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Atletas frente al espejo en un tema tabú

Los temas que importan a los deportistas no solo tienen que ver con conseguir medallas, porque detrás de la competencia pueden cruzar por batallas en el deseo de perfeccionar su físico, como la anorexia, bulimia, purga o consumo no controlado de sustancias para el rendimiento.

Los atletas de alto rendimiento son personas competitivas todo el tiempo, incluso, cuando tienen a la vista los alimentos. Cuidan su alimentación para hacerla aliada del rendimiento, pero cuando se vuelve un rival más, puede volverse un trastorno de la alimentación que se manifiesta de varias formas.

La pentatleta mexicana Tamara Vega, que se retira en los próximos Juegos Olímpicos de París 2024, después de casi 15 años como seleccionada nacional, pone el tema sobre la mesa. Con base en su propia vivencia después de superar trastornos alimenticios llama a los atletas mexicanos a auto examinarse, asesorarse y comenzar un tratamiento en caso de identificar que tienen un problema alimenticio. En principio, la detección no es sencilla y los patrones de conducta pueden ser ocultados por los deportistas durante más de seis meses que es en promedio, el tiempo mínimo en el que se deben encender las alarmas para vigilar la nutrición bajo el análisis de la psicología.

“Un deportista es como otra especie, todo el día está compitiendo, desde que amanece hasta que anochece. Por eso, hay nutriólogos especializados en deportistas de alto rendimiento, nuestro sistema funciona de otra manera. Los desordenes alimenticios son bastante graves, yo visualicé una parte pequeña de mi entorno durante mi carrera, pero atrás de cada atleta hay un mundo, puede ser de depresión, ansiedad, y otras cosas, muchos atletas desprotegidos que no saben a quien acercarse”.

La iniciativa de Tamara Vega surgió cuando subió una foto suya a sus redes sociales. Ella apenada por sus "defectos físicos" escribió sobre los efectos psicológicos y alimenticios que le provocaron no tener el "cuerpo perfecto" que los atletas “deberían". Los comentarios comenzaron a caer con empatía y con la necesidad de hablar del tema. Este 2023 lanzó la Fundación Tamara Vega y en un documental “Atletas frente al espejo #Amatureflejo” entrevistó a las siguientes atletas: Annel Tapia (basquetbol), Ana Torres Wong (levantamiento de pesas), Alejandra Bonilla (luchas), Jessica Bonilla (ciclismo), Alejandra García (boxeo), Paulina Suárez (nutrióloga), Adriana Jiménez (clavados de altura), Gabriela Huerta (remo) y Cynthia Quesada (gimnasia).

“A partir del lanzamiento de la Fundación, diario recibimos mínimo un mensaje de una mujer; de hombres, es muy poco, siento que para ellos es más difícil aceptar estos problemas. Entrevistamos a atletas de pesas, lucha, gimnasia y en deportes de apreciación sobre todo, los acuáticos, se vive un tormento, es un índice mayor”, subraya la pentatleta.

Tamara cuenta, que se encuentra enfocada a conseguir el boleto a los Olímpicos de París, y que la Fundación está en su etapa de lanzamiento, pues al retirarse como atleta, el enfoque será crecerla más. Actualmente hace equipo con tres especialistas: nutrióloga, psicólogo, psiquiatra. Después, agregaría a doctores, fisioterapeutas, coaching, cursos de cocina (para que los deportistas conozcan opciones) y cursos holísticos como la meditación.

“Para el capital inicial, queriendo implementar una clínica para la Fundación y conseguir el material, se necesitan más de 3 millones, pero para la visión que tenemos necesitaríamos más. Es la primera vez de un proyecto de esta naturaleza, no había escuchado de otro, aunque era un tema que entre deportistas sabíamos. Tampoco en otro país, aunque sé que es un tabú en el mundo, en México más y no se toman cartas en el asunto”.

Paulina Suárez, nutrióloga deportiva con diploma en trastornos de la conducta alimentaria es participante del proyecto en la Fundación. En charla también con este medio, define que un desorden alimenticio: "está clasificado como una cuestión mental y se empieza a notar cuando los síntomas son evidentes. Nadie del entorno puede incluso darse cuenta de las conductas patológicas que están legitimadas y normalizadas. Los atletas son un grupo de riesgo por las exigencias de su actividad.

"La negación y el enojo son unos de los principales signos de que el atleta no acepta que tiene un problema, lo mira normal, o dice que se lo pidió el entrenador. Buscan maneras de comportarse así sin que los demás se entrometan. Una persona que no quiere tratarse, no lo va a hacer, hasta tocar fondo. Es difícil que un trastorno pueda atenderse tempranamente, hay algunos que ya llevan una media de hasta 5 o 10 años", explica la nutrióloga. 

marisol.rojas@eleconomista.mx

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