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Una década desde la última reforma fiscal; las presiones al gasto crecen y el dinero no alcanza
Expertos en finanzas públicas entrevistados por El Economista coincidieron en que la próxima administración, gane quien gane, derecha o izquierda, debe realizar una reforma tributaria de fondo.
En el marco de la entrega del Paquete Económico 2024 se cumplen 10 años de la última reforma fiscal que el Ejecutivo Federal, a cargo de Enrique Peña Nieto, propuso al Congreso de la Unión. En la década que ha pasado, las presiones al gasto público federal han aumentado y el dinero para cubrir todas las necesidades para la población no alcanza.
Expertos en finanzas públicas entrevistados por El Economista coincidieron en que la próxima administración federal, gane quien gane, de derecha o de izquierda, debe realizar una reforma tributaria de fondo.
Si bien faltan menos de 13 meses para que este sexenio termine, la posibilidad de hacer una reforma hacendaria quedó enterrada años atrás por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Jorge Cano, investigador de Finanzas Públicas en México Evalúa, dijo que existe una presión muy fuerte en el gasto, particularmente para pagar las pensiones del IMSS, ISSSTE, Pemex, CFE y las del Bienestar, por ello se tienen que pensar en nuevos mecanismos para mejorar la recaudación, si no habrá recortes al gasto en educación, salud, seguridad, deporte, cultura, entre otros, “lo que no es factible en un país que tiene tantas necesidades”.
El investigador comentó que una propuesta sería la revisión de la tasa cero del Impuesto al Valor Agregado (IVA) porque es regresiva, es decir las personas de mayores ingresos son las que consumen más y son las beneficiadas.
Cano explicó que hay que matizar como puede existir una transición hacia el cobro efectivo del IVA en alimentos y medicinas; podría ser que existan devoluciones inmediatas del impuesto a personas de menores ingresos. Esto conllevaría a que las personas realicen declaraciones fiscales y dependiendo del nivel de ingresos se haga el regreso del impuesto pagado.
Manuel Guadarrama, coordinador de Finanzas Públicas en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), declaró que como sociedad “tenemos que pensar en una reforma fiscal profunda, puede ser en un sólo bloque o una serie de reformas, pero que finalmente sí se vaya cambiando de fondo la estructura financiera que actualmente tiene el gobierno”.
El integrante del IMCO detalló que la situación en las finanzas públicas será muy marcada para la siguiente administración porque el actual gobierno acabó con los ahorros que se tenían en el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios y del Fondo de Estabilización de Ingresos de Entidades Federativas.
La reforma, sugirió Guadarrama, no sólo tendría que estar focalizada para grandes contribuyentes, sino también que contenga justicia fiscal porque “hay que pensar la distribución que se tiene de carga impositiva en algunos deciles de ingresos”.
Guadarrama también dijo que se tiene que revisar la coordinación fiscal de la Federación con las entidades federativas porque las reglas han quedado obsoletas. Además de que los gobiernos estatales tienen que disminuir su dependencia a los recursos transferidos por parte de la federación.
Alejandra Macías Sánchez, directora ejecutiva del Centro de Investigación Económica y Presupustaria (CIEP), comentó que la reforma hacendaria no necesariamente implica aumentar los impuestos, también se pueden revisar gastos fiscales, el diseño de los rangos del ISR, las tasas efectivas de las empresas, así como incentivos fiscales. A nivel estatal se podría revisar la Tenencia y el Predial.
“Los estados deben de entender que tienen que fortalecer sus ingresos propios y en este sentido van los cambios en Tenencia y Predial y no van solos, sino que debe de haber una marco federal para poder actuar”, afirmó.
Revisar deducciones y estímulos: IMCP
Laura Grajeda Trejo, presidenta del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), declaró que la reforma fiscal no tienen que esperar hasta el cambio de gobierno, pero una vez que se presente, se tendría que beneficiar a los empleadores y a los trabajadores con el pago del subsidio al trabajo porque es una tarifa que no se ha actualizado en muchos años.
La entrevistada agregó que se tendría que promover la deducción inmediata para la inversión de activos fijos, así como que los medicamentos sean deducibles, sobre todo en este contexto de desabasto. Actualmente, sólo los medicamentos incluidos en las facturas por hospitalización se pueden deducir.
Además se debe proponer que el padrón de contribuyentes siga creciendo debido a que “hay mucha informalidad en el país. Existen personas que no contribuyen al gasto público y 49% (de la recaudación tributaria) recae en 12,000 grandes contribuyentes”.