Fulham, la prueba crítica de Raúl Jiménez

Mientras varios atletas en el mundo están viralizando el término "last dance" (último baile) para referirse a una última temporada en la que intentan extender su legado, como LeBron James en la NBA y Fernando Alonso en la Fórmula 1, hay otros que conceptualizan un "last chance", es decir, una última oportunidad para demostrar su vigencia.

En el segundo caso entra el futbolista mexicano Raúl Jiménez, quien este verano fue transferido del Wolverhampton al Fulham, donde también militó el defensa azteca Carlos Salcido entre 2010 y 2011. Esto le garantiza al atacante mantenerse al menos dos años más en la Premier League, considerada la liga más competitiva de Europa.

El movimiento significa una prueba crítica para Jiménez y su ambición de continuar en el Viejo Continente, donde aterrizó en 2014. El delantero viene de cerrar su segunda temporada más floja (2022-23) con apenas 15 partidos en liga y cero goles, por lo que su continuidad se puso en duda y se llegó a hablar de su retorno a México, hasta que apareció Fulham como su bálsamo.

“Siempre he pensado que los cambios son para bien, así que estoy feliz de estar acá. Voy a dar lo mejor de mí para continuar marcando goles en la Premier League (…) La última temporada no fue la mejor ni para mí ni para el club (Wolverhampton), pero pienso que aún tengo futbol que mostrar y este es un buen momento para una nueva aventura”, expresó Jiménez en su primera entrevista con la camiseta del Fulham, desde el estadio Craven Cottage.

La primera escala del canterano del Club América en Europa fue en el Atlético de Madrid en verano de 2014, pero ahí sólo anotó un gol en 28 partidos. Después pasó tres años en el Benfica, marcando 31 tantos en 120 juegos y eso lo catapultó a la Premier League con el Wolverhampton, un equipo acostumbrado a luchar de media tabla hacia abajo.

El mexicano fue parte del periodo de esplendor más grande de los llamados Wolves, comenzando con sus propietarios chinos y su capital millonario, además del entrenador portugués Nuno Espírito Santo y otros jugadores clave como Diogo Jota (actualmente en Liverpool) y Adamá Traoré (con paso por el FC Barcelona).

Desde su llegada en 2018, Raúl Jiménez fue pieza medular en ese esplendor al convertirse en el máximo goleador de los Wolves en Premier League con 40 tantos y ayudarlos a alcanzar los cuartos de final de la Europa League 2020, su primera participación en un torneo continental desde 1981.

Los cánticos y tuits en español, los jerseys en color verde, así como las banderas de México eran parte del ambiente de fiesta que Raúl Jiménez llevó a las instalaciones de Wolverhampton, hasta que justamente a finales de 2020 sufrió una fráctura de cráneo en un choque contra el defensa brasileño David Luiz (Arsenal) que dio un volantazo a su carrera futbolística.

Después de casi un año de recuperación, los Wolves decidieron mantenerlo, pero en la temporada 2022-23 vino la debacle con su escasa cuota goleadora. Económicamente, también padeció una fuerte caída, pues antes de su lesión, en marzo de 2020, alcanzó la cotización más alta de su carrera con 50 millones de euros y ahora está tasado en 6 millones.

“Gracias a sus referencias en la Premier League, la imagen de Raúl Jiménez en Inglaterra es mucho mejor que en México, donde sigue habiendo mucha crítica y poco optimismo acerca de una posible vuelta a su mejor nivel. El legado de sus mejores temporadas con Wolves sigue intacto, eso le permitió la posibilidad de fichar con Fulham. Además, es un jugador que encaja muy bien en la Premier League por sus características futbolísticas”, opina para este diario, Bela Csanyi, analista de valores de futbol en Transfermarkt.

El Fulham es un equipo de condiciones similares a las de Wolverhampton, pues no es un miembro habitual en la parte alta de la tabla; de hecho, en la última década sólo ha jugado cuatro temporadas en la Premier y las demás en segunda división. Nunca ha ganado en primera y su máximo logro internacional fue el título de la extinta Copa Intertoto en 2002, así como el subcampeonato de la Europa League (antes Copa UEFA) en 2010.

Jiménez es el primer fichaje del club más antiguo de Inglaterra (fundado en 1879) para la temporada 2023-24 que, por el contrario, acumula siete bajas y podría sumar una más si se concreta el pase del goleador serbio Aleksandar Mitrovic a la liga de Arabia Saudita. Es decir, tampoco es un club acostumbrado a gastar millones en los mercados de transferencias.

“Lo positivo del fichaje de Jiménez con Fulham sin duda es que sigue siendo jugador en la mejor liga del mundo. Por su mal momento no parecía garantizada su continuidad, así que tiene una oportunidad de oro para demostrar que todavía tiene nivel entre los mejores. Además, la ruptura del Fulham con su goleador, Mitrovic, le abre una puerta a Raúl para ganarse la titularidad”, agrega Bela Csanyi.

El delantero mexicano, mundialista en Brasil 2014, Rusia 2018 y Qatar 2022, tiene 32 años y es normal que la curva de su valor económico sea descendente, pero no así el del rendimiento deportivo. Necesita demostrar con minutos y goles que valió la pena para el Fulham el desembolso de 6.4 millones de euros por su carta.

“A Raúl le hace falta una temporada sin lesiones para volver a tope físicamente, ya que el físico es uno de los factores más importantes en un futbol tan dinámico como la Premier. Además, en Fulham puede haber más escepticismo porque allí va a arrancar de cero. Con Wolves, gracias a sus goles en años anteriores, la gente lo vio de otra manera, valorando sus baches con más paciencia, pero dicha suavidad ahora se acabó”.

El llamado "Lobo de Tepejí", en honor a su tierra natal en el estado de Hidalgo, llegó a marcarle al portero campeón del mundo Manuel Neuer en Champions League y a clubes de envergadura como Liverpool, Manchester City y Manchester United en la liga inglesa, pero ahora su mirada está enfocada en sobrevivir en esa élite europea.

En su primera entrevista con Fulham, insiste: “Vengo a dar lo mejor de mí y anotar muchos goles”. Su rostro se nota agradecido y emocionado por lo que él describe como “nueva aventura”, una etapa para superar las cicatrices que tiene no sólo en su cabeza, sino en sus estadísticas recientes. Por ello su aterrizaje en Craven Cottage es una prueba crítica.