Recomendaciones para evitar el despido silencioso en las empresas

El mercado laboral siempre tiene desafíos y dinámicas complejas, una de está alrededor de lo que actualmente se conoce como el fenómeno del "despido silencioso", el cual está surgiendo como una preocupación creciente tanto para empleados como para empleadores, debido a que esta problemática afecta la estabilidad emocional y profesional de los trabajadores.

El llamado despido silencioso es una práctica que ocurre cuando un empleado siente que está siendo despedido sin notificación oficial, es decir, cuando un líder prácticamente se olvida de algún trabajador con el objetivo de que se canse y renuncie, situación que puede manifestarse dándole menos responsabilidades, aislándolo del trabajo, no brindarle oportunidades de desarrollo profesional y con la ausencia de comunicación sobre su futuro laboral.

Una de las encuestas del "Termómetro Laboral" que realizamos en días pasados, revela que el 68% de los trabajadores mexicanos ha experimentado el despido silencioso en algún momento. Por ello, es esencial que las empresas adopten prácticas éticas y transparentes para fomentar ambientes laborales saludables y productivos; en ese sentido queremos compartir algunas recomendaciones para que las empresas puedan evitar este tipo de situaciones.

» Fomentar la comunicación. Una de las causas del despido silencioso es la falta de comunicación, por ello los líderes deben establecer canales abiertos y transparentes para que los empleados se sientan cómodos expresando sus preocupaciones y recibiendo retroalimentación constante. La comunicación efectiva crea un ambiente de confianza y evita malentendidos que pueden derivar en un despido silencioso.

» Dar retroalimentación continua. La retroalimentación regular y constante es básica para el crecimiento profesional. Los líderes deben proporcionar comentarios constructivos, porque la falta de éstos puede llevar a la desmotivación y se interpreta como despido silencioso. La recomendación es que las empresas construyan un ambiente en el que se aborden las áreas de oportunidad con el objetivo de fortalecer la relación entre los colaboradores y los superiores. Las acciones a seguir tras la retroalimentación deben quedar por escrito y debidamente documentadas.

» Definir expectativas claras. Los líderes deben ser claros en cuanto a las expectativas laborales y los objetivos profesionales de los integrantes del equipo. Un despido silencioso a menudo se gesta cuando los empleados no tienen un entendimiento claro de lo que se espera de ellos, de aquí la importancia de definir metas y dar una guía clara que ayude a los empleados a mantenerse enfocados y motivados.

» Ofrecer oportunidades de desarrollo profesional. El despido silencioso a menudo se manifiesta mediante la falta de oportunidades de crecimiento. Las empresas deben invertir en el desarrollo profesional de su capital humano, brindando capacitaciones, programas de asesoría, así como la posibilidad de obtener un ascenso. Esto no solo promueve la retención de talento, sino que también crea un ambiente donde los empleados se sienten valorados y comprometidos.

» Evitar el aislamiento. El aislamiento laboral es una señal clara de despido silencioso, por ello los líderes deben fomentar un ambiente colaborativo y evitar excluir a los colaboradores. Las reuniones regulares, la participación en proyectos y la creación de equipos efectivos contribuyen a un sentido de pertenencia y evitan que los empleados se sientan marginados.

» Terminar la relación de manera ética. Si los líderes consideran que algún empleado no cumple con las expectativas o no se ajusta a la cultura organizacional, es mejor poner fin a la relación laboral de manera ética y respetuosa, es decir, ser transparente sobre las razones detrás de la decisión, proporcionar una notificación oficial, liquidar conforme a lo que corresponde por ley de acuerdo con su contrato y ofrecer apoyo durante la transición.

Como líderes en el ámbito laboral, es nuestra responsabilidad abordar esta problemática y trabajar juntos para crear entornos laborales más saludables y respetuosos, lo que contribuirá a la construcción de equipos de trabajo sólidos y a la retención del talento, promoviendo un futuro laboral más equitativo y satisfactorio.