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Harris promete bajar costos, impuestos y construir viviendas; recibe críticas de la oposición
La candidata a la presidencia de EU por el partido Demócrata, se compromete a una nueva desgravación fiscal por hijo de hasta 6,000 dólares para familias con recién nacidos y a construir 3 millones de casas.
Kamala Harris, candidata del Partido Demócrata para la presidencia de Estados Unidos, esbozó el viernes propuestas para reducir los impuestos a la mayoría de los estadounidenses, prohibir los precios “abusivos” de los supermercados e impulsar la vivienda asequible como parte de un “economía de oportunidades” que planea llevar a cabo en caso de ganar la Casa Blanca.
En su primer gran discurso centrado en la economía, la candidata prometió introducir una nueva desgravación fiscal por hijo de hasta 6,000 dólares para las familias con recién nacidos, recortar los impuestos a los hogares con hijos y reducir el costo de los medicamentos de prescripción.
La también vicepresidenta estadounidense abogó por la construcción de 3 millones de nuevas viviendas en cuatro años y un incentivo fiscal para quienes construyan casas para compradores primerizos.
Harris dijo a sus partidarios, en un mitin en Carolina del Norte (un estado que espera ganar en las elecciones del 5 de noviembre) que la economía estadounidense es fuerte, pero que los precios siguen siendo demasiado altos, y que se centrará en la clase media.
Juntos construiremos lo que yo llamo una economía de oportunidades (...) Construir la clase media será un objetivo definitorio de mi presidencia porque creo firmemente que el país es fuerte cuando la clase media lo es”, mencionó Harris.
Su programa puede toparse con la resistencia tanto de las empresas como del Congreso, quien rechazó propuestas similares del presidente estadounidense Joe Biden.
Critica a Trump
Su objetivo es establecer un contraste con su oponente en las elecciones del 5 de noviembre, el republicano Donald Trump, en materia de aranceles e impuestos.
El expresidente Trump propuso nuevos aranceles generalizados a las importaciones, una idea que Harris rechaza.
“Quiere imponer lo que de hecho es un impuesto nacional sobre las ventas de productos cotidianos y de primera necesidad que importamos de otros países (...) Eso devastará a los estadounidenses”, advirtió Harris.
La medida “significará precios más altos en casi todas sus necesidades diarias: Un impuesto Trump sobre la gasolina. Un impuesto Trump sobre los alimentos. Un impuesto Trump sobre la ropa. Un impuesto Trump a los medicamentos de venta libre”, agregó.
El plan económico de “Donald Trump costaría a una familia promedio 3,900 dólares” por año, sostuvo.
“¡La camarada Harris a fondo en el comunismo!”, reaccionó el viernes Trump, que critica en particular la idea de controlar precios. El término tiene una connotación peyorativa fuerte en Estados Unidos.
“Hubo en la Historia múltiples tentativas de limitar los precios y fracasaron porque llevaron a filas delante de las tiendas, escasez y una explosión de la desigualdad”, criticó el millonario republicano de 78 años.
Responde asesores
En una conferencia telefónica con periodistas el viernes, los asesores económicos de Trump, Kevin Hassett y Stephen Moore, argumentaron que las propuestas de Harris impulsarían la inflación y dañarían la economía.
Una propuesta para ofrecer hasta 25,000 dólares a los propietarios de primera vivienda no haría más que disparar los precios, dijeron.
Los republicanos critican a Biden y Harris por presidir una economía en la que los precios han subido y culpan a sus políticas de impulsar la inflación.
Los planes de Harris pretenden abordar ese problema apelando a un segmento de los trabajadores que a menudo ven a los republicanos como mejores administradores y está ansioso por los costos más altos y por sus perspectivas económicas.
Pagan menos a camareros
Eliminar impuestos a propinas; la discusión se mete en la campaña
Donald Trump y Kamala Harris tienen poco en común pero en algo están de acuerdo: los dos candidatos a la Casa Blanca quieren eliminar los impuestos a las propinas, una medida claramente electoral pero de grandes consecuencias económicas.
Entre los electores que los dos candidatos esperan seducir están los de Nevada, un estado clave para las presidenciales de noviembre. El Estado hogar de las Vegas tiene, en relación con el número de habitantes, la mayor cantidad de camareros del país, según el Departamento de Trabajo.
La cultura de la propina en Estados Unidos es distinta a la de la mayoría de los países. Los clientes son alentados a dejar propinas generosas por un café o un plato para llevar. En los restaurantes, pagar 15 o 20% por encima del precio en concepto de reconocimiento al servicio es la norma.
Incluso es legal que los empleadores, en algunos estados, paguen a sus empleados 2.13 dólares la hora, muy por debajo del salario mínimo federal de 7.25, a condición de que el tip (propina en inglés) complete la diferencia.
Pero “no hay razón particular para que, de forma general, personas que trabajan en el sector servicios paguen menos impuestos que un obrero o un enfermero”, consideró Marc Goldwein, del Comité para un Presupuesto Federal Responsable.
“Eso crea un problema de equidad: dos personas que realizan un trabajo similar y que el mercado estima que vale la misma suma de dinero, tienen niveles de tributación diferentes”, explica. Y “eso no tiene ningún sentido”.
Hay unos cuatro millones de trabajadores remunerados con propinas en Estados Unidos, cerca de 2.5% del total de empleados, según una estimación reciente del Budget Lab de la universidad de Yale, una cifra que incluye barmans, camareros y peluqueros.
Según este estudio, estos trabajadores tienen en general un salario semanal más bajo que la media y alrededor de 37% de ellos no pagaron impuestos federales en el 2022. (AFP)