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Ericsson: Industria necesita de los 600 MHz y 3.5 GHz para el nearshoring y cerrar la brecha digital

Ericsson, una empresa con autoridad para hablar sobre bandas radioeléctricas por haber acompañado a México desde el nacimiento de su industria de telecomunicaciones hace más de cien años, anima al Instituto Federal de Telecomunicaciones a licitar espectro en los 600 MHz y los 3500 MHz para mantener el empuje del 5G en el país.

Fabián Monge es el country manager de Ericsson México. Ilustración EE: Especial

Latinoamérica avanza con pausa hacia el desarrollo de las redes 5G y los operadores aquí no encuentran todavía la fórmula para monetizar las inversiones en paquetes de servicios dirigidos al consumo masivo, para que éstas se traduzcan en retornos que empujen la cobertura y el desarrollo de aplicaciones de valor agregado, más allá de un Internet rápido con 5G.

En el muy particular caso de México, al arranque del 2023 habían pasado trece meses del primer lanzamiento del 5G en el país y la cuota de conexiones a la tecnología de quinta generación se ubicaba en 2.2%, contra el 2.7% registrado cuando el desarrollo de 4G. Entre los factores que dieron como resultado a ese dato están los niveles de inflación a nivel país y el menguado salario del consumidor que no puede permitirse mucho contratar un plan inferior a los 500 pesos. Esa sería una razón por la cual, según la firma de consultoría Analysys Mason, el operador Telcel ofreciera inicialmente su 5G sólo a sus clientes de contrato para financiar así sus despliegues, dejando a más del 50% del mercado móvil sin acceso a la nueva tecnología. Pero AT&T y Movistar, y el mismo Telcel, ya empiezan a ofrecer planes de 5G en prepago para los casi 130 millones de clientes celulares que presenta el mercado mexicano.

A todo ello se suma el negativo factor que significa la política fiscal que tasa caro el espectro en México, provocando que la industria devuelva bandas, con efecto directo en el ensanche de la cobertura celular. Los operadores han devuelto espectro en los 800 MHz, en los 1900 MHz y también en los 2.5GHz, por ello existen voces que animan al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) a solamente licitar frecuencias de los 600 MHz y de los 3500 MHz, cuya naturaleza técnica es muy propicia para el 5G en su promesa de ampliar la conectividad y el desarrollo de productos para el crecimiento de otras industrias del sector productivo.

Estas bandas pueden ofrecer amplia cobertura, fuerte descarga y un nivel de respuesta altamente veloz para hacer posibles procesos productivos críticos. Y la construcción de infraestructura de 5G, por su propia naturaleza tecnológica, permite el uso compartido y eficiente de red; del espectro, para que un operador pueda determinar cuánto de frecuencias y en dónde las explota en procesos productivos, y dónde más las explota en servicios masivos de voz e Internet o la arrienda para que otro operador del mismo tamaño o menor escala desarrolle su propia red, especialmente aquellos con cobertura rural que lleven conectividad al 22% de la población mexicana que aún no conoce una conexión a Internet de calidad.

“Lo primero, lo esencial, es que el regulador decida tener el espectro disponible”, dice Fabián Monge, el country manager de Ericsson México. “Con la banda de los 600 MHz se pueden atacar casos rurales de Veracruz o Chiapas, y con la 3.5 GHz tendremos potencialidad”, dijo el ejecutivo en esta entrevista de cara a la subasta de frecuencias para 5G, IFT-12.

—A dos años de los primeros lanzamientos de 5G en México para público masivo, dónde está parado el consumidor y si está bien parado respecto lo que pudiera ser una media internacional con este tipo de servicio.

Desde febrero de 2022 que hicimos esos primeros lanzamientos de 5G en México, y en una modalidad donde compartíamos recursos con la infraestructura de 4G, hoy en México hay una cobertura de 5G en 125 ciudades, comparándonos con el inicio del servicio donde estábamos en 54 ciudades. Hoy Ericsson ya tiene presencia con su tecnología en 78 de esas 125 ciudades y aproximadamente también hoy tenemos 6.6 millones de suscripciones puras en 5G.

¿Qué significa esto? Que ya hay dispositivos que soportan 5G, que hay planes que ofrecen 5G y que se están aprovechando al máximo las velocidades de descarga, las cuales andan en alrededor de 274 Mbps, mientras que cuando hablamos de los 71 millones de conexiones de 4G que hay en Mexico, empezamos a ver que su velocidad promedio alcanza los 11 Mbps. Entonces, empezamos a ver ese diferenciamiento en cuanto experiencia de velocidad se refiere.

—Las comparaciones a nadie gustan, pero si se pudiera medir el devenir del 5G en México versus la misma historia en Brasil, ¿estaría el pais estaría bien encaminado en esa tecnología a pesar de obstáculos como el nivel de tributación o las devoluciones de espectro y bajo ARPU?

Pienso que sí, bajo los parámetros y criterios que nos caracteriza. Porque quiero hacer esta salvedad… Brasil, como país y a nivel regulatorio, decidió lanzar un 5G Stand Alone, versus el 5G Non-Stand Alone de México.

Entre más despliegues y que estamos más enfocados a un poco más a la densificación y a asegurarnos a que creamos un ecosistema que nos permite tener más usuarios móviles desde el punto de vista masivo, ahora ya empezamos a hablar de temas más industriales y comunicativos que nos pueden ayudar a buscar otras fuentes de ingreso y a aprovechar el maximo de 5G, que no solamente pasa por las velocidades de descarga.

—Bajo esa intención, ¿estima que en el esplendor del 2024 el mercado comience a conocer de manera, digamos, más cotidiana aplicaciones de 5G para procesos productivos?

Es justamente lo que estamos empujando. Seis de las 10 industrias o verticales de la Industria 4.0 están presentes en México y eso representa una potencialidad de negocio bastante interesante. En México ya tenemos un caso en vivo, a través de una minera estamos haciendo una aplicación de uso de seguridad para los trabajadores de esa minera. Y vamos por el sector de manufactura, con empresas que se dedican a la producción y repuestos para el sector automotriz. Estamos muy cercanos con industrias del país y los puertos, particularmente en la parte del Centro-Pacífico de México.

Al tener este país seis de las 10 industrias, es un mercado potencial enorme. El crecimiento potencial de la 5G para la parte de industria en México excede el doble dígito entre 2024 y 2030. Eso indica que tenemos que enfocarnos ya en la parte industrial, porque nos dará la facilidad de llegar a ese otro nivel.

En México vamos a escuchar pronto esos puntos adicionales, ese empuje que necesita la industria, como procesos aplicativos y seguridad y de eficiencia energética. Sin duda alguna es como sector de telecomunicaciones donde ahora nos debemos avocar, y trabajar con nuestros clientes.

—Ante las frustraciones del IFT por licitar bandas y la devolución de éstas, ¿qué tanto haría sentido a ustedes como fabricantes que la autoridad licite frecuencias de 3.5 GHz, de 1.5 GHz o de los 600 MHz en su subasta IFT-12 para avanzar con los despliegues de 5G a través de espectro más idóneo?

Para nosotros se necesita una banda baja de frecuencias, que para el caso particular de México es la banda de los 600 MHz y en segundo lugar se necesita de una banda media, y cuando hablamos de bandas medias hablamos del uso de espectro limpio, cercanos en los 3500 MHz. Y en México hay espectro adicional en los 3.3 GHz y entre los 3.4 y 3.5 GHz, si bien estoy.

Esos dos espectros, desde nuestro punto de vista y desde el punto de la evolución tecnológica, son lo más necesario tanto para los operadores que están desarrollando infraestructura y es lo que nos va a permitir evolucionar hacia el cierre de la brecha digital y las aplicaciones.

Estas dos bandas, más las dos bandas que ya están en uso hoy en día, también nos van ayudar con el tema ambiental, porque estamos con el desarrollo de nuevas familias de tecnología para los 3.5 GHz, los 600 MHz y los 2600 MHz, que ha permitido a nivel global reducir entre un 15 y un 20% el consumo energético y eso significa un objetivo adicional de huella de carbono para todas las compañías. Si vemos el costo-beneficio que puede tener la modernización de una red, también se ven beneficios para el costo operativo.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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