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Alertas que indica que una empresa requiere un gobierno corporativo

Establecer reglas de operación y órganos de gobierno es beneficioso para todas las compañías

FOTO: Implementar prácticas de gobierno corporativo ayuda a prevenir impactos negativos. Foto: Shutterstock

El gobierno corporativo es un mecanismo que permite que las empresas desarrollen una estructura sólida, defina controles internos e implemente mejores prácticas para llevar un desempeño positivo y transparente en la administración y sus procesos.

En México, las empresas enfrentan diversos obstáculos para desarrollarse y mantenerse trabajando. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la esperanza de vida promedio de un negocio en México es de 7.8 años, en el caso de las pequeñas y medianas empresas (Pymes), la situación es incluso más compleja. Datos de Asesores de Consejo y Alta Dirección (ACAD) refieren que sólo el 12% de los negocios familiares llegan a la tercera generación, y adicionalmente la sucesión empresarial no siempre es fácil.

Algunas de las razones más comunes para el fracaso de una empresa, de acuerdo con la Radiografía del Emprendimiento, elaborada por la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), son la falta de conocimiento del mercado, la mala administración, problemas entre socios, falta de capital y problemas para conseguir financiamiento.

De esta manera es que el gobierno corporativo es un mecanismo que puede ayudar a que una empresa monte una estructura sólida y defina un conjunto de controles y prácticas para llevar una administración más transparente, además de evitar malos manejos.

“Regular los procesos y las relaciones administrativas, establecer reglas de operación y órganos de gobierno es beneficioso para todas las compañías, sin importar su tamaño. En el caso de las Pymes, el gobierno corporativo es clave, ya que puede ayudarles a definir el rumbo y brindar certeza sobre sus operaciones”, señala Guillermo Cruz, presidente y fundador de Asesores de Consejo y Alta Dirección (ACAD).

Asimismo, indica que aunque normalmente este mecanismo es visto como exclusivo de las grandes empresas y consorcios con más de 100 empleados, el gobierno corporativo es un modelo aplicable para todo tipo de organizaciones.

“El gobierno corporativo es un modelo que permite que negocios, de todos los tamaños y giros, puedan incorporar mejores prácticas, mejores controles y reglas que incentiven su desarrollo. Por medio de este mecanismo las compañías pueden sortear algunos de los problemas más comunes que llevan al fracaso”, señala el doctor Guillermo Cruz

Agrega que implementar prácticas de gobierno corporativo ayuda a prevenir el impacto negativo de una mala organización, pues sirven como una guía de acción para lograr rendición de cuentas, mejor toma de decisiones, transparencia, estabilidad y definir estrategias orientadas a resultados. De acuerdo con ACAD, éstas son banderas rojas que indican que una compañía necesita implementar mejores prácticas:

1) Decisiones a cargo de una sola persona. Es una práctica común que el fundador de una empresa sea quien lleve la voz principal, pero ante una sola voz y una sola forma de ver las cosas, las posibilidades de encontrar soluciones se ven limitadas.

2) Problemas entre socios. El 25% de las empresas fracasan debido a problemas entre socios, según cifras de la Radiografía del Emprendimiento en México 2020. Muchas veces estas organizaciones no cuentan con estructuras sólidas que permitan la formación de consejos para la toma de decisiones o resolución de problemas, lo cual puede llevar a sufrir conflictos internos.

3) Falta de claridad en las funciones. Esto puede llevar a malentendidos, a una falta de cobertura de las funciones necesarias para operar, a remuneraciones injustificadas o que no pueda existir un ejercicio de rendición de cuentas.

4) Falta de controles internos. Estos controles permiten prevenir fraudes, malos manejos, comportamientos indebidos, entre otros riesgos.

5) Falta de planeación. Las organizaciones establecen metas a corto, mediano y largo plazo. Dichos objetivos deben definirse con base en la situación actual del negocio y de sus proyecciones a futuro.

alba.servin@eleconomista.mx

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