Inflación en EU se desacelera a 7.7% anual en octubre

Los precios al consumidor en Estados Unidos aumentaron menos de lo esperado en octubre, lo que puso la lectura anual por debajo del umbral de 8% por primera vez en ocho meses, una señal más de que la inflación comienza a apaciguarse.

En los 12 meses hasta octubre, el Índice de Precios al Consumo (IPC) aumentó 7.7% después de un registro de 8.2% en septiembre. Es la primera vez desde febrero que la tasa anual estuvo por debajo de 8% y se trata del menor avance desde enero.

“La inflación sigue demasiado alta, pero hay evidencia de que la Reserva Federal (Fed) dio un giro en su lucha y que el ritmo de los futuros aumentos de las tasas de interés comenzará a disminuir”, dijo Christopher Rupkey, economista jefe de FWDBONDS.

Por su parte, el IPC subyacente (aquel que excluye los componentes volátiles de alimentos y la energía) aumentó 6.3% a 2 meses tras incrementar 6.6% en septiembre.

El IPC subyacente se ve impulsado por el aumento de los alquileres, ya que las tasas de interés hipotecarias se dispararon y alejan a los compradores.

El presidente estadounidense, Joe Biden, se congratuló y dijo que esto es una prueba de que su política económica está dando frutos.

“Trabajaré con cualquiera, demócrata o republicano, en ideas para dar más respiro a la clase media y a las familias trabajadoras”, mencionó Biden en un comunicado. “Me opondré a cualquier esfuerzo por deshacer mi agenda o por empeorar la inflación”, aseguró.

Fed reacciona cautelosa

Durante la mayor parte de este año, los responsables de política monetaria de la Fed subrayaron la prisa por subir las tasas de interés ante una inflación que se convirtió en la más alta en 40 años.

La presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, cree que ha llegado el momento de ralentizar el ritmo de alzas de tasas de interés, pero remarcó que prefiere hacer demasiado que quedarse corta.

Según dijo, la Fed no debe repetir los errores de los 70, cuando se frenó el endurecimiento de la política demasiado pronto, permitiendo que se arraiguen en la economía expectativas de inflación más elevadas.