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La raqueta de Argentina carga el peso del tenis latinoamericano

Wimbledon terminó con sólo un tenista latino en finales: el argentino Horacio Zeballos en dobles. En singles, el chileno Christian Garín fue el que más avanzó.

Latinoamérica tiene a ocho de sus tenistas dentro de los 100 mejores de la ATP y a dos en la WTA. En el recién finalizado Wimbledon, en la modalidad de singles, el chileno Christian Garín fue el representante que más lejos avanzó hasta los octavos, mientras que el argentino Horacio Zeballos fue finalista de dobles.

De entre los 10 representantes, seis son argentinos, incluido el mejor posicionado, Diego Schwartzman (no. 12). Por el lado femenino, la latina mejor sembrada en el ranking es la también argentina Nadia Podoroska (no. 36). Eso, junto a su historial de jugadores destacados y su palmarés con siete títulos de Grand Slam, le permiten al país pampero colocarse en el escalón más alto del tenis latinoamericano.

Ayrton Aguirrere, redactor del portal especializado en tenis, Punto de Break, señaló que, pese a los problemas económicos que atraviesa Argentina, sus jugadores siempre encuentran forma de aparecer entre los puestos privilegiados del tenis. Atribuye lo anterior a la infraestructura con la que cuenta el país, pues a pesar de que el futbol es dominante, no es difícil encontrar canchas de tenis en zonas de clase media. Sin embargo, el especialista considera que el factor principal han sido sus referentes:

“Argentina cuenta con ciertos exponentes que brillaron en años anteriores, así como los chicos que hoy están en el circuito tuvieron como referentes a ‘la legión’, el caso de (Federico) Coria, (David) Nalbandian, (Gastón) Gaudio, (Alberto) Mancini, etcétera, los que vienen tienen a Diego Schwartzman, a (Juan Manuel) del Potro y antes estuvo (Guillermo) Vilas, (José Luis) Clerc y demás jugadores”.

Después de Argentina, menciona, Chile está trabajando bien en su desarrollo, pues desde hace algunos años ha buscado invertir, lo que se ve reflejado en sus tenistas. Actualmente, tiene a Christian Garín en el puesto 18 del ranking ATP y a la doblista Alexa Guarachi en el 15.

Un escalón más abajo se ubican Brasil, México y Colombia por el número de sus representantes en giras. Cinco brasileños se han colocado dentro de los mejores 100 del ranking de dobles masculino; de ellos, Bruno Soares (no.13) y Marcelo Melo (no.18) se encuentran en el Top 20.

México carece de representantes en el Top 100 individual, siendo Renata Zarazúa (131) la mejor posicionada, mientras que en la modalidad de dobles cuenta con Giuliana Olmos (no. 27) y Santiago González (54).

Antes de la Era Abierta (1968), México ha tenido a grandes representantes: ganadores de Wimbledon, Roland Garros y el US Open, como Yolanda Ramírez y Rosa María Reyes (dobles), Rafael Osuna (singles y dobles) y Antonio Palafox (dobles). Ya en la Era Open, Raúl Ramírez llegó al cuarto puesto del ranking de singles y al primero en dobles; Jorge Lozano fue dos veces campeón de Roland Garros en dobles mixtos; y Leonardo Lavalle alcanzó el número 51 del mundo en individuales (y finalista de dobles en Wimbledon).

A su vez, México destaca por su inversión en el deporte, pues actualmente alberga el torneo ATP 500 de Acapulco y el 250 de Los Cabos, además de dos torneos para mujeres en Guadalajara y Monterrey, ambos de categoría 250.

Por su parte, Colombia tiene a una de las jóvenes promesas del deporte: Camila Osorio, de 19 años y 80 del ranking de WTA. También posee a los doblistas Robert Farah y a Juan Sebastial Cabal como 7 y 8 del ranking, respectivamente.

Sin embargo, América Latina enfrenta una brecha generacional, pues detrás de los tenistas masculinos, todos por encima de los 28 años (a excepción de Garín, de 25), no se vislumbra a corto plazo quien pueda tomar sus lugares.

“Si uno ve en el Top 100, si bien hay ocho latinoamericanos, no hay jugadores menores de 25 años. El más joven es Garín y para encontrar un menor de 20 tienes que ir más o menos al puesto 140 del ranking. Creo que está faltando esa camada y en la que se avecina no encuentras a un jugador que digas que va a ser un del Potro o un Coria. Sí hay jugadores que pueden ser un Schwartzman, pero no un fuera de serie”, analizó Aguirre.

fernanda.vazquez@eleconomista.mx

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