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Capital Humano

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Trabajos rutinarios y con pocos retos, ¿cómo impactan la salud mental?

Las cargas laborales excesivas pueden ser un riesgo para la salud mental de las personas, pero también el polo opuesto, actividades repetitivas y con bajo esfuerzo afectan el bienestar de las personas.

Foto: EspecialShutterstock

Un trabajo pasivo, rutinario, repetitivo, con pocas oportunidades para tomar decisiones, puede hacerte tanto daño como uno en el que la sobrecarga laboral sea el pan de todos los días. Checa cómo afecta tu salud mental.

Jorge Gutiérrez Siles, consultor senior de la firma Kaysa, explica que un trabajo de este tipo puede ser desestimulante, y eso desencadena problemas como depresión y ansiedad en el trabajo, algunos ejemplos de ello son las labores administrativas de oficina, los trabajadores de transporte o personal que realiza prestación de servicios.

Cuando un trabajador tiene que realizar una labor que no le requiere un gran esfuerzo o demasiado sencilla, decimos que tiene una subcarga mental cualitativa, que tiene consecuencias similares a la sobrecarga y el estrés de un trabajo demandante, “porque la falta de estimulación es tan perjudicial como el exceso”, expone Gutiérrez Siles.

El especialista señala que el aburrimiento, monotonía, van asociados con un trabajo de contenido mental o intelectual bajo, y para que el empleo sea una fuente de bienestar, hay ciertas exigencias mentales que se requiere contemplar.

Por su parte, Yunue Cárdenas, coordinadora del Hub de Psicología de Affor Health, coincide en la importancia de sentir que se logran objetivos, se descubren nuevos caminos, lo cual es crucial para todos. “Porque si solo hacemos lo mismo pues ahí voy perdiendo sentido de desarrollo, de capacidad, y es una forma también de decirle a la gente, de parte de quienes lideran, pues no confío tanto en ti o no eres suficientemente capaz”.

En esta ecuación, es importante considerar los elementos que pueden causar las llamadas fatigas periféricas, es decir, lo que está alrededor de este trabajo, dice Jorge Gutiérrez.

 Un trabajo de estas características puede generar aburrimiento y desmotivación al ser repetitivo y carente de desarrollo, lo que provoca una desestimulación, ahí puede inferirse la falta de desarrollo profesional

“Lo anterior implica una afectación en su autoestima, en su falta de sentido del logro, por supuesto, esto genera estrés”, comparte el consultor de Kaysa.

Si a esta tarea repetitiva y de poco esfuerzo se combina con alto control de trabajo y no existe un buen apoyo social, se generan trabajos aislados emocionalmente y esto afecta mucho.

En ese sentido, Gutiérrez Siles agrega que un empleo sin estímulos se puede combinar con factores como la higiene en el trabajo, que se refiere a las condiciones en las que se realiza, por ejemplo la supervisión, las políticas de la empresas, las relaciones interpersonales.

“Si estos elementos están ausentes o no están bien diseñados, pueden generar insatisfacción, y en caso de que estén planteados de manera adecuada tal vez sólo exista la falta de motivación en los colaboradores”, advierte.

Por otra parte, se encuentran los factores que generan motivación en el trabajo, y que implican las oportunidades de crecimiento, el reconocimiento, el logro, un trabajo desafiante, donde exista responsabilidad, cuando eso se genera motivan el trabajo. De lo contrario se estará generando además una falta de compromiso.

¿Qué pueden hacer las empresas?

Si bien no se trata de eliminar los puestos de trabajo repetitivos o de esta naturaleza, las empresas deben considerar las características del colaborador, así como las demandas del puesto de trabajo, de esta manera se podrán asociar sus características y competencias a las exigencias del empleo.

Si una persona ya está laborando en estas condiciones, algunas acciones que podrían poner en marcha las compañías para generar un cambio son la rotación de tareas, lo que permitiría adquirir nuevas habilidades; así como capacitación y desarrollo para profesionalizar y que puedan aspirar a otros puestos.

“También es importante que el apoyo social ayude para fomentar un ambiente de trabajo positivo, porque también si el ambiente es positivo, hay apoyo social, rotar tareas y de buena comunicación, puede coadyuvar al rediseño de esa tarea”, recomienda Gutiérrez Siles.

En tanto, Yunue Cárdenas, afirma que si las empresas detectan que existe un interés en los colaboradores por desarrollarse, es importante que les faciliten el camino, tal vez no que les pongas todo, pero sí que les digas “sí se puede”.

Recomendaciones para el trabajador

Aunque Jorge Gutiérrez advierte que el cuidado de los factores de riesgo psicosocial son responsabilidad de las organizaciones, a raíz de la implementación de la NOM-035, y son éstas las que deben monitorear a sus trabajadores para desarrollar políticas que generen efectos positivos, los colaboradores sí pueden tomar acción.

En ese tenor, el especialista recomienda que el trabajador tenga hábitos que le ayuden a cuidarse a sí mismo, en principalmente cuatro dimensiones: la física, la psíquica, salud mental y la social.

“Entonces, si el trabajador tiene cuidado en su salud emocional, puede de alguna forma tener mayor resistencia ante fenómenos que le causen estrés. Por ejemplo, si hace actividad física diaria, toma suficiente agua, come bien y duerme bien 7.5 horas, pues va a tener al menos el cuerpo una posibilidad de una buena respuesta”, comenta.

Y como no sólo somos cuerpo, sino también mente, como dice la Organización Mundial de la Salud (OMS): no hay salud sin salud mental, también se requiere trabajar mindfulness, en sesiones de meditación, y si es necesario, en una terapia psicológica, administra el tiempo adecuadamente y gestionar adecuadamente las emociones, pues eso le va a dar una fortaleza muy importante a las personas, también el tema del autoestima y personalidad”, dice el especialista.

El ámbito social también es importante, es decir, relacionarse, tener un amigo con quien platicar en el trabajo, contar con una red social de apoyo, tener actividades sociales, la recomendación son seis horas al día como mínimo para socializar, refiere.

Por su parte, Yunue Cárdenas opina que “todos tenemos esa brasa interior que necesita tener ese soplo para volver a encender, aunque suene muy cursi, como esta llama de la pasión por lo que haces. Hay que seguir siendo curiosos para soplar esa llama y que se vuelva a encender”.

Como colaborador, es necesario tener claro el propósito de vida, para conocer de qué manera empata este con los valores de la empresa, y hacia dónde va el crecimiento, en esa medida se podrá hacer lo que apasiona, desarrollarse, y crecer, coinciden los especialistas.

Periodista especializada en temas financieros y económicos; hoy también escribe sobre empleo, carrera, políticas laborales, salud mental en el trabajo, desarrollo profesional, marca personal.

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