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Altán consigue crédito de 50 millones de dólares para reestructurar pasivos y continuar con el avance de la Red Compartida

La compañía, tras someterse a un proceso de concurso mercantil, utilizará esos recursos para pagar deuda y realizar una reestructura de sus procesos internos cuyo objetivo está en alcanzar la rentabilidad financiera. La Red Compartida de Altán Redes cuenta ahora con 3.5 millones de clientes atendidos a través de distintas marcas al menudeo.

Ilustración EE: Nayelly Tenorio

Altán Redes consiguió un crédito de 50 millones de dólares para cumplir con sus compromisos financieros con acreedores y para continuar con los despliegues de cobertura 4.5G de la Red Compartida, una red mayorista de servicios de telecomunicaciones con el mandato constitucional de tener un alcance nacional en el año 2024.

La compañía, tras someterse a un proceso de concurso mercantil, también utilizará esos recursos para realizar una reestructura de sus procesos internos cuyo objetivo está en alcanzar la rentabilidad financiera. La Red Compartida de Altán Redes cuenta ahora con 3.5 millones de clientes atendidos a través de distintas marcas al menudeo.

Altán Redes obtuvo un crédito por parte de accionistas bajo la regulación de la Ley de Concursos Mercantiles por 50 millones de dólares, indispensable para mantener la operación de su red y los servicios de telecomunicaciones a clientes y usuarios finales (…) Los recursos se obtuvieron a través de un contrato de crédito DIP (Debtor in Possession, por sus siglas en inglés), que fue autorizado por una Juez de Distrito en Materia Civil en la Ciudad de México”, dijo el concesionario.

La Red Compartida es una red mayorista de telecomunicaciones de capital público-privado, que tiene la obligación de conseguir una cobertura poblacional del 92.2% en 2024. Altán Redes se ha comprometido a que en enero del 2022 llegará al hito de tener una cobertura asegurada del 70 por ciento. Al cierre de agosto del 2021 contaba ya con un alcance poblacional del 66 por ciento.

El 13 de julio pasado, Altán Redes emprendió un proceso de concurso mercantil con el que pretende ganar tiempo para renegociar su deuda con los acreedores y asegurar con ello la continuidad de los despliegues de red móvil con tecnología 4G-LTE a los que se encuentra comprometida por contrato desde el 25 de enero del 2017. Esto, como empresa ganadora de un concurso de licitación internacional que se inició en el sexenio pasado, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

La empresa también quiere asegurar de esta manera sus planes de evolucionar su infraestructura ya instalada hacia tecnología de quinta generación (5G), como ha venido anunciando desde el año 2019 que ese sería su siguiente paso en el sector.

“Ante los retos actuales a nivel global, Altán Redes, como otras empresas y como muchas iniciativas de infraestructura de esta magnitud, está en proceso para mejorar las condiciones financieras de la compañía (…) Altán se encuentra en negociaciones positivas con la mayoría de los acreedores para preservar el valor de la compañía, salvaguardar los activos, su operación y los empleos de sus colaboradores, en beneficio de todos sus grupos de interés”, dijo entonces la compañía.

El pasado 2 de agosto, el Juzgado Séptimo en Materia Civil en la Ciudad de México admitió a trámite la solicitud de Altán Redes para iniciar el proceso de concurso mercantil.

Extraoficialmente, se ha divulgado que la compañía adeuda 800 millones de dólares a distintos acreedores.

Altán fue el cuarto inversionista en las telecomunicaciones fijas y móviles de México al año 2019, con aproximadamente 1,000 millones de dólares. El regulador IFT, autoridad que da cuenta de esta data, no ha desvelado todavía los datos de la industria en cuanto la inversión para el año 2020.

La finesa Nokia y la china Huawei son los principales proveedores de componentes para la operación de Altán Redes en todo México. Con la primera atiende el centro-norte del país, hasta la frontera con Estados Unidos, mientras que con la segunda, avanza con su red hasta la punta de Yucatán.

La empresa, que entre sus accionistas y respaldos se encuentran otras marcas de reconocimiento internacional como Morgan Stanley, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y operadores mexicanos como Megacable, aseguró en una comunicación aquel día que sus negociaciones con los acreedores avanzan de manera positiva para salvaguardar activos, empleos y asegurar también la cobertura con tecnología 4G-LTE Advanced (4.5G) con la que ya cubre a una población de 73 millones de mexicanos, incluidos aquí las 56 ciudades y regiones comerciales más relevantes del territorio nacional y 86,706 localidades consideradas como poco lucrativas para los operadores tradicionales.

La compañía recientemente consiguió sumar a su cliente número cien y a través de ellos, consiguió atender a 3 millones de mexicanos que tienen contratado algún tipo de servicio de telefonía celular, de Internet móvil o de Internet inalámbrico fijo. Compañías como Izzi Telecom, Megacable, Vasanta o Walmart y sus respectivas marcas comerciales tienen contratado la prestación de alguno de esos servicios para su reventa a los consumidores finales.

Altán Redes ya había desvelado en una entrevista radiofónica de abril que su directiva haría un incremento de 70 millones de dólares a su inversión del 2021 y que buscará la posibilidad de recalendarizar pagos con acreedores, después del año 2020 de pandemia de coronavirus que afectó a toda la industria global de telecomunicaciones.

Entre 2017 y 2019, Altán dirigió 22,000 millones de pesos (1,087 millones de dólares) a la expansión de la Red Compartida y sólo por la explotación de la banda de los 700 MHz, ha pagado 1,816 millones de pesos (89.7 millones de dólares) de marzo de 2017 a enero de 2020; sólo en enero de ese año, pagó 504.4 millones de pesos por usar bandas, unos 25 millones de dólares, según documentos del gobierno mexicano, a través del Promtel, el IFT y la SCT.

 

kg

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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