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Fortalecer a los pequeños agricultores para cumplir con plan contra la inflación
Se estima que, en el pasado, ocho de cada 10 programas al campo no duraron ni un año.
El gobierno ha presentado su plan contra la inflación basado en tres estrategias y una de ellas es aumentar la producción de granos por medio de programas como Sembrando Vida y Producción para el Bienestar, este último operado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), la cual implementa una estrategia que busca impulsar a pequeños agricultores.
De acuerdo con Héctor Manuel Robles Berlanga, director General de Logística y Alimentación de la Sader, históricamente los pequeños productores habían sido relegados de los planes de apoyo al campo por parte del gobierno federal y se había creado una percepción negativa hacia ellos; sin embargo, durante esta administración se ha revalorizado su labor bajo una idea: producir alimentos a partir de sus capacidades y posibilidades.
"No basta producir por producir y ahorita se nos pone más evidencia que no hay necesidad de esto, sino que hay que producir de manera sustentable, con bajas emisiones de carbono, de forma resiliente y alimentos saludables. La crisis del Covid y la crisis de los fertilizantes nos están moviendo a este tipo de agricultura y por eso tenemos que transformar los sistemas alimentarios, pensando en los derechos de los productores y de toda la sociedad", destacó Robles Berlanga.
Durante el Foro Futuro Cooperativo, organizado por la DGRV en México, el funcionario de la Sader destacó la importancia del pequeño productor, pues, por ejemplo, nueve de cada 10 productores en el país cuentan con espacios de hasta 20 hectáreas, además de que la pequeña y mediana agricultura aporta 54% del valor de la producción de los 30 principales cultivos.
"Los pequeños productores son generadores de empleo pagado, no el familiar, ya que 85% del empleo pagado de este país lo genera la pequeña y mediana agricultura", destacó el funcionario y añadió que también los principales commodities son producidos, en su mayoría, por ellos.
Programas fallidos
Robles Berlanga indicó que, durante las pasadas administraciones, los apoyos al campo se concentraron en los grandes productores, con cientos de proyectos y mucho dinero invertido, pero se tiene una estimación que ocho de cada 10 programas creados no duraron ni un año en operación y otro 10% no superó los tres años de supervivencia.
"Es un ejemplo claro que no basta dar dinero por dar dinero, sino que tiene que ver con un sentido distinto", acotó el funcionario.
Según Robles Berlanga, a partir de esta administración, se ha logrado incorporar a cerca de 700,000 nuevos productores en los apoyos y que nunca habían sido considerados en la política pública.
En este contexto, la política pública que lleva la Sader se basa en los siguientes principios:
- Soberanía alimentaria.
- Necesidad de la autosuficiencia alimentaria, es decir depender cada vez menos del exterior.
- Producir alimentos sanos.
- Responder a los objetivos de Desarrollo Sustentable y al acuerdo de París, contra el cambio climático.
En este contexto, Robles Berlanga acotó que la estrategia para combatir la inflación en alimentos tiene que enfocarse en que los productores generen sus propios insumos, pues durante mucho tiempo ellos se volvieron consumidores.
"Estamos planteando regresar la capacidad a los productores para producir sus propias semillas, insumos, no fertilizantes, sino insumos que les permitan producir y acercarlos a mercados cortos", acotó el funcionario de la Sader.
Robles Berlanga apuntó que este enfoque no es algo nuevo, sino que es un planteamiento de hace muchos años, con un empuje en la organización cooperativa en beneficio de pequeños y medianos productores. "En este planteamiento tiene que ser posible reducir los costos y aumentar la productividad. Eso da más rentabilidad al productor".
El plan del gobierno contra la inflación busca aumentar la producción de granos en dos millones de toneladas.