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Presidenciables esquivan el tema de la reforma fiscal
La última vez que se aplicó una reforma de esta índole fue hace una década; la necesidad de hacer cambios tributarios se debe al bajo nivel de recaudación de impuestos que tiene México en medio de mayores presiones en el gasto público.
La reforma fiscal ha sido uno de los temas que, pese a ser señalado como algo inminente para el siguiente sexenio, los presidenciables han optado por esquivar, lo cual es lamentable ante la situación actual de las finanzas públicas, indicaron expertos en el tema.
Las propuestas que se vislumbraron son pensadas para un proceso electoral, pero no para gobernar un país. Son propuestas que dejan en claro que las candidatas no logran dimensionar el país que les va a tocar gobernar en los siguientes seis años”, dijo Carlos Brown, director de Fiscalidad de Oxfam México.
Analistas han señalado que, entre los temas que las candidatas y el candidato a la presidencia han omitido está el cómo financiarán sus propuestas de campaña que, invariablemente, deberían llevar a la implementación de una reforma fiscal en la siguiente administración.
Víctor Gómez Ayala, director de analítica de datos en el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), explicó que las candidatas omitieron mencionar el tema de la reforma fiscal por los altos costos políticos y electorales que representa hablar de subir impuestos.
Sin embargo, destacó que el problema para las finanzas públicas está presente. “Hay un riesgo enorme para las finanzas públicas con las presiones que está generando el gobierno actual, y le tocará administrarlo a quien resulte ganadora”.
“Se entiende que los candidatos traten de no hablar del tema porque no es uno atractivo para el electorado, pero sí me parece que hay un grado de irresponsabilidad al evadir una pregunta que es tan necesario contestar ante las finanzas públicas que tenemos”, dijo por su parte Liliana Alvarado, directora general del think tank Ethos Innovación de Políticas Públicas
Xóchitl y Sheinbaum evaden pregunta
En el segundo Debate Presidencial, tanto Xóchitl Gálvez, candidata del PRI, PAN y PRD, como Claudia Sheinbaum, de la coalición de Morena, PT y PVEM, esquivaron contestar la pregunta directa sobre una reforma fiscal, pero sí hicieron algunas declaraciones respecto a las finanzas públicas.
Xóchitl Gálvez reiteró que las ayudas a Petróleos Mexicanos (Pemex) han sumado alrededor de 2 billones de pesos, los cuales pudieron ser utilizados para la construcción de, por ejemplo, viviendas, por lo que de ganar, sólo echará adelante proyectos viables.
“En mi gobierno, sí vamos a hacer proyectos viables. Vamos a aplicar austeridad de a de veras, no de la que se aplica la candidata de las mentiras”, contestó Gálvez.
Además, aseguró que en su gobierno no va a permitir la evasión fiscal, además de prometer que aquellos trabajadores que ganen 15,000 pesos o menos no pagarán impuestos, lo cual beneficiaria a 20 millones de mexicanos, sin dar mayores detalles.
En el caso de Claudia Sheinbaum, la candidata evitó el tema y, en su lugar, destacó el gasto que se ha hecho en la actual administración en programas sociales y mega proyectos de infraestructura sin la necesidad de crear o subir los impuestos.
Asimismo, destacó las reformas que se han aprobado y propuesto en materia de pensiones, luego de considerar que lo que los cambios que se hicieron en 1997 y el 2007 sólo dieron “pensiones de hambre”.
“El discurso va en sentido contrario cuando hablas de condonar impuestos o de ampliar la pensión para adultos mayores a 60 años, creo que no hay dimensión del impacto presupuestario y de lo que nos va a costar a todos los mexicanos”, señaló Alejandra Macías, directora general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Máynez le entra, pero no dice cómo
El único en hablar de una reforma fiscal fue Jorge Álvarez Máynez, candidato de Movimiento Ciudadano, el cual aseguró que es “una inminente necesidad del siguiente sexenio”, a la vez, dijo que se necesita tener una perspectiva de justicia intergeneracional, es decir, generar políticas públicas que tengan presentes tanto a las generaciones actuales como las futuras.
El tema de la reforma fiscal ha sido uno de los más debatidos en los últimos años justo por su ausencia. La última vez que se aplicó una reforma de esta índole fue hace una década, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
La necesidad de esta reforma fiscal, han indicado analistas, se debe al bajo nivel de recaudación de impuestos que tiene México en medio de mayores presiones en el gasto público –como el costo financiero de la deuda y las pensiones–, así como las necesidades de un mayor gasto en rubros indispensables como salud, vivienda, educación y seguridad entre otros.
Asimismo, la necesidad de una reforma fiscal se da porque varias de las políticas públicas que se proponen o se esperan del siguiente gobierno –como un Sistema Nacional de Cuidados– necesitarán una fuente de financiamiento sostenible.