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El futbol no se reinicia para todos

Ligas de futbol varonil que se reactivaron tras meses de pausa por la pandemia muestran la intensificación de las diferencias con el futbol femenil. La profesionalización de jugadoras es en sí también un terreno desnivelado entre continentes ¿Qué factores ayudan al desarrollo?

Las denuncias en el futbol femenino han sido constantes toda vez que este logra sus propias victorias dentro del campo, como la atracción de patrocinadores de alto perfil tal como Nike o VISA, nuevos inversores o el interés de los diversos medios de comunicación y sus condiciones laborales siguen sin ser aptas para el desarrollo óptimo de esta práctica.

Cada semana vuelven a las pantallas las competencias de futbol varonil más importantes de Europa para finalizar las temporadas que quedaron pendientes, no así la Premier League femenina o la Primera Iberdrola, la primera por su capacidad financiera y la segunda debido al carácter no profesional que le adjudicó la Ley del Deporte de 1990.

Pedro Alvarado, CEO de W Sport Management, agencia de management deportivo de futbolistas, califica este suceso como contradictorio luego de que en febrero se celebrara un acuerdo histórico laboral en la liga española.

“Hubo muchos cambios que conllevan a que esté más cerca la igualdad, va con pasos firmes y eso es lo que hay que seguir para que en México las jugadoras estén más protegidas, puedan vivir de su trabajo, que sean bien remuneradas, a fin de cuentas están entregadas al futbol y deben ser consideradas como profesionales” dijo el agente.

“El hecho de solamente volver el futbol masculino y no el femenino lo vemos como un retroceso muy importante. Vemos una intensificación en estas diferencias que existen en el área, de tener menos estructura, menos patrocinadores, menos trabajo intensivo de fuerzas básicas y fundamentalmente el hecho de la remuneración salarial”, indicó Gerardo Molina, especialista asesor y profesor emérito en marketing deportivo y CEO de la agencia Euroamericas Sport Marketing.

A medida que nos acercamos a América Latina, el desarrollo del profesionalismo acrecienta su rezago y el avance es menos notorio, pues mientras en las principales ligas europeas (Alemania, Inglaterra, Francia e Italia) y en Norteamérica los esfuerzos ya se focalizan en elevar el juego en lo comercial y competitivo, “Latinoamérica está en movimientos de parto, queriendo luchar y crecer, empezando porque se respete al futbol femenino como el masculino (...) sumado a toda una estructura de profesionalización que no se cuenta y comercialización que es la gran diferencia con Europa”.

Ejemplo de ello fue la publicación del manifiesto de la Asociación Mexicana de Futbolistas (AMFpro) “Cuando todas juegan” el pasado 8 de marzo, cuyo fin era “reconocer la situación actual del deporte femenil, plantear las necesidades que aún quedan por satisfacer, y los retos que aún nos separan de una verdadera equidad de género” y que  aún no exista un plan de branding por parte de la Federación o de la Liga, es decir, de un  diseño, construcción y desarrollo de una marca.

“Ni los clubes o la federación ha hecho un trabajo en cuanto a revalorizar la liga femenina a través del marketing deportivo y el patrocinio deportivo y una planificación comercial para realmente seducir al capital privado y tener un nivel de patrocinio e inversiones como lo tiene el futbol masculino”, señala Molina.

Y mientras que en Latinoamérica los derechos de transmisión se continúan vendiendo como paquetes al adquirir los partidos masculinos, el último Mundial femenino realizado en Francia en 2019 y donde México no tuvo participación, tuvo como efecto la compra de las transmisiones de partidos femeninos en Francia, Alemania, Inglaterra y España que, de acuerdo con los datos proporcionados por el especialista, en estos se invierte entre el 20 y 40 por ciento de lo que se paga por el futbol varonil.

Además, el especialista indicó que entre las ligas top 5 de Europa se facturaron en patrocinios más de 6,300 millones de dólares en total contra un monto de 1,450 millones en latinoamérica y recalcó que tras la nueva dinámica de jugar sin público será importante ser creativo en las estrategias de activación de marcas fuera del terreno de juego.

Debido al rezago profesional, el futbol femenil a nivel mundial está sentando las bases de un crecimiento económico, derivado de la planeación de estructuras y programas focalizados en ello y de la creación de empleos con la protección de derechos y condiciones básicas. FIFPro lanzó Raising our Game, una guía del estado actual del futbol femenino que consta de una serie de recomendaciones para mejorar las condiciones laborales de las futbolistas.

Estas se centran en establecer estándares globales mínimos de empleo, estándares mínimos mundiales en torneos internacionales, negociación colectiva como estándar industrial universal, nuevos formatos y horarios de competiciones globales de clubes y equipos nacionales.

fernanda.vazquez@eleconomista.mx

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