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La inauguración, un blindaje
La Policía de Jalisco ha puesto en marcha un operativo para salvaguardar el orden en el arranque de los Juegos Panamericanos. Desde temprana hora varios elementos vigilan las inmediaciones del Omnilife.
"Estoy aquí desde las 6:30 de la mañana ¿Puede creerlo? Y ni siquiera voy a ver la inauguración... Es un mundo de aburrición" reconoce el fastidiado policía federal requemado por el sol que hoy decidió asomarse en Guadalajara.
Son los alrededores del Estadio Omnilife apenas a unas horas de que dé inicio la inauguración de los Juegos Panamericanos.
Territorio blindado por vallas humanas uniformadas en camisas azules y pantalones acaramelados. Hastío. Se reconoce en sus acartonados rostros, inexpresivos.
El imponente estadio de las Chivas de Guadalajara, a distancia. "Son como dos o tres kilómetros" avisa el federal mientras agita en círculos la mano. "Avance, avance". Habrá que caminar.
Cada cien metros, un policía. Así, el camino hasta llegar a los pies del Omnilife. Imponente, majestuoso, primer mundista.
En el perímetro del inmueble, el Estado Mayor Presidencial hace su labor. Retenes por doquier, entradas, salidas. La gente hombro a hombro ansiosa, sonriente.
Los accesos, todos enmarcados con detectores de metales, se dividen en cuatro categorías: VIP, voluntarios y participantes en la ceremonia, prensas y público. No más.
Miembros de la milicia apoyan a los federales. Miran atentamente a todo el que se acerque, acaso alguno se quiere colar. Nadie puede, es indispensable el boleto para poder entrar. En el cielo, los helicópteros policiales aceleran sus estridentes hélices, en círculos vigilan el suelo, que minuto a minuto lleva a montones un remolino de gente.
Sólo faltan unas horas. Desde fuera, se escucha el ensayo, Vicente y Alejandro Fernández entonan gargantas, todo funciona como la máquina del reloj que cuenta los segundos. Se acerca. Y el canto de los Fernández, la algarabía de los presentes pronto se escuchará, y quizá, sólo quizá, llegará hasta aquel policía que a kilómetros de aquí, espera ansioso, su hora de salida.