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¿Qué más ganan Telmex y la CDMX con el contrato de Ciudad Segura y Ciudad Digital?
Con el despliegue de nuevas redes de fibra óptica, Telmex cumplirá el compromiso de renovar las conexiones de los sistemas de videovigilancia del C5 y llevará más internet público a toda la CDMX.
El renovado convenio sobre tecnologías de la información y videovigilancia firmado entre el gobierno de la Ciudad de México y Telmex en el penúltimo día del 2018 abre más de una posibilidad de negocio y también pone a la capital del país más cerca de ser una Smart City, más allá de la polémica que ha desatado este nuevo contrato en materia de competencia económica y sobre lo que sólo parece ser una actualización tecnológica para los programas “Ciudad Digital” y “Ciudad Segura”.
Sólo la inversión por 156 millones de pesos –entre otros hechos informados– que entonces fue divulgado por el gobierno capitalino para el despliegue de una nueva infraestructura con foco en la fibra óptica, ya advierte que de este acuerdo pueden resultar oportunidades para ambas partes.
Por un lado, las posibilidades se encuentran, sobre todo, en lo que Teléfonos de México haya advertido que se podrá lograr en el futuro mercado de las telecomunicaciones con la infraestructura que se comprometió a construir a cambio de lograr este contrato del gobierno local. En la otra parte, se podrá pensar que la CDMX –en tanto se desconozca el contenido de las cláusulas en una versión pública del convenio– puede decidir sobre una porción de red de fibra óptica y otros componentes, que entonces podría poner a disposición de la industria para levantar recursos a favor de los habitantes de la ciudad, o recibir atractivos planes de servicio con Telmex.
Con el despliegue de nuevas redes de fibra óptica, Telmex cumplirá con el compromiso de renovar las conexiones y a una alta velocidad de los sistemas de videovigilancia del C5 y llevará Internet de Wi-Fi público a 14,500 postes de toda la CDMX, pero también estará en posibilidad de configurar nuevos productos con 5G y ofrecer además al gobierno de la capital soluciones adicionales de seguridad, telemedicina, teleeducación o diagnósticos más precisos y veloces sobre los impactos de desastres naturales a infraestructuras de importancia crítica como como los aeropuertos, el Metro, el abasto de agua o de la energía eléctrica, todo gracias a la capacidad y rapidez de procesamiento de información que promete la tecnología del 5G.
El desabasto de gasolina que hoy sufre la CDMX pudo haber sido mejor atendido con esta tecnología que demanda mucha fibra óptica y espectro en distintas bandas radioeléctricas de las que Telmex es un importante operador en México.
La innovación tecnológica permite a los operadores de telecomunicaciones aprovechar de mejor manera la infraestructura: por ejemplo, utilizar un menor número hilos de fibra óptica para dar cumplimiento a los servicios prometidos por Telmex a la CDMX, por lo que habría capacidad de infraestructura suficiente como para ponerse a disponibilidad del mercado para la configuración de nuevos productos.
Gerardo Mantilla, líder de proyectos regulatorios de Telecom Business Review, platica que las redes de fibra óptica usualmente utilizadas por los operadores para este tipos de proyectos cuentan con entre 46 y 92 pares de hilos, de los que Telmex necesitará dos pares para cumplir con el contrato del gobierno de la CDMX y, en su caso, con un par más para respaldar la información de Ciudad Segura y Ciudad Digital.
“El resto de los pares pueden compartirse con otros operadores, lo que se conoce como arrendamiento de fibra oscura. Y los hilos también se podrían multiplexar”, dice Gerardo Mantilla. “Si la fibra es propiedad de Telmex, entonces, definitivamente, es una ventaja para este operador y si la fibra es del gobierno, no es un inconveniente porque puede rentarlo a otra entidad, como Telefónica, Movistar, Altán u otro tercero, para lograr un aprovechamiento y levantar recursos”.
En una comunicación no muy clara, el operador escribió sobre este convenio que “a través de la red de Telmex se inicia un importante proceso de evolución de la plataforma de conectividad” de los programas de la CDMX ya mencionados.
La inversión anunciada por el gobierno de la ciudad que emprenderá Telmex sólo en el apartado de fibra óptica no es cuantiosa en una industria que invierte y factura en miles de millones de pesos y dólares, pero es significativa para un año de retos políticos y económicos y en un país en que el operador más regulado y con números rojos fue hasta agosto de 2018 –según los últimos datos disponibles en la BMV–, la empresa del sector que más inversiones dirigió al despliegue de redes.
Los 156 millones de pesos que Telmex se comprometió a invertir en redes de fibra óptica a favor de la Ciudad de México son equivalentes al 22.1% de lo que Axtel invirtió en todo el país entre enero y agosto de 2018; a 10.81% y 7.21% de lo invertido por Megacable e Izzi Telecom, respectivamente, en el mismo periodo del año pasado.
Renato Ohno, gerente de Furukawa Electric para México y América Central, platica que el significado de la inversión a fibra óptica prometida por Telmex, “dependerá de lo que se espera construir y para qué”. Lo que está claro, agrega Ohno, Telmex cuenta con una red que puede convertirse en “el pilar de la red de seguridad ciudadana y de otros sistemas que la CDMX pretenda buscar” para calmar sus necesidades del futuro.
Diversas voces críticas en el sector de telecomunicaciones cuestionan el otorgamiento de un nuevo contrato a Telmex por la vía de la adjudicación directa. Hechos así podrían afectar la competencia en esa industria y por tanto es necesario que en el futuro el gobierno de la ciudad privilegie la modalidad del concurso público en sus contrataciones de tecnologías de la información, sostienen.
Pero también debe ser obligatorio que las empresas que participen en ese tipo de procesos, cuenten con la capacidad para cumplir con las obligaciones adquiridas, porque se han dado casos en que los ganadores subcontratan a Telmex por su conocimiento, infraestructura instalada y espectro disponible para cumplir con el contrato gubernamental, comenta Alejandro Mayagoitia, presidente de la Asociación Nacional de Servicios Inalámbricos de Telecomunicaciones, citando más de un ejemplo.
Telmex opera una red nacional de fibra óptica y de cables de cobre superior a los 294,000 kilómetros de extensión y ahora mismo también se encuentra en el proceso de renovación de frecuencias de espectro en la banda de los 3.4 GHz y cuenta con otras señales con mejor naturaleza para la cobertura de servicios, que en combinación con todos esos otros elementos, estará en posibilidad de construir rápidamente un producto de 5G, según la demanda del mercado, para un cliente final, de gobierno o de empresa.
“Los acuerdos entre los gobiernos y las empresas, por asunto de transparencia, deben ser públicos para que todos los interesados puedan participar. Si bien esto habrá sido una extensión y por tanto no necesita realizar una extensión, además de que se sustenta en la ley, se comprende que, indistintamente que sea Telmex, mantener un acuerdo así garantiza continuidad en el servicio y agilidad en las mejoras previstas, lo cual es una ventaja por el gobierno de CDMX”, dice Gerardo Mantilla, de Telecom Business Review. “La fibra óptica que en este caso se establecerá, servirá como red de transporte, como red de transmisión entre potenciales antenas de 5G y las antenas de 5G ofrecerán la conexión por vía del espectro. Esta red podrá conectar a CDMX a distintos puntos de lo que anhela”.