Pasaje por autobús regresará este 2023 a su nivel prepandemia

El transporte de pasajeros por autobús está de vuelta. Se prevé que al cierre del presente año se alcancen los 3,749 millones de personas que viajaron en el 2019 en recorridos que pueden ir de una hora a más de 40 horas, en rutas directas o con paradas intermedias.

En el camino pospandemia las empresas se han visto obligadas a ser más eficientes ante los incrementos de costos y buscar ingresos adicionales con la venta de seguros o cobro de equipaje adicional, por ejemplo.

“El año pasado, de acuerdo con cifras oficiales, se registraron 3,674 millones de pasajeros, 16.7% más que durante el 2022. Aunque debo decir que el crecimiento no es parejo. En el segmento dedicado al turismo las empresas aún están el 25% por debajo de la pandemia y en el sureste y unas partes del norte andan entre el 5 y el 7%”, dijo el presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasajeros y Turismo (Canapat), José Lucio Rodríguez.

En esa organización están afiliadas 640 empresas que representan unas 40,000 unidades (además de autobuses se incluyen camionetas) y las principales terminales de pasajeros del país. Entre las marcas reconocidas del sector figuran: ETN, Estrella Blanca, ADO, Senda, Caminante, Omnibus de México y Flecha Amarilla.

Para el representante empresarial entre los retos sorteados están: la elevada inflación del primer semestre, el incremento del diesel, con todo y la promesa de que no ocurriría (en enero pasado llegó a los 23.76 pesos por litro y ayer en 23.69 pesos), la inseguridad y accidentes en carreteras, además de la falta de nueva infraestructura que ha ocasionado cuellos de botella.

“Han sido meses complicados, pero seguimos ofreciendo el servicio con las mejores condiciones de seguridad y comodidad. Ahora tenemos casos en que entrar a una terminal en la Ciudad de México, Querétaro o Pachuca nos toma dos o tres horas más por la falta de nuevos accesos, por eso es que estamos buscando soluciones junto con las autoridades correspondientes”, refirió. El presidente de la Canapat también considera necesario iniciar un programa de chatarrización de unidades, el cual tenga el apoyo del gobierno y con ello se puedan sacar de circulación autobuses con más de 10 años de antigüedad.

-¿Cuánto ha incrementado el costo de los boletos este año?

No tengo un dato general. Lo cierto es que la inflación nos ha pegado mucho y también el precio del diesel. Hemos subido los salarios de los operadores y se incrementaron los peajes. Hay incrementos que no hemos podido reflejar en el costo del boleto porque salimos del mercado. Buscamos ver cómo podemos hacer ahorros, aunque no ha sido insuficiente y las finanzas se complican en algunos casos.

-¿Qué han hecho para ser más eficientes?

Invertir en nuevas tecnologías, lo que permite que el rendimiento del combustible haya mejorado hasta el 30 por ciento. Tiene costo elevado una nueva unidad, pero hay beneficios de largo plazo. Con la pandemia nos volvimos más eficientes: antes había servicios cada cinco minutos de la CDMX a Pachuca y ahora lo espaciamos más porque no podemos dar el lujo de correr los autobuses sin una ocupación adecuada.

-También empiezan a consolidar pasajeros, como en la aviación.

Sí, también es resultado de la pandemia. En ese tiempo no dejamos de dar el servicio porque éramos actividad esencial, aunque nuestros ingresos cayeron entre el 75 y 80%, fue difícil recuperarnos de esa falta de ingresos. Teníamos servicios con seis pasajeros y no importaba porque era parte de nuestro costo de  operación. Ahora se tomó la política de que no podemos salir si no tenemos por lo menos cierto número de pasajeros. Eso nos ayudó y la gente lo entendió.

-¿Veremos en autobuses separación de costos, como lo hacen las aerolíneas?

Ya empieza a verse, aunque eso depende de cada empresa. Algunas te venden un seguro de vida, de gastos médicos o equipaje adicional junto con tus boletos, u ofrecer a un precio menor el asiento de al lado para ir más cómodo.