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Economía

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¿Es tiempo de mirar al sur en lugar de mirar al norte?

México es el país que claramente se ve más afectado de las políticas económicas de la administración de Trump y además enfrenta una difícil renegociación del TLCAN. Pero otros países latinoamericanos también pueden ser arrastrados al debate. ¿Es buen momento para mirar al sur?

Este viernes 7 de julio, el presidente Enrique Peña Nieto se reunió por primera vez con Donald Trump como mandatario. Desde que el estadounidense asumió el control de la Casa Blanca en enero pasado, los presidentes vecinos no se habían reunido pese a tener algunos altercados, entre ellos la filtración de una conversación telefónica y las diferentes visiones sobre el Tratado de Libre Comercio.

Las declaraciones de Trump sobre la relación comercial con México, mientras aún era candidato a la presidencia fueron una pesadilla económica. Por ejemplo, durante las campañas electorales para las elecciones de Estados Unidos, los comentarios del empresario hacían que la moneda mexicana sufriera dramáticas caídas. El resultado fue que el peso sufrió una fuerte devaluación anual de 16.12% en el 2016. Por momentos, el peso mexicano rebasó la barrera de los 21 pesos después de las elecciones del 8 de noviembre en las que el republicano de discurso proteccionista Donald Trump ganó a la demócrata Hillary Clinton.

Desde que se sumó como aspirante a la Casa Blanca, Trump basó buena parte de la retórica de campaña en ataques sistemáticos a la relación de Estados Unidos con México. Entre sus propuestas de campaña estuvieron la cancelación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la construcción de un muro en la frontera de ambas naciones; según Trump el costo del muro sería cubierto por México.

Antes de reunirse con Peña Nieto al margen de la cumbre del G20, Trump fue abordado por reporteros de medios internacionales, que le preguntaron si todavía tenía en mente que México cubriera el costo del muro. "Absolutamente", fue la respuesta del mandatario.

Trump no ha quitado el dedo del renglón. Un muro en la frontera, además de tensar las relaciones sociopolíticas y económicas, complicaría el comercio de ambos países ya que una de las opciones que ha planteado el estadounidense es la de gravar algunas transacciones fronterizas para financiar la obra de infraestructura.

Este viernes Trump dijo que Estados Unidos está haciendo muy buenos progresos en temas comerciales en México en el marco de la reunión con Peña Nieto. "Estamos negociando el TLCAN y algunas otras cosas con México y veremos cómo resulta esto, pero creo que hemos hecho muy buenos avances", dijo Trump, en la cumbre del G-20 en Hamburgo.

Tal como lo prometió en campaña, a los pocos días de tomar posesión el Presidente número 45 de Estados Unidos anunció que había firmado una orden ejecutiva que sacaba definitivamente a Estado Unidos del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP por sus siglas en inglés), un acuerdo comercial que involucraba a 11 países limítrofes de la cuenca del pacífico. Las afectaciones derivadas de esta acción no sólo afectaron a México. Países sudamericanos como Chile se vieron también afectados.

México es el país que claramente se ve más afectado de las políticas económicas de la administración de Trump y además enfrenta una difícil renegociación del TLCAN. Pero otros países latinoamericanos también pueden ser arrastrados al debate, con revisiones posibles de los otros tratados con Chile, Colombia, Centroamérica y Perú. Para otros países, como Argentina, los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos han sido retirados de la mesa.

Sin embargo, según un estudio de la Unidad de inteligencia del periódico británico, The Economist (EIU), la interrupción de las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica tiene el potencial de generar cambios positivos para América Latina, concentrando las mentes en la necesidad de diversificación comercial e integración regional para impulsar el crecimiento.

Pese al optimismo de Peña Nieto con respecto a la relación comercial con su principal socio, el creciente proteccionismo en Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump ha impulsado a los líderes latinoamericanos a buscar nuevas relaciones económicas más profundas, tanto dentro de la región como con los socios comerciales de Asia y Europa.

Después de que el proteccionismo que predomino en las principales economías sudamericanas como la argentina y la brasileña, la agenda del libre comercio ha vuelto a ocupar el primer lugar en América Latina, con sus excepciones. Los gobiernos de Chile, Colombia, México y Perú empezaron a marcar el ritmo económico, con el establecimiento en el 2012 del área de libre comercio de la Alianza del Pacífico.

Desde su fundación, la Alianza del Pacífico ha llevado a cabo una ambiciosa agenda de integración y ha atraído un gran interés de los inversionistas extranjeros por su marco de políticas ortodoxo y amigable con el mercado.

Los cambios de gobierno en Argentina y Brasil en los últimos 18 meses han producido un cambio dramático en la agenda del Mercosur. Ahora tiene un enfoque renovado en la profundización de los vínculos de comercio e inversión tanto dentro de la unión aduanera como con el resto del mundo.

México, Brasil y Argentina representan un importante eje comercial, clave en América Latina, con enorme potencial de desarrollo, reconoce el estudio del EIU. Reflejando largas distancias y costos de transporte bastante altos (así como la Argentina y las economías relativamente cerradas de Brasil), México tradicionalmente no ha comerciado mucho con ninguno de los dos países, concentrándose en las manufacturas exportadas al mercado estadounidense.

El comercio entre Brasil y México, por ejemplo, totalizó sólo 7,000 millones de dólares en el 2016, una pequeña fracción del comercio mexicano-estadounidense cerrado en 500,000 millones de dólares en el mismo año.

Esto representa una posibilidad de cambio, sobre todo en medio de las profundas preocupaciones generadas en México por la incertidumbre sobre el futuro del TLCAN, que debería estar estimulando la búsqueda de nuevos socios comerciales, según el reporte del EIU. Mientras, Argentina y Brasil empiezan a tomar el manto del libre comercio.

México y la Argentina han estado involucrados en negociaciones comerciales desde el 2016, y funcionarios de ambos países aceptan que un acuerdo bilateral podría ser posible a fines de este año. Argentina ve acceso favorable al mercado agrícola mexicano y México encuentra una ventaja de exportar más bienes manufacturados al país del sur.

El gobierno mexicano ha querido convencer a sus contrapartes estadounidenses de que nuestro país es un aliado estratégico y que la ruptura de los vínculos económicos sería destructiva bilateralmente. Sin embargo, pese a los esfuerzos hechos, el desajuste que se puede dar por las políticas que pretende encausar Trump entre los dos países deja claro que México tiene más que perder si la relación se agrava.

Para México el mayor golpe podría venir del comercio que tiene con Estados Unidos, según un estudio sobre en cuánto pueden afectar las políticas de Trump del EIU. En México, Estados Unidos encuentra uno de los socios comerciales más importantes, quedando en segundo lugar después de Canadá en la porción de las exportaciones estadounidenses (15.9% del total en 2016), y segundo con China en la participación de las importaciones estadounidenses (13.2%).

Según The Economist el 80% de las exportaciones mexicanas llegan al vecino país del norte (302,700 millones de dólares en el 2016). México ha tenido ese mismo destino en la gran mayoría de sus exportaciones desde la entrada en vigor del TLCAN en 1994.

Según el reporte del EIU, una mayor integración y libre comercio traería beneficios reales para las empresas que invierten en América Latina. Junto con la reducción de los aranceles y las barreras no arancelarias, la armonización de las normas de origen y las normas reglamentarias y un mayor enfoque en la promoción del comercio traerían más oportunidades para el comercio y la inversión.

El desarrollo de infraestructuras asociadas para apoyar el aumento del comercio, respaldado por un mejor marco normativo e institucional para los proyectos de asociación público-privada (PPP), también representa un importante factor potencial de crecimiento. Desarrollada plenamente con un calendario de apoyo a reformas estructurales y las inversiones en capital humano, la agenda de comercio e integración también podría conducir a la participación en cadenas de valor mundiales de las que la región está actualmente mayormente ausente.

Esto a su vez podría ser el motor de un ascenso de la cadena de valor y un aumento en la productividad y el crecimiento económico de América Latina. Si se concluyen, estos acuerdos representan un potencial alcista para las previsiones de crecimiento del PIB para la región del EIU.

ruy.rebolledo@eleconomista.mx

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