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Dos finalistas determinados desde los 11 pasos

Superaron a América y a Puebla, respectivamente, en las series de penales, y van la próxima semana por la copa.

Cruz Azul tiene motivos para sonreír, ilusionarse; se puso a un partido de volver a ganar un título luego de 15 años y tres meses de amarguras, fracasos, de siempre quedarse a un paso de levantar el trofeo.

La Máquina se impuso a América 6-5 en el Clásico Joven en una dramática tanda de penales y permitió que su directiva y afición vuelvan a esperanzarse con dejar la maldición de perder cualquier final que se le ponga en frente. Los cementeros serán rivales de Atlante, que se impuso en la misma instancia a Puebla.

Apenas Aquivaldo Mosquera erró el último disparo de la tanda de penaltis, los 18 futbolistas de Cruz Azul comenzaron a brincar como niños, todos con los brazos en alto, los puños cerrados,

intercambiando abrazos, al mismo tiempo que se acercaban a su afición, que luego de 15 años de sufrir penas y burlas, con siete finales perdidas, anoche tuvo motivos de sobra para sentirse orgullosa de su equipo que echó al rival odiado de la Copa que anhelan tener en sus vitrinas.

Había sido un Clásico Joven intenso, peleado los 95 minutos que duró el compromiso en su tiempo regular en el que de la mano de Christian Chaco Giménez los visitantes se adelantaron en el marcador para luego tirarse atrás de manera clara e intentar defender la ventaja, hasta que en la segunda parte Narciso Mina, con su octavo gol de la competencia, igualó el tanteador y provocó que viniera lo mejor del compromiso.

Un desenlace de segundo tiempo de ida y vuelta se vivió en el Azteca, con Jesús Corona como héroe celeste al atajar un disparo violento de Raúl Jiménez, y con Javier Orozco como villano al perderse un gol cantado, solo frente al arco.

Ante los yerros en cada uno de los intentos, Miguel Herrera, entrenador americanista, quizá comenzó a presentir que de nueva cuenta fracasaría en el torneo en el que se fijo como meta levantar la Copa, mientras que Guillermo Vázquez, estratega de La Máquina, quedaba paralizado en su área técnica, anhelando que sus pupilos tuvieran la fortuna de ir por su octavo final desde su último título en 1997.

Al final las sonrisas se pintaron de azul, con Aquivaldo Mosquera como el villano azulcrema, situación que permitió a los visitantes llegar a una final más e intentar hacer olvidar las siete que han perdido (cuatro de Liga, dos de Concacaf y una Libertadores). Por su parte América deberá seguir recordando su última fase por el título, ya en el lejano 2007.

VILLALPANDO FUE LA FIGURA

Con el portero Jorge Villalpando como figura al detener dos tiros y acertar el cuarto de su equipo, Atlante se clasificó a la final al vencer en tanda de penas máximas a Puebla 5-4 (6-5 global).

El chileno Esteban Paredes marcó por Potros de Hierro con ejecución desde el manchón penal, en jugada polémica al minuto 78, para alcanzar en el marcador a Camoteros, que se adelantó en el 71 por conducto de Isaac Romo, quien había ingresado de relevo en el complemento, en el tiempo regular.

Ya en el desempate, acertaron por el cuadro azulgrana Francisco Fonseca, Alberto Jorge García, el guardameta Jorge Villalpando, Oscar Vera y Luis Gerardo Venegas, mientras el uruguayo Joe Bizera estrelló su tiro en el travesaño en el tercer tiro y el chileno Esteban Paredes voló el suyo en el quinto turno.

Por La Franja convirtieron sus opciones Luis Miguel Noriega, William Paredes y el uruguayo Jonathan Lacerda, en la ronda inicial, donde echó a las nubes el cuarto intento Pablo González Díaz y Villalpando le detuvo el quinto a Isaac Romo; Eduardo Arce emparejó 4-4 al anotar el sexto y el portero detuvo el séptimo a Jaime Durán.

carlos.herrera@eleconomista.mx

RGS

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