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VW quiso ocultar caso de motores trucados
Una investigación de la prensa alemana reveló que la revelación de la información en EU tomó por sorpresa a la dirección de la empresa.
La cúpula ejecutiva del consorcio Volkswagen (VW) sabía desde septiembre del 2015 sobre la manipulación de los valores de las emisiones de sus autos diésel, pero apostó por mantenerlo en silencio, revelaron medios de la prensa alemana.
En una investigación conjunta del diario Süddeutsche Zeitung, así como las cadenas nacionales de radio y televisión NDR y WDR, dijeron que el entonces presidente del consorcio, Martin Winterkorn, sabía de la manipulación y optó por no informar ni a los accionistas, ni a la opinión pública.
Según un documento jurídico consultado por la agencia AFP, VW esperaba resolver el caso de sus coches trucados por vía amistosa y fue tomado por sorpresa cuando las autoridades estadounidenses lo sacaron a la luz.
El anuncio público del problema del diésel por la EPA (Agencia de Protección del Ambiente de EU) tomó por sorpresa a la dirección de Volkswagen , refiere la multinacional, en ese documento que narra la gestación del escándalo.
El legajo, de 113 páginas, fue compilado por un bufete de abogados contratado por VW y entregado a un Tribunal de Brunswick (norte de Alemania), que investiga posibles violaciones a las reglas de comunicación de los mercados financieros.
De acuerdo con la declaración emitida ante el Tribunal de Brunswick, la cúpula ejecutiva de VW supuso que el caso se podría arreglar sin el pago de elevadas multas y sin que la opinión pública tuviera conocimiento.
Asimismo, la automotriz pensaba que podría llegar a un acuerdo en esas condiciones con la autoridad estadounidense EPA, que fue la instancia que descubrió la acción fraudulenta del consorcio alemán.
La decisión habría sido respaldada por el actual director del Consejo de Administración de la empresa, Hans Dieter Pötsch, por el entonces presidente del consorcio, Martin Winterkorn, y por el entonces director de Porsche y nuevo presidente de VW, Matthias Müller.
La compañía, considerada hasta el estallido del escándalo, en septiembre del 2015, como un dechado de virtudes de la industria alemana, admitió haber trucado 11 millones de vehículos diésel en el mundo.
El caso podría costarle miles de millones de dólares en multas y juicios, sobre todo en Estados Unidos y Alemania.