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Telcel y Movistar pagan 525 mdd por espectro 5G en una Argentina con recesión, pero no en el México de la 4T

El hecho de que una compañía atribulada financieramente como es Movistar y otra que acusa afectaciones por la regulación asimétrica como es Telcel, hayan pagado 525 millones de dólares por su espectro de 3.5 GHz en una Argentina con recisión a mitad de 2023, haría pensar al gobierno de la Cuarta Transformación que también podrían hacerlo por la banda de 3.5 GHz en un México que en 2023 crecerá 3.5 por ciento.

América Móvil se adjudicó el primer lote de las frecuencias, de hasta 100 MHz tras ofertar 350 millones de dólares. Ilustración EE: Nayelly Tenorio.

América Móvil realizó una inversión de 350 millones de dólares por la adjudicación de frecuencias radioeléctricas para la prestación de servicios móviles e inalámbricos fijos 5G en Argentina de cara a los siguientes 20 años, hasta el 2043.

El grupo mexicano de telecomunicaciones, a través de su marca local Claro, consigue así este insumo intangible para comercializar servicios de valor agregado a nivel de consumo masivo y para empresas en Argentina, pues las redes de quinta generación no sólo se caracterizarán por la comunicación entre seres humanos, sino también por aquellas entre máquina a máquina y máquina-hombre, resultando entonces en nuevas oportunidades de negocio para las empresas.

América Móvil, propiedad del empresario Carlos Slim Helú, participó en una subasta de frecuencias que realizó el Estado argentino en la que también entraron las empresas Telecom Argentina y Telefónica Movistar.

El gobierno argentino estimaba que la licitación dejaría una recaudación de hasta 1,050 millones de dólares por la adjudicación de todas las frecuencias entre los tres principales operadores interesados. Pero Argentina logró captar hasta 875.91 millones dólares, de los que América Móvil participó con el 40% de la recaudación total a favor de la nación argentina.

La subasta de frecuencias consistía en el concurso de 300 Megahertz de señales en la banda de los 3.5 Gigahertz, una canasta de frecuencias de la que cada operador podría comprar hasta 100 Megahertz de señales para configurar una robusta red de telecomunicaciones de alcance nacional desde dicho espectro radioeléctrico.

La Argentina es un mercado de telecomunicaciones con 62 millones de líneas móviles. De ellas, Claro de América Móvil participa con el 38% del negocio, seguida por Personal de Telecom Argentina, con el 33% de las líneas, y por Movistar de Telefónica, que posee el 29% de los accesos, de acuerdo con la consultora Carrier y Asociados al año 2022.

Este es el primer mercado objetivo al que las compañías pudieran ofrecer un servicio de Internet de alta velocidad, como una de las primeras maneras también para generar liquidez para iniciar despliegues de otros servicios que pudieran en aplicaciones de Industria 4.0, Internet de las cosas, etc.

De acuerdo con la periodista argentina Andrea Catalano, el grupo mexicano se adjudicó el primer lote de las frecuencias, de hasta 100 MHz tras ofertar 350 millones con 52,000 dólares. Seguidamente, el siguiente oferente fue Telecom Argentina, con una promesa de compra por 350 millones con 26,000 dólares.

El tercer lote quedó desierto, hasta que en un segundo intento de colocación, la operadora Movistar ofertó 175 millones con 13,000 dólares, pero por un lote con un ancho de banda de 50 Megahertz. Los otros 50 MHz que quedaron desiertos pudieran ponerse a disposición del mercado en una futura subasta, deslizó el regulador Ente Nacional de Telecomunicaciones (Enacom).

La Argentina no podía quedar atrás en eso. Hoy terminamos una licitación, brindando una banda de 3.5 GHz totalmente limpia”, aseguró el Enacom.

Las compañías tienen ahora hasta 15 días hábiles para presentar los comprobantes de abono por sus lotes de frecuencias.

La repercusión argentina de 5G en México

La subasta argentina de 5G se organizó en un contexto de sucesión presidencial en que los argentinos deberán elegir líder en noviembre entre una izquierda moderada y la derecha radical, pero también en un país en el que además la inflación será del 120% al terminar el año 2023, significando esto una pulverización del salario argentino y por tanto una complicación para los operadores al momento de conseguir divisas para pagar los insumos de infraestructura.

América Móvil, Telecom Argentina y Telefónica se habían coordinado para exhortar al gobierno a no lanzar al mercado una licitación de frecuencias tan cara, dada las condiciones económico-financieras de Argentina, presionadas además por el contexto político-electoral.

“Claro, Personal y Movistar queremos invertir y competir; queremos colaborar con el desarrollo del país y queremos desplegar el 5G, que es un paso muy importante que Argentina tiene que dar y darlo bien (…) Por todo lo dicho, reiteramos la necesidad de revisar las condiciones, dado que en este escenario es imposible el despliegue de 5G y será, en consecuencia, difícil la presentación al concurso por parte de las operadoras móviles”, dijeron entonces las compañías.

Sin embargo, el regulador y el ministerio de economía del llamado “súper ministro” Sergio Massa mantuvieron firme el proceso. Massa es el candidato para que la izquierda repita como gobernante los próximos cuatro años en Argentina.

“El Poder Ejecutivo ha creado las condiciones necesarias para concretar el avance de esta tecnología de vanguardia; para ello, se requiere del compromiso y la inversión de compañías privadas que apuesten al país y a su crecimiento (…) Se reafirma el compromiso del Estado argentino de impulsar la incorporación de tecnología de 5G en el país y se aspira a poder contar con un sincero compromiso de las empresas licenciatarias”, difundió el gobierno.

Lo acontecido en Argentina y con dos de tres compañías que además participan en el mercado móvil de México, será un referente más para el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la autoridad reguladora que lleva cerca de cinco años tratando de colocar espectro para 5G en el sector.

Sin embargo, todos sus intentos se han visto malogrados por un esquema de tributación por explotación de bandas que impacta la operación financiera de las empresas, y que por ello las ha obligado a retornar frecuencias al Estado.

Los ejemplos son AT&T y Movistar, que han devuelto espectro en bandas medias, como los 1.9 GHz, por los abultados pagos anuales de derechos.

Tanto Telcel de América Móvil como Movistar de Telefónica han venido manteniendo una posición de que el espectro es demasiado caro en México para ampliar la cobertura celular y lanzar nuevos servicios de 5G, pero la Hacienda mexicana, ahora en manos de la 4T, no ha escuchado sus comentarios.

Si bien el contexto argentino es distinto al mexicano, el hecho de que una compañía atribulada financieramente como es Movistar y otra que acusa afectaciones financieras por la regulación asimétrica como es Telcel, hayan pagado 525 millones de dólares por su espectro en una Argentina en recisión a mitad de 2023, haría pensar al gobierno de la Cuarta Transformación que también podrían hacerlo por la banda de 3.5 GHz en un México que en 2023 crecerá 3.5 por ciento.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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