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Dos miradas, pero sólo uno será campeón

Hoy se define al campeón de la Copa Libertadores. Aquí una radiografía de los dos entrenadores que disputarán el cetro esta noche.

La Copa Libertadores sigue siendo recelosa con los extraños. Para los que desconocen su esencia y pasión continúa siendo territorio inconquistable. La experiencia desde el banquillo y previamente como jugadores por las canchas sudamericanas, permiten conocer y respetar la altura de La Paz o Quito, la humedad del amazonas y las playas brasileñas, o el frío en invierno que emana del río de la Plata o Asunción.

Edgardo Bauza y Gustavo Morínigo confirman la tendencia. Los técnicos finalistas expanden el dominio del cono sur en su torneo, en donde sólo Mirko Jozic, croata, ha ganado el título continental llegando desde Europa, Béla Guttmann y Renato Cesarini perdieron la final y ni los mexicanos José Luis Trejo y José Luis Real lo lograron, siendo más cercanos a la cultura latinoamericana.

Hoy en el partido de vuelta entre San Lorenzo y Nacional de Paraguay, los estrategas sacaron provecho de su paso como jugadores, y con sus conocimientos sobre territorios y culturas ya como técnicos quieren ganar el máximo torneo del continente.

EDGARDO BAUZA ?Y CÓMO GANAR RESPETO FUERA DE CASA

El técnico de los cuervos conserva el rostro duro y la fortaleza de aquellos días como defensa de Rosario Central. Todo el carácter que le permitió anotar 80 goles en 310 partidos con el club argentino no fue suficiente para trascender en la copa, donde apenas pudo participar en dos ediciones y nunca superó con su club la primera fase.

Como técnico recurrió al exilio para hacerse de un nombre. Aunque comenzó como entrenador en Rosario, sus éxitos en Perú y Ecuador llamaron la atención de su país.

En el 2008 fue campeón de la Copa Libertadores con Liga Universitaria de Quito, donde destacaron sus dotes de líder, estudioso de la táctica y el rival, y motivador. Nunca un equipo ecuatoriano había ganado un torneo internacional; uno de sus métodos consistía en no hacerse amigo de los jugadores y cumplir religiosamente su palabra.

Soy un obsesivo compulsivo del orden y el trabajo. Jugar contra mis equipos les molesta porque saben que estamos encima del jugador, exigiéndole, pidiéndole más , sentenció previo a salir de Ecuador.

Ahora llevó a San Lorenzo a su primera final continental; entonces, sus ocho años fuera de Argentina fueron el camino para regresar a la final de Libertadores con la categoría de ganador y respetado en su país.

EL RETIRO PREMATURO DE MORÍNIGO ?ES EL TRIUNFO DE NACIONAL

Gustavo Morínigo no imaginaba que a los 34 años tendría que despedirse del futbol como jugador. Con Nacional cumplió el hito del club de debutar en Copa Libertadores; tres años después el estratega es líder de un grupo de jugadores a los que 70% de ellos los tuvo como compañeros.

Además de por su juventud, Morínigo destaca por su innovación. Él mismo se denomina autodidacta, admirador de Gerardo Martino y le gusta como estilo el juego corto, por debajo, asociativo y con mucho sacrificio.

Por eso recobran importancia sus éxitos. Fue campeón de Paraguay con Nacional 63 años después de su último título y es apenas el segundo equipo guaraní que llega a la final de la Libertadores. Más importante aún, formó al equipo alrededor de su figura por medio de las ideas, no de la fuerza y disciplina. Creo mucho en el liderazgo del técnico. Hay trabajo de la táctica pero también desde la psicología. Nosotros hablamos con los jugadores, tratamos de irles por el lado del convencimiento. La imposición ha perdido fuerza en estos tiempos , dijo previo a la final.

eduardo.hernandez@eleconomista.mx

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