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Reducción de jornada, salario mínimo y otros desafíos laborales para el próximo gobierno

En medio de compromisos internacionales, expectativa de los trabajadores y proyectos que quedaron pendientes, la próxima administración federal tendrá que asumir un rol activo en materia de política laboral.

Ilustración EE: Nayelly Tenorio

En materia laboral, el siguiente sexenio partirá de un contexto lleno de cambios, casi la mitad de todas las reformas que ha tenido la Ley Federal del Trabajo en sus cinco décadas de vigencia, se realizaron en los últimos seis años. Especialistas coinciden en que en la próxima administración federal se mantendrá en una dinámica de cambios a la regulación y políticas de trabajo, retomando temas como la reducción de la jornada laboral, los permisos de paternidad, la negociación colectiva y el salario mínimo.

“La siguiente administración se encontrará con temas muy importantes. La composición del Congreso dará para que se sigan empujando sobre reformas que se quedaron en el tintero. La reducción de la jornada laboral será probablemente de los primeros temas que se aborden, y si el próximo gobierno es sensible a la petición del sector empresarial de que la implementación sea gradual, se transitará bien con esa reforma y nos ubicaremos en una mejor posición en derechos y bienestar de los trabajadores”, opina Alfredo Kupfer, socio de la práctica Laboral, Seguridad Social y Migratorio de la firma Sánchez Devanny.

La reducción de la jornada laboral fue uno de los proyectos que quedaron pendientes de discutirse en el Congreso de la Unión, la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados organizó foros de parlamento abiertos donde se alcanzó un consenso para avanzar con la propuesta, pero construyendo un régimen de transición; sin embargo, el tema no ha vuelto a abordarse más allá de declaraciones aisladas.

Para Jimena Sánchez, socia de Employment Legal Aid, uno de los compromisos que debe asumir el nuevo gobierno es reducir el tiempo de trabajo. “Es una tendencia a nivel global, no es sólo una propuesta que se haya planteado recientemente y creo que eventualmente es algo que sucederá. Tan es así, que muchas empresas, sin tener la obligación legal, ya han ajustado sus jornadas laborales a 40 horas e incluso han sido mecanismos de negociación en contratos colectivos de trabajo”.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), México se mantiene -según los últimos datos disponibles- como el país con más horas de trabajo, en promedio los mexicanos trabajan 2,226 horas anuales, eso es 27% más que la media de las economías que integran el organismo.

La propia OCDE ha externado su preocupación por las extensas jornadas laborales que tiene México y el poco tiempo que gozan las personas para el descanso. En ese sentido, el organismo ha solicitado avanzar con el proyecto de reducción de horas de trabajo, aunque reconociendo que la experiencia internacional muestra que debe ser un proceso paulatino.

“El tema de reducción de jornada es un tema que estará necesariamente en la discusión, y se tiene que dar. Nadie está en contra de que la gente trabaje menos horas, pero no puede ser una disminución abrupta. Es un tema central que ha sido históricamente de agenda internacional y que tienen que ver con el derecho al descanso”, afirma Carlos Ferran Martínez, socio director de la firma Ferran Martínez Abogados.

Y en esa agenda internacional, agrega el especialista, se encuentran también los permisos de paternidad. Este cambio en la legislación -también pendiente de aprobarse en el Congreso- es un paso importante en la agenda de derechos humanos.

Los permisos de paternidad como un tema prioritario en el siguiente sexenio es algo en lo que coincide Alfredo Kupfer. “Internacionalmente estamos muy atrasados con esta demanda. Es un paso importante para igualar la participación que tienen mujeres y hombres en la familia”.

Los especialistas consultados coinciden en que los compromisos asumidos por México a nivel internacional tanto a través de convenios como en el marco del Tratado con Estados Unidos y Canadá (T-MEC), plantean un escenario de agenda laboral activa en los próximos seis años.

Sin embargo, anticipan que hay más probabilidad que los cambios legislativos que se concreten en la nueva administración federal se relacionen más con el abordaje de problemas estructurales o compromisos internacionales. En ese sentido, las modificaciones para mejorar prestaciones pueden ser más complejas.

Salario mínimo, no hay marcha atrás en la agenda

El salario mínimo fue una de las acciones en política pública en materia de trabajo más destacadas del actual gobierno federal. La remuneración básica pasó de 88.40 (2018) a 248.90 pesos (2024).

Desde la perspectiva de Jimena Sánchez, la siguiente administración federal heredará “una expectativa alta de mantener los niveles de incremento”. Y este tema no es menor porque, a pesar de que se requería una mejora, la inflación ha ido de la mano, “y aunque ganes más, gastas más”.

Esto es un aspecto que desde la propia Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), el organismo ha reconocido que en el próximo sexenio los incrementos deben moderarse para evitar efectos en la inflación.

Y todo esto plantea un escenario interesante para el siguiente gobierno, ya que una exigencia para México en el marco del T-MEC. “México tiene le deber constitucional y a nivel de tratado internacional de mejorar permanentemente los sueldos, de eso nadie se va a librar y va a seguir pasando”, indica Carlos Ferran Martínez.

Negociación colectiva, aún queda camino por avanzar

Uno de los cambios laborales más trascendentales fue la reforma a la Ley Federal del Trabajo para establecer nuevas reglas de negociación colectiva, democracia sindical y un nuevo modelo de resolución de conflictos con una apuesta en la conciliación.

“El siguiente gobierno dentro de su cancha tendrá la continuidad de la promoción del respeto a estos derechos laborales e incluso asesorando a empresas y sindicatos. Además de prepararse para la revisión del T-MEC, cuando entre en funciones el nuevo gobierno, le quedará poco más de un año para eso, y en materia laboral hay muchos aspectos en los que se debe poner atención”, opina Alfredo Kupfer.

En ese sentido, señala el especialista, una de las áreas de mejora es que el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida pueda ser activado contra un sindicato. “También están involucrados en aspectos que limitan la libertad de asociación o negociación colectiva”.

Para Jimena Sánchez, las elecciones en Estados Unidos y la revisión del T-MEC serán factores que también definirán la agenda laboral del siguiente sexenio. “Hemos tenido muchas activaciones del Mecanismo de Respuesta Rápida, tenemos los agregados laborales y muchos convenios de remediación derivados de esos mecanismos, y será muy enriquecedor ver cómo se revisa el contenido del tratado”.

Con independencia de las próximas modificaciones laborales, los especialistas coinciden que el siguiente gobierno federal debe mantener el diálogo social y tener precaución en las formas en que se den los cambios, considerando que se partirá de un contexto de muchos ajustes.

Lo que sí es un hecho, es que la próxima administración federal heredará un marco legal-laboral sólido. “Va a heredar una Ley Federal del Trabajo muy diferente, hoy tenemos una Ley más orientada a la realidad y que persigue algo más genuino, de menos simulación y de más protección a los derechos laborales”.

Periodista especializado en políticas laborales, indicadores de empleo, futuro del trabajo, desarrollo de carrera, recursos humanos y salud laboral. Actualmente es editor de Capital Humano.

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