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Lenta vacunación y nuevas cepas pondrían en riesgo a las finanzas públicas estatales: Moody's
Los estados calificados por la agencia aumentaron el gasto no etiquetado en salud pública, financiado con transferencias no etiquetadas e ingresos propios en 15% durante el 2020, nivel que superó ampliamente el crecimiento promedio de 3.2% del gasto operativo total.
Moody's estima que los gobiernos locales seguirían enfrentando una disminución o un estancamiento de sus ingresos por la baja velocidad en la vacunación y las nuevas cepas del Covid-19.
Por medio de un reporte publicado este lunes, la calificadora precisó que existe el riesgo de que esta presión financiera continúe luego de que en el 2020 aumentó significativamente el gasto en salud pública en los diferentes estados del país, como respuesta a la pandemia.
“Los estados calificados por Moody’s aumentaron el gasto no etiquetado en salud pública, financiado con transferencias no etiquetadas e ingresos propios en un 15% en el 2020, el cual superó ampliamente el crecimiento promedio del 3.2% del gasto operativo total”, indicó.
A la par, señaló que se identificó una presión a nivel regional, ya que algunos gobiernos locales tuvieron un aumento mucho mayor del gasto no etiquetado en salud pública y en algunos casos fue de más del doble que el año previo (alzas de más de 100% en Nuevo León y Tlaxcala).
“El gasto en salud pública entre los estados calificados por Moody’s se convirtió en uno de los motores principales de la ampliación del déficit operativo el año pasado, junto con la extensión de los subsidios y las exenciones tributarias en un esfuerzo por apoyar a las economías regionales. En el 2019, el gasto promedio no etiquetado en salud pública fue equivalente al 7% del gasto operativo, pero aumentó al 8% en el 2020”, ahondó la agencia.
Además del gasto en salud, el año pasado los subnacionales también enfrentaron una disminución o un estancamiento de los ingresos.
Moody's si bien planteó que a nivel general la presión sobre el gasto en salud pública debería ser menor para el 2021, dado que el presupuesto de salud de los estados (gastos etiquetados y no etiquetados) se ha reducido en 6% este año, los nuevos brotes por Covid-19 podrían cambiar el panorama.
“Estimamos una mediana de 1.2% del superávit operativo entre los estados calificados en el 2021, aunque persisten riesgos a la baja. Nuevas olas de contagio podrían provocar un resurgimiento de la presión del gasto en salud pública similar a lo observado en el 2020 y debilitar nuevamente los balances operativos brutos”, proyectó.
Sobre las razones que podrían generar esta posible situación, la calificadora evocó la situación que han estado enfrentando otros países latinoamericanos con el pico de la última ola y en donde hay más casos diarios confirmados que en las olas anteriores: 14% más alto en Brasil y 59% en Colombia.
“En México, las bajas tasas de vacunación en algunos estados, junto con un bajo presupuesto para salud per cápita, podrían representar un riesgo para las finanzas públicas en el futuro”, reiteró.
Dentro de este escenario, también resalta Chiapas, que podría ser la entidad mejor librada, derivado de que reporta un número muy bajo de casos confirmados acumulados, pese a que tiene un presupuesto de salud limitado y una tasa de vacunación muy baja.
Aunque, si las tendencias de contagio en este estado sureño se deterioran significativamente, puede ser necesaria una respuesta más sólida en materia de salud pública.
Acciones particulares
A pesar de que durante el 2020 los estados no recibieron transferencias federales extraordinarias significativas para cubrir los gastos relacionados con la pandemia, sino que el gobierno federal aumentó directamente el gasto de la Secretaría de Salud en 26%, muchos gobiernos locales respondieron con iniciativas propias con impactos diferentes sobre las finanzas públicas.
De estas acciones destaca Nuevo León, que aumentó su gasto no etiquetado en salud pública en 108% y Tlaxcala en 114 por ciento.
Otros estados como Veracruz y Oaxaca redujeron el gasto no etiquetado en salud de la administración central, “aunque estos recortes fueron compensados en cierto modo por un aumento del gasto etiquetado, financiado con transferencias etiquetadas”.
“El aumento del gasto no etiquetado en salud pone de manifiesto el impacto crediticio de una pandemia, la cual consideramos un riesgo social. Los estados mexicanos han dependido históricamente de las transferencias federales para cubrir una gran parte de sus necesidades en materia de salud pública, pero muchos se han visto en la necesidad de autofinanciar el aumento del gasto en el 2020, a menudo mediante la reasignación de recursos de otros rubros del presupuesto”, señaló Moody's.