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Hay ánimo en los telefonistas para aceptar un paquete accionario de Telmex: Francisco Hernández

El Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana manifiesta su ánimo para aceptar un paquete de acciones de Telmex cuyo fin sea reducir el pasivo laboral de la empresa y asegurar su supervivencia en el tiempo, lo que además pondría a Telmex de regreso en la Bolsa Mexicana de Valores para cotizar en solitario y recapitalizarse.

Foto EE: ArchivoEE: Archivo

El 2020 ha sido complicado para Francisco Hernández Juárez en la defensa de los intereses de los trabajadores de Telmex. Este año, el secretario general del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) pensaba tener planchados desde abril los asuntos del nuevo comité nacional, la revisión del contrato colectivo de trabajo; una respuesta a  la directiva de Teléfonos de México respecto a un paquete accionario para los trabajadores y todo lo derivado de la separación del brazo mayorista de Telmex para la creación de la empresa Red Nacional Última Milla, pero la pandemia de coronavirus apareció y trastocó todos los planes sindicales. 

Por el Covid-19, el sindicato confirma hasta este martes el fallecimiento de 17 de sus compañeros, 45 trabajadores contagiados por el virus y la reformulación de los protocolos de despliegue de redes y mantenimiento del servicio que prestan Telmex, entre ellos, el envío a home office de 4,000 trabajadores, entre personas mayores de 60 años, embarazadas o con enfermedades crónicas, para proteger la salud de todos ellos.

Hernández Juárez manifiesta que durante la emergencia sanitaria el sindicato de Telmex actuó con disciplina y “se entregó” a la sociedad para que el servicio se mantuviera continuo en un trimestre de abril a junio en que el tráfico que viajó por las redes de esas dos telefónicas se incrementó en 20 por ciento. El líder del STRM confía en que el 19 de agosto próximo los trabajadores votarán a favor de la propuesta de Telmex de convertirse también en accionistas, para así reducir los pasivos laborales de la compañía y regresarla en solitario a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), y cree además que todavía se puede replantear el tema de la separación funcional ordenado por el regulador a Teléfonos de México.

—En Telmex operan cerca de 20 millones de líneas y la mitad de ellas son de banda ancha, números que las hacen empresas medulares en una situación de emergencia sanitaria, ¿coincidiría?

—La empresa demostró que es esencial no sólo por ser la compañía de telecomunicaciones más grande del país, sino porque el nivel del tráfico, que es medible, subió más de 20% en todo lo que va de esta pandemia y sus redes y sus trabajadores lo soportaron y lo están soportando todavía en un esfuerzo que no se menciona.

Para nosotros se incrementó mucho la actividad, obviamente porque la gente al usar el Internet para su trabajo o las plataformas de video que van por las redes y todas las otras cosas de video, fue que se incrementó de manera importante el tráfico y creo que vale destacar, porque no se hace mención de eso, que las compañeras y compañeros, y con sus propios temores al contagio, cumplieron con sus deber de manera extraordinaria, porque saben que la gente en su casa y sin servicio de comunicaciones, sería imposible apoyar al gobierno y entonces esto hubiera sido más complicado de detener.

—¿Qué tanto habrá sido de diferente un día normal en la pandemia para los trabajadores frente a un día cualquiera del año pasado?

—En el momento que tomó la autoridad la decisión de tomar medidas para evitar los contagios, para evitar la propagación del virus, nosotros fuimos considerados como servicio esencial y tuvimos que ponernos de acuerdo de inmediato con la empresa para coordinar la manera de continuar desarrollando nuestra actividad.

Acatando las resoluciones que nos hicieron, mandamos a resguardo a trabajadores de más de sesenta años, embarazadas y personas con posibilidad de complicaciones de salud. En general, fueron cerca de 4,000 compañeros que se fueron a resguardo, pero que desde luego continuaron, en su mayoría, apoyándonos desde su casa en este nuevo esquema de home-office, y el resto de los compañeros que se quedaron a trabajar, se quedaron por turnos y se hicieron en diferentes protocolos para atender todas las actividades.

Por ejemplo, los compañeros que tenían que ir a un domicilio, no se metían a ese domicilio y si la falla era dentro, ya dependía del cliente y la situación particular el de entrar o no, con previa medida de sanidad. Fue una odisea diseñar todos los protocolos en corto tiempo y creemos que pudimos hacerlo bien. Llegamos a tener a hoy  45 contagios en todo el país. Tenemos 17 compañeros fallecidos de alrededor de 65 mil. Viéndolo así, el contagio se quedó en ese nivel, porque los compañeros han sido muy disciplinados, se han entregado y han cumplido con las normas que se han especificado. Es de reconocerse esa entrega.

—Usando esa palabra, la directiva de Telmex les ha entregado a ustedes la propuesta de un paquete de acciones de la empresa, con el fin, si lo aceptan, de reducir los pasivos laborales y entonces la compañía, se entiende así, podría volver a cotizar en solitario en la BMV. ¿Lo siguen valorando?

—La empresa ha estado pasando por momentos muy complicados, derivado de las medidas de regulación del Instituto Federal de Telecomunicaciones. Desde el gobierno de Enrique Peña Nieto se le aplicaron medidas regulatorias como si se tratara de castigar a la empresa… Se le impusieron una serie de medidas que básicamente, aunque no les guste, significaba subsidiar a las otras empresas, a la competencia, con el uso de la red de Telmex y eso, más otras medidas generales, dificultan la inversión y los ingresos, y al no tener ingreso suficiente, los problemas crecen.

La empresa empezó a hacernos el énfasis de que la nómina de los trabajadores activos y jubilados y la misma jubilación de los telefonistas tenían mucho impacto sobre las finanzas de la empresa.

La jubilación que Telmex tiene con nosotros viene de una bolsa de pensiones de alrededor de 140,000 millones de pesos y la empresa apenas tiene 100,000 millones de pesos y si eso se lo encargan a su contabilidad, es un impacto a sus finanzas. Por eso, para tratar de quitar peso al pasivo laboral, se nos ofreció para los jubilados y los activos un paquete accionario a cambio de su pasivo laboral.

Es decir, como si le adelantara por los años que le van a seguir cobrando a Telmex el salario, una parte de su salario. Eso, obviamente, era una posibilidad importante que presenté a mis compañeros, pero lamentablemente se vino la pandemia y nos atrapó más el servicio de cumplir. Las negociaciones se quedaron allí.

—Esto fue a comienzos del 2020, ¿cree que aún existe el ánimo de la compañía y de los propios trabajadores en retomar y votar a favor de esa propuesta?

—Esto debió haber quedado el 25 de abril y no es fácil conseguirlo. Nosotros, para tener un acuerdo con la empresa, necesitamos tener una asamblea nacional, más o menos, 1,000 delgados que se reúnen y después tenemos que hacer una votación universal y no había condiciones; y luego fechó para el 25 de junio, pero tampoco hubo condiciones ni para la asamblea, ni para el comité, ni para la votación y ahora lo volvimos a pasar para agosto, el día 19.

Estoy pidiendo a la Secretaría del Trabajo que convoque a Telmex y el Sindicato para tratar de tener un arreglo, porque siento que la empresa, frente a la condición por la situación de la pandemia y de que todo se está prorrogando, no siente la prisa por hacernos el arreglo.

Siento que si el tiempo sigue pasando, va a ser más difícil un arreglo y después vamos a tener un conflicto. Esperamos que todo sea en agosto, tratando de resolverlo, porque tenemos pendientes la revisión del contrato colectivo, que también se pospuso, y resolver esto del pasivo laboral como parte complementaria. La propuesta está presentada y será cosa de terminar la negociación con la empresa, porque todavía hay unos aspectos allí por resolver.

—La empresa está pateando entonces el tema en el tiempo y de ahí la posibilidad de que esa propuesta se malogre, ¿pero del lado de los trabajadores está amarrado el apoyo?

—¿Hay ánimo? Sí, sí lo hay; tenemos ánimo y es generalizado. Obviamente hay grupos que no están tan de acuerdo, porque ellos alegan que aceptar esa propuesta es estar entregando la jubilación, cosa que no es así. Es inexacto decir eso. La jubilación va a seguir como está. Cuando nos jubilamos, nosotros recibimos nuestro salario más un porcentaje por prestaciones.

Lo que Telmex nos propone es seguir recibiendo nuestro salario que teníamos cuando trabajábamos y la parte que se aumenta por prestaciones, esa que nos la pague en un paquete accionario, con acciones y nos la das baratas para que revalúen y los compañeros tengan entonces un beneficio tras recibir su paquete accionario.

Sinceramente no se afecta la jubilación, lo que se da es un adelanto de una parte extra. De todas maneras, si se retrasa mucho el arreglo, sí puede cambiar el ánimo de los compañeros para un arreglo.

Sólo les digo, que cuando se privatizó la empresa nosotros estuvimos en el proceso de privatización y los compañeros obtuvimos un paquete de 4.4% de porcentaje de las acciones y obviamente los compañeros recibieron un beneficio, y entonces muchos de ellos tienen memoria de lo que eso significa y por eso no les desagrada esta idea. Aparte, la propuesta es voluntaria, quien la acepta, la toma y quien no, pues no. Con la importancia que han tomado las telecomunicaciones...

—No tenemos claro, ¿para la mayorista Red Nacional Última Milla pasaron trabajadores sindicalizados o no sindicalizados como se ha venido comentando en prensa?

—Tenemos allí una cuestión. La empresa empezó a operar con trabajadores telefonistas y nosotros reclamamos que los trabajadores en la nueva empresa fueran trabajadores telefonistas, que si bien eran todos trabajadores de Telmex, estaban desarrollando sus actividades allí y con Telmex, es muy complejo. Seguimos pensando que (la separación funcional) es una decisión equivocada y con la pandemia se vio nuestra relevancia y el IFT dijo que por los problemas del Covid-19, dejaba de supervisar; allí reconoció que nos estaba haciendo marcaje personal con eso de que la Separación funcional se hiciera efectiva.

El IFT se dio cuenta que partir en dos a una empresa en medio de la pandemia nos hubiera obligado a los trabajadores a atender a los clientes y mantener el servicio por un lado, y cumplir con la otra empresa en el otro lado, pero eso es lo que resulta cuando las cosas se diseñan desde el escritorio y no se meten al campo.

Afortunadamente estamos logrando superar esta pandemia y esperamos que el gobierno se vea obligado a repensar la manera en que está llevando la regulación. Nosotros no estamos en contra de los órganos autónomos y vemos que los están dejando solos, pero sí pensamos que la política regulatoria y la política pública deben estar apegadas para beneficiar a este país. Tenemos una empresa de clase mundial que están desarticulando y así con los servicios de 5G e industria 4.0 que quieren va a ser difícil. Un país sin inversión de todos en infraestructura, dífilamente va a ser capaz de integrar sistemas de salud y educación hasta donde quieren llegar.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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