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Abriendo Puertas: De la inclusión financiera a la inclusión inmobiliaria

El mercado inmobiliario tiene la oportunidad de abrir sus puertas, a más personas a través de un modelo de inclusión digital, replicando las estrategias que han funcionado en la inclusión financiera.

.FoTO: Shutterstock

Dicen que cuando una puerta se cierra, otra se abre, pero en el mercado inmobiliario actual, a veces parece que las puertas están trabadas, o bloqueadas. Si miramos atrás, el sector financiero vivió una transformación radical gracias a la inclusión financiera y este pareciera ser un concepto que podemos aplicar para “abrir las puertas” en el sector inmobiliario en México.

La inclusión financiera ha sido una revolución silenciosa que ha transformado la manera en que millones de personas acceden a servicios bancarios y productos financieros. Lo que antes parecía un privilegio reservado a unos pocos, gracias a la irrupción de las fintech y la digitalización, se ha convertido en una realidad accesible para:

  • Trabajadores informales. 
  • Personas con ingresos limitados. 
  • Comunidades rurales.

Al igual que en el pasado lo hizo el sector financiero, el mercado inmobiliario tiene la oportunidad de abrir sus puertas, a más personas a través de un modelo de inclusión digital, replicando las estrategias que han funcionado en la inclusión financiera.

De la fragmentación a la consolidación: curar el Inventario

Las personas no bancarizadas dependían de una red dispersa de actores informales, con poca o ninguna visibilidad sobre las opciones disponibles. Las fintech resolvieron este problema mediante la centralización de productos financieros en plataformas accesibles, permitiendo que todos los usuarios tuvieran una visión clara y completa de lo que el mercado ofrecía.

El sector inmobiliario enfrenta un desafío similar: la oferta está fragmentada, dispersa en múltiples plataformas, con agentes, propietarios y desarrolladores trabajando de manera independiente. La falta de un inventario consolidado limita las opciones para los compradores y perpetúa la informalidad. Centralizar el inventario de propiedades en plataformas abiertas y accesibles para todos los actores permitiría una mayor transparencia, al tiempo que formalizaría las transacciones. La curaduría del inventario (asegurarse de que las propiedades listadas cuenten con información verificada y precisa), sería esencial para generar confianza en el proceso, creando un mercado más seguro para compradores y vendedores.

Simplificación de procesos: digitalización e incentivos fiscales

Simplificar procesos es fundamental para derribar las barreras que excluyen a millones de personas. Las fintech redujeron la burocracia que antes hacía que abrir una cuenta bancaria o solicitar un crédito fuera un proceso lento y complicado. En el mercado inmobiliario, estos mismos principios pueden aplicarse a través de la digitalización de contratos y la adopción de firmas electrónicas y pagos digitales, eliminando trabas y acelerando las transacciones.

Un ejemplo claro de cómo la simplificación de procesos puede incentivar la formalización del mercado es el de Argentina, donde los contratos de alquiler registrados permiten que los inquilinos deduzcan su renta del impuesto a las ganancias. Este tipo de incentivos fiscales no solo promueve la digitalización de los contratos, sino que también genera beneficios tangibles para inquilinos y propietarios, motivando a ambos a formalizar sus acuerdos. Tal como en el mundo financiero, donde la tecnología automatizó procesos, el sector inmobiliario puede aprovechar la digitalización para reducir la informalidad, hacer el sistema más eficiente y ofrecer incentivos que impulsen la formalización.

Micro-hipotecas y acceso al crédito: un espejo de la inclusión financiera

La inclusión financiera se construyó, en gran medida, sobre la capacidad de ofrecer productos adaptados a las realidades de las personas no bancarizadas. Las fintech crearon microcréditos accesibles utilizando datos alternativos, como el historial de pagos de servicios, para evaluar el riesgo crediticio y abrir el sistema financiero a nuevos actores. El mercado inmobiliario puede seguir esta misma línea con la creación de micro-hipotecas, dirigidas a quienes no califican para hipotecas tradicionales, pero que necesitan una opción real para acceder a la propiedad de vivienda.

El Infonavit, ha avanzado mucho en la democratización del acceso a créditos para trabajadores formales, pero una gran parte de la población que trabaja en la economía informal sigue quedando al margen. Al igual que las fintech colaboraron con bancos para crear productos más inclusivos, el sector inmobiliario puede establecer alianzas entre Infonavit y fintech, para desarrollar micro-hipotecas que utilicen criterios más flexibles y se adapten a las condiciones económicas de este grupo. Aquí también, los datos alternativos como el historial de pago de alquileres pueden ser una herramienta clave para evaluar el riesgo de crédito y darles a más personas la oportunidad de adquirir una vivienda.

Educación digital: la lucha contra el fraude y la informalidad

Así como la educación financiera fue crucial para el éxito de las fintech, el sector inmobiliario necesita invertir en sensibilización, para empoderar a los usuarios. La informalidad y el fraude son problemas graves en mercados poco digitalizados. Sin embargo, al educar a los compradores y vendedores sobre cómo verificar la autenticidad de una propiedad, formalizar contratos y protegerse de fraudes, se pueden reducir significativamente estos riesgos.

La educación digital no solo beneficia a los usuarios, sino que también ayuda a formalizar el mercado. Una persona informada es más proclive a formalizar una transacción, lo que a su vez beneficia a todo el ecosistema. Así como las fintech educaron a sus usuarios para hacerlos más conscientes y responsables en sus decisiones financieras, el mercado inmobiliario puede hacer lo mismo, fomentando un entorno más transparente y seguro.

Abriendo puertas: un futuro de inclusión inmobiliaria

La tecnología puede abrir puertas hacia nuevas oportunidades: al centralizar la oferta, simplificar los procesos, ofrecer micro-hipotecas y educar a los usuarios, el mercado inmobiliario puede replicar este éxito. El resultado sería un sistema más accesible, justo y transparente, donde más personas puedan acceder a una vivienda y participar de un mercado formal.

Al final del día, se trata de lo mismo: “abrir las puertas” a aquellos que antes no podían entrar.  Tal como ocurrió en el sector financiero, la tecnología tiene el potencial de transformar el mercado inmobiliario, haciéndolo más inclusivo para todos. Y ese es el reto que tenemos por delante: aprender de las lecciones del pasado para construir un futuro donde todos puedan cruzar el umbral hacia un hogar propio, de manera formal, segura y justa. Es hora de abrir las puertas de la inclusión inmobiliaria y construir un mercado más equitativo.

Emprendedor serial con más de 15 años liderando equipos de producto multifuncionales en startups en etapas de crecimiento y consolidación en toda América Latina. Apasionado por el impacto social, especialmente en el contexto del sector inmobiliario en evolución, con un gran interés en la digitalización y en abordar problemas como la segregación residencial.

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