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Arriola, outsider para relanzar la Liga MX
El nuevo presidente de la liga acumuló años de experiencia como servidor público administrativo, un rasgo que la Asamblea de Clubes mira como ventaja competitiva para llevar el destino económico de la organización.
Las finanzas de la Liga MX tienen a un nuevo estratega: Mikel Andoni Arriola Peñalosa, que llega del ámbito político a la administración del futbol mexicano con cuatro principales ejes en su método de trabajo: diagnóstico, diseño, ejecución y seguimiento.
“Esa es la fórmula que me ha dado resultados. En mi gestión va a existir una práctica de transparencia, generación de valor, acompañamiento con autoridades para seguir beneficiando al aficionado, pero también que me oigan todos los jugadores: tienen en mí a un gran aliado para su desarrollo personal”.
Su gestión en instituciones públicas como Banrural, Cofepris y el IMSS fueron su principal carta de presentación para que la Asamblea de Clubes lo confirmara como presidente, el lugar que ocupó durante cinco años Enrique Bonilla, que ahora tendrá el control de los asuntos internacionales.
Durante su presentación, Arriola presumió que fue el responsable de darle un superávit al IMSS luego de 35 años en números rojos y aseguró que hará lo mismo con la Liga MX.
“Cuando maximizas un activo, por ejemplo con lo que se hizo con la compra consolidada de medicamentos, se pudieron comprar muchas más piezas. Tenemos que revisar con los clubes para salir con un paquete de maximización”, respondió a El Economista respecto a cuál es su estrategia comercial.
Sus responsabilidades serán administrativas, financieras y fiscales. En ese sentido, sus tareas principales se dividen en: la profesionalización de la Liga MX como empresa, incrementar los ingresos de los clubes para que puedan invertir en fuerzas básicas y transparentar los recursos, lo que incluye también vigilar que las finanzas de cada equipo sean robustas para evitar casos de inestabilidad económica como pasó en años recientes con los extintos Jaguares y Veracruz.
“Me siento muy bien preparado e informado de los temas. Tengo muy claros los objetivos de corto, mediano y largo plazo. He sido deportista toda mi vida y sé lo que piensa el deportista como tal de la administración del deporte”, indicó Mikel, quien ha sido mundialista por México en siete ocasiones en la disciplina de pelota vasca.
Según el documento de candidatura que presentaron México, Estados Unidos y Canadá a la FIFA para ser sede del Mundial 2026, la Liga MX registró ingresos por alrededor de 200 millones de dólares en el 2017, siendo la cifra más alta para una liga deportiva que no pertenece a Estados Unidos (se ubicó en séptimo lugar general de esos tres países; la liga principal fue la NFL, con ingresos de 1, 200 millones de dólares).
“Como administradores, tenemos que generar condiciones de crecimiento, maximizar activos para incrementar también los ingresos de los propios clubes y que se reinviertan en mejores espectáculos y la aparición de nuevos talentos. No solo es incrementar los ingresos por incrementarlos, sino que regresen en inversión de un mejor espectáculo y mejores condiciones en los estadios”.
Otro tema importante a su llegada es la transparencia. En noviembre del 2019, Enrique Bonilla y Santiago Nieto firmaron un convenio de colaboración entre la Liga MX y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda; casi un año después, el propio Bonilla pidió a la UIF que investigara a personas físicas y morales involucradas en el futbol mexicano para descartar ilegalidades como lavado de dinero y delincuencia organizada.
Mikel aseguró que está familiarizado con temas de transparencia e inteligencia financiera desde que trabajó en la Unidad de Legislación Tributaria de la Subsecretaría de Ingresos de Hacienda, entre 2007 y 2011, por lo que trabajará sin problemas en conjunto con las autoridades gubernamentales: “me parece que las normas y la regulación tienen gran trascendencia para nuestro país”.
Aclaró que su nuevo cargo en la Liga MX no tiene nada que ver con política, luego de que en 2018 contendió por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México por el Partido Revolucionario Institucional (PRI): “Yo ya soy todo de la Liga MX, no tengo alguna agenda política en lo absoluto, tengo gran ilusión y orgullo de trabajar para los profesionales del futbol. No tengo ninguna aspiración política. Nunca he tenido ninguna militancia en ningún partido político, en la campaña del 2018 competí como simpatizante”.
Arriola se convierte así en el tercer presidente de la Liga MX desde que el torneo de Primera División en México recibió ese nombre en 2012. Sus predecesores fueron Decio De María (2012-2015) y Enrique Bonilla (2015-2020). En ese mismo periodo ha habido también tres presidentes de la Federación Mexicana de Futbol (FMF): Justino Compeán (2006-2015), Decio De María (2015-2018) y Yon de Luisa (2018-actualidad).
Mejorar la relación norte y sur
Bonilla, en la división del trabajo, asume los asuntos internacionales
Enrique Bonilla mencionó dos objetivos principales en su nueva agenda de asuntos internacionales: Copa Libertadores y un torneo en conjunto con las MLS (Major Soccer League).
“La realidad es que una parte importante de la decisión que me lleva a solicitar la división del trabajo en dos partes es precisamente el dedicarle más tiempo a todo el contexto internacional; dado que tenía la operación tanto nacional como internacional, cualquier tipo de negociación o plática se hacía lenta. Con Mikel, podremos desarrollar todos los proyectos: control económico, relación con las autoridades y mejoras a la operación de la liga”.
De esta forma, Bonilla dejará de ser el único presidente de la Liga MX luego de cinco años, en los que asegura que su mejor logro fue el nacimiento de la liga femenil y la profesionalización general de la organización, mientras que su ‘deuda’ fue el no poder concretar la formación académica del 100% de los jóvenes que llegan a las fuerzas básicas de los clubes (a partir de sub-13).
Con su nueva función, Bonilla recalcó que tendrá “más tiempo” para poder impulsar la internacionalización del futbol mexicano mediante dos acciones concretas: regresar a la Copa Libertadores y crear un torneo conjunto con la MLS, que tiene equipos de Estados Unidos y Canadá.
Al mismo tiempo, seguirá fungiendo como presidente del Foro Mundial de Ligas de Futbol (WFL, por sus siglas en inglés), de donde, menciona, ha aprendido cosas de la Premier League (Inglaterra), la Bundesliga (Alemania) y, en específico, de Javier Tebas, presidente de LaLiga (España) para poder implementarlas en México.
“En 17 años que llevamos Decio De María y yo en la Liga MX, hemos visto cómo ha cambiado drásticamente la imagen, operación y realidad. Soy un convencido de que con esta nueva forma de trabajo vamos a poder operar a gran velocidad en el plano internacional y con control económico”.
Durante la gestión, la Liga MX eliminó el descenso durante las próximas seis temporadas, salió de las competencias sudamericanas porque los calendarios se empataban con torneos locales y de Concacaf, además de desafiliar a Veracruz y Chiapas por asuntos de inestabilidad financiera.
También, nació la Liga MX femenil y se abolieron viejas prácticas como el ‘Pacto de caballeros’ y el draft, lo que concedió más libertades a los jugadores para poder fichar con cualquier club y sin límite de tiempo de un solo día.