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En invierno, Argentina pierde 1,000 millones de dólares al mes por falta de gasoductos

La consultora Energy Consilium calcula que solamente en mayo el país perdió US990 millones por no poner a producir los enormes recursos que tiene debido a la falta de infraestructura de transporte del gas natural.

Foto: Shutterstock

Las multimillonarias importaciones de energía en Argentina, que representan casi el 20% del total de las compras en el exterior en los meses de invierno, obligaron al Gobierno a ajustar las tuercas del cepo cambiario.

De cara a julio, el país se prepara para gastar cerca de 2,000 millones de dólares en energía importada, con un calendario exigente día por día en cuanto a los pagos del gas licuado, el de Bolivia y el gasoil premium.

Según un trabajo de Juan José Aranguren, director de la consultora Energy Consilium y ex ministro de Energía (2015-2018), solamente en mayo la Argentina perdió 990 millones de dólares por no poner a producir los enormes recursos que tiene bajo tierra debido a la falta de infraestructura de transporte del gas natural. La cifra otra vez sería "muy importante" en junio y julio.

El "sobrecosto" del sistema de gas natural, entendido como todo lo que se podría dejar de importar "en el mediano y largo plazo si se pudieran salvar restricciones de producción y transporte", acumulaba en los primeros cinco meses del 2022 unos 1,861 millones de dólares, correspondiente a las compras de Bolivia, gas licuado por barcos y combustibles alternativos para el uso de las centrales termoeléctricas (gasoil y fuel oil). No incluye el diésel para vehículos, nafta ni otros energéticos.

El Gobierno tiene en marcha la licitación de la obra civil del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), que trasladará unos 11 millones de m3 diarios extra de gas natural desde la Cuenca Neuquina, donde está la formación Vaca Muerta, hasta los centros de consumo en la provincia de Buenos Aires.

El costo del nuevo gasoducto superaría los US2,500 millones, pero su utilidad permitiría borrar de un plumazo la misma cantidad de importaciones, si se sostienen estos precios internacionales. Los funcionarios esperan tener operativos los caños para el 20 de junio de 2023. El mes que viene saldrán de las reservas internacionales del Banco Central unos US940.6 millones para pagar 15 barcos con gas licuado que llegarán entre el 2 y el 29 de julio.

Asimismo, las compras de gasoil premium para vehículos ascenderán a más de US320 millones. La petrolera de gestión estatal YPF traerá en julio unos 5 barcos con 45,000 m3 cada uno, mientras que el resto de las refinadoras privadas aportará el equivalente a otro buque más. A eso se deben adicionar unos US150 millones para abonarle a Bolivia y cerca de US400 millones para los combustibles alternativos que compra Cammesa para sustituir el gas con gasoil y fuel oil en las usinas térmicas.

Boom agroexportador, insuficiente

La disparada de los precios de la energía exigirá que el Estado deba volcar una cifra aproximada de 10,000 millones de dólares a lo largo del año para cubrir la demanda de combustibles.

La crecida en las compras al exterior de gasoil, gas natural de Bolivia, fuel oil y nafta premium podría arrojar un déficit de la balanza comercial energética de 5,000 millones de dólares, que no sería del todo cubierta por la mejora en el saldo exportable de la producción agropecuaria. El sector agroexportador estima que este año podría aportar alrededor de 3,500 millones de dólares extra respecto de las ventas del año 2021.

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