Italia, tan alegre y retadora

Ésta es Italia dijo Cesare Prandelli. Mintió. En un juego de palabras, debió poner un adjetivo a la frase, pese que pecara de vanidad. Nadie le habría reprochado que antepusiera mi Italia . Porque en realidad eso es, suya, tan suya que por primera vez en más de 30 años la Azurra ha optado por jugar con línea de tres.

¿Catenaccio? No. Cuesta mucho decirlo, pero tras la igualdad 1-1 ante España en el debut de ambas en la Eurocopa, el 11 de Prandelli compitió a la campeona del mundo, con autoridad y con propuesta, pensando en el arco y en ganar, jugando y no esperando, así ocurrió en Gdansk.

España, barroca como siempre. En el partido, completó 672 pases. Teje y teje, pero con una Italia esperando ordenada. Y siempre, con la intención de jugar para ganar. Es verdad que el equipo de Del Bosque es técnicamente mejor, pero también es cierto que Italia, con la autoestima baja desde la eliminación prematura en la fase de grupo del Mundial 2010, le hizo ver sus limitaciones a La Roja.

Prandelli decidió utilizar una línea de tres centrales, dos carrileros, tres mediocampistas clavados y dos puntos. En algunos lapsos, la Italia de Cesare atacaba hasta con seis o siete futbolistas. Era muy vertical.

En competencias oficiales, España se había acostumbrado a jugar el papel de cazador y en momentos era desesperante para todos, incluso para el rival, que se moría de a poco con ese juego de telaraña que teje el medio campo español con Xavi e Iniesta como organizadores.

En los últimos dos años, España no miraba en la papeleta final del partido una competencia digna en la posesión de pelota. Ayer ganó en este terreno, como lo ha hecho del 2008 a la fecha, de 10 minutos controló en seis y ayer Italia la tuvo cuatro.

Así, en uno de esos intentos por atacar al ahora rey del futbol, le cayó el primero. Italia filtró un balón ante la lentitud de Piqué y Ramos, que vieron pasar una locomotora Di Natale, quien ante la salida de Casillas, con un toque suave y elegante, cruzó su disparo para el 1-0 parcial.

Pero España es campeón, no se olvide. Y así, con un estilo al que le es fiel siempre, logró la igualdad. Al minuto 64, el jugador de City, David Silva, filtró el balón para la llegada de Cesc, quien se colocó frente a Buffon y lo venció. Para ser sinceros esa pelota no hubiera pasado si Prandelli jugara con el Catenaccio. Pero valió la pena todo por la Italia de ayer: alegre, retadora y con ganas de triunfar.

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