Lectura 3:00 min
Atlético Mineiro construye su gloria desde los 11 pasos
Ganó 2-0 en el tiempo regular para igualar el global y luego coronarse en la última instancia. Es la primera Libertadores para el club.
La locura se desató hasta que el tiro penal de Matías Giménez se estrelló en el poste de la portería que defendía Víctor, el portero de Atlético Mineiro; hasta entonces, todo el ambiente del Estadio Mineirao se transportaba de la angustia a la euforia, del temor a la ilusión. Olimpia llevó hasta la última instancia la definición del campeón de la Copa Libertadores, que al final quedó en manos de los brasileños, quienes tuvieron la virtud de no desfallecer, de no claudicar en el intento, primero de empatar el marcador global a dos goles y después, de lograr el título desde los tiros penales, 4-3, para consagrarse como monarca del continente.
Y es que los guerreros del equipo paraguayo hicieron sufrir a los más de 60,000 aficionados brasileños que asistieron al partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores, pero al final, agotados física y mentalmente, tuvieron que ceder la ventaja de dos goles que consiguieron en el partido de ida, para después errar dos de los cincos tiros desde el punto penal.
La misión no fue sencilla para Atlético Mineiro, primero porque Olimpia decidió defenderse desde el primer minuto del partido; luego, los brasileños cayeron en la desesperación de errar pases y decidir por la única vía de ataque que contemplaron para el partido: el centro al área.
El primer tiempo trascurrió con los excesivos centros desde las bandas, los brasileños no contemplaban otra ruta de acceso a la portería paraguaya que no fuera un centro. Para los defensas visitantes, resultó más fácil defender, y los hombres más creativos de Atlético Mineiro, Ronaldinho y Bernard, se perdían en las afueras del área intentando un disparo a la portería.
Con una posesión total del balón 70 frente a 30%, la insistencia fue el premio de los brasileños. Al minuto 46, ya en el segundo tiempo, llegó el centro número 39, la defensa falló y Jo empujó el balón a la portería, anotando el tanto que al final le dio el título de goleo del certamen. Con el gol también llegó el epílogo de Olimpia. El equipo paraguayo apostó a defender cada uno de los centros brasileños, repeliendo cualquier balón desde las bandas.
Fue entonces que, ante el agotamiento de los jugadores y las fallas en el ataque que tuvo Ferreyra, Olimpia dejó escapar sus opciones de triunfo. La expulsión de Julio Manzur, el defensa que despejó una docena de centros, cobró relevancia minutos después con el gol de Leonardo Silva, en remate de cabeza, que empató el marcador global.
Con el empate, la prórroga fue insostenible para los equipos y los penales decidieron al campeón. Parece ser que la Selección Brasileña contagió a los equipo del país. La única estrategia de los cariocas fueron los centros, hasta 85 en todo el partido, pero sólo llegó a un compañero 45 por ciento.
El estilo ya no importó para Atlético Mineiro, que desde los 11 pasos se erigió como el monarca del continente, dejando a un lado el estilo agradable del futbol brasileño.
rgs