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Bajío y frontera norte no cumplen las expectativas en nuevas inversiones

Al tercer trimestre del año, el capital extranjero destinado al sector turístico registra mayor incidencia que el referente al efecto del nearshoring.

La frontera norte y el Bajío partieron como las regiones favoritas para ser las principales receptoras de nuevas inversiones por la relocalización de empresas (nearshoring).

Sin embargo, al cierre del tercer trimestre del año, dichas zonas de México registraron los menores montos de nuevos capitales foráneos, así como el impacto más bajo de las nuevas inversiones por nearshoring en la Inversión Extranjera Directa (IED) de cada región. De hecho, el sector turístico le está ganando la partida al nearshoring.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, México captó 2,806.2 millones de dólares de nuevas inversiones en el acumulado de enero a septiembre de este año, que representó apenas 8.5% de la IED total.

“Aún no se puede afirmar que México, bajo la influencia del nearshoring, esté captando inversiones productivas que estén saliendo o vayan a salir de Asia o China para relocalizarse más cerca del mercado objetivo que representa Estados Unidos”, dijo Jorge Lera, investigador de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

Por su ubicación geografía -contacto directo con el mercado estadounidense-, mano de obra calificada, cadenas de producción industrial e infraestructura de servicios, la frontera norte era la favorita para albergar capitales provenientes de la relocalización.

En los primeros tres trimestres del año, acumuló 359.2 millones de dólares de nuevas inversiones (12.8% del total de este tipo de capital), superando sólo al Bajío; no obstante, el dato preocupante es que apenas 3.9% de la IED de la frontera norte (Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas) fue nueva inversión.

De esta zona destaca que el primer lugar en nuevas inversiones fue Baja California con 110.3 millones de dólares, contra Chihuahua, último escalón, con 1.7 millones.

La otra región favorita para captar inversiones es el Bajío (Guanajuato, San Luis Potosí, Querétaro y Aguascalientes), por su fortaleza automotriz, desarrollo de proveedores y mano de obra calificada. Pero fue la zona tanto de menor monto de nuevas inversiones, de 54.3 millones de dólares, como de peso en la IED regional, de 1.2 por ciento.

También es importante resaltar que 91.0% de las nuevas inversiones del Bajío corresponde a Guanajuato.

Aparecen incógnitas importantes, que en principio nos muestran que los estados considerados motores del desarrollo industrial derivados del nearshoring, como son los ubicados en la frontera norte y el Bajío, no han mostrado el impacto esperado”, indicó Jorge Lera.

Primeros lugares

Por entidad, Baja California Sur se colocó en primera posición nacional de captación de nuevas inversiones en el acumulado de los primeros nueve meses del año, con 672.2 millones de dólares.

Le siguieron Ciudad de México (558.4 millones), Jalisco (480.8 millones) Quintana Roo (339.2 millones) y Nayarit (148.7 millones). La mayoría de estas entidades son turísticas.

Por ejemplo, en Baja California Sur, Quintana Roo y Nayarit la totalidad de nuevas inversiones se refieren al sector turismo, mientras en Jalisco fue alrededor de una tercera parte.

Lo anterior representa que la industria turística está teniendo mayor impacto en el nuevo capital foráneo que la relocalización de empresas. Para el investigador de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, esto deriva de que la administración de Andrés Manuel López Obrador ha apostado más por el desarrollo de infraestructura en las regiones turísticas, como el sur-sureste (Tren Maya).

“Se ha estado diluyendo el primer impacto obtenido para incentivar nuevas inversiones en la frontera norte, derivados de los subsidios del costo de combustibles y baja del IVA y otros impuestos, entre otros factores, son olvidar que la crisis de inseguridad en las principales ciudades fronterizas y del Bajío ha estado impactando en el ánimo de los nuevos inversores”, detalló.

Agregó que los grupos empresariales de las grandes cadenas hoteleras y restaurantes del mundo han apostado en Quintana Roo y Baja California Sur, dejando de invertir en otros países del Caribe y de Europa, por el impacto de la guerra en Ucrania y del conflicto entre Israel y Palestina.

“Es menos impactada la inversión en cadenas turísticas que las ramas económicas ganadoras cuando se dan inversiones en el sector manufacturero y de la construcción, ya que estas inversiones atraen a más de 40 ramas industriales en la cadena de suministros”, expuso.

Construcción, industria beneficiada

En este contexto, Joana Chapa, directora de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Nuevo León, explicó que en el corto plazo, con las nuevas inversiones, el sector que se ve beneficiado es la construcción, que es una industria estratégica, porque es intensivo en trabajo y compra muchos insumos intermedios en la economía mexicana.

“Por cada millón de pesos de inversión, en promedio se generan cuatro empleos directos e indirectos y 860,000 pesos de valor agregado. En el mediano plazo, cuando inician a ofrecer sus productos o servicios las nuevas empresas, entonces se expanden los sectores receptores de IED”, aseguró.

La especialista apuntó que los efectos multiplicadores de los sectores manufactureros que han sido impulsados por el nearshoring (maquinaria, equipo de transporte, electrodomésticos, aparatos eléctricos y electrónicos, entre otros) son menores que los multiplicadores de las actividades turísticas (entretenimiento, hospedaje y preparación de alimentos y bebidas).

Esto se debe, dijo, a que la industria manufacturera tiene una alta propensión a importar insumos intermedios, en contraste, los servicios turísticos tienen una fuerte cadena de proveeduría local.

“Por cada millón de pesos de incremento en ventas, en promedio, los sectores líderes de exportación generan 1.3 empleos directos e indirectos y 439,000 pesos de valor agregado. Mientras que los sectores turísticos, generan 4.6 empleos directos e indirectos y 911,000 pesos de valor agregado”, concluyó la académica.

estados@eleconomista.mx

Editor de Urbes y Estados. Periodista y economista especializado en análisis de indicadores macro y micro.

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