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Ante obesidad infantil, Pymes tendrán que innovar
Por disposición oficial de la SEP.
Los efectos que traerá la disposición oficial de la Secretaría de Salud y de Educación Pública, que consiste en retirar los alimentos y bebidas que contengan alto contenido de azúcares y grasas de las escuelas, obligarán a las misceláneas y abarroterías, que operan alrededor de las instituciones académicas, a reinventar su negocio.
Los efectos negativos también serán para las cooperativas concesionadas al interior de las instituciones académicas y para las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) que fabrican algún tipo de fritura o dulce, mismas que tendrán que replantear el contenido de sus productos.
“Se estima que las cooperativas y tienditas foráneas tengan pérdidas hasta de un tercio de sus ganancias, por lo que debe cambiar inmediatamente la preparación de los alimentos por cosas nutritivas, buscar nuevos proveedores e insertar productos que tengan alto contenido energético como fruta o cereales integrales entre su oferta”, explicó Roberto Díaz, investigador en Administración del Tecnológico de Monterrey, ciudad de México.
Cambio cultural
De uno a tres años es el tiempo que tomará el cambio de cultura de alimentación de un niño de primaria hasta un joven de secundaria, coincidieron especialistas.
De acuerdo con Grupo Pepsico, no se están precisando los impactos económicos de la medida en los distintos sectores de la sociedad prioritarios para la actividad económica, como son las MiPymes del país.
Destacó: “Casi 96% de la industria alimentaria pertenece a este segmento de comida, por lo que no se contempla el impacto en ventas de dicha regulación, el cual sería de 10, 600 millones de pesos en toda la cadena que incluye a las MiPymes”.
Actuar rápidamente
Dijo que la reformulación de los productos y ajustes en el proceso productivo que requiere el proyecto de regulación llevará de dos a cinco años, según el tipo de producto, los procesos y la capacidad de las empresas.
El catedrático del Tec de Monterrey dijo que si las Mipymes actúan rápido, en el ciclo escolar que inicia en agosto recuperarían sus utilidades antes de un año.
A transformarse
Iren Castillo, catedrática de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Panamericana (UP), aseguró que la única oportunidad que tienen las Pymes de volver a entrar al mercado de los niños en las escuelas es transformar el producto que ofrecen, “es necesario tanto un cambio de imagen del producto, como de su contenido”.
Sin embargo, advirtió: “Habrá algunas empresas que no podrán dar ese paso, debido a que no tienen capacidad tanto de infraestructura como de insumos para transformar sus productos a corto plazo”.
No hay un promedio oficial de lo que un estudiante gasta diario en alimentos en las escuelas, porque varía por región y nivel socioeconómico, pero los especialistas estiman que puede ser entre 10 y 50 pesos.
“Esta entrada de dinero para los negocios es importante, por lo tanto, las tienditas cercanas a las escuelas de preescolar, primaria y secundaria deben considerar otro tipo de proveedores, en lo que los grandes comienzan a transformar sus productos”, recomendó Díaz.
Por otro lado, “las nuevas disposiciones pueden interpretarse por las Pymes fabricantes de comida como una nueva demanda, un cambio de hábito por parte de los consumidores, es decir, una oportunidad de mercado insatisfecha que tiene que ver con alimentos saludables, es por eso que las empresas deben actuar rápidamente para cubrirla y ser los primeros en disfrutar de mayor participación en el mercado”, dijo Castillo.
Las Mipymes deben ser ágiles para cubrir en poco tiempo el hueco que han dejado los productos chatarra, “deben ser sensibles al gusto del consumidor y ágiles de tal forma que puedan reformular o lanzar al mercado nuevos productos para cubrir de forma adecuada la demanda y sacar del mercado a esos productos de la competencia que ya no cubren las necesidades actuales de alimentación”.