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Pronóstico de lluvias favorecerá a la producción agrícola del norte y Bajío

Las precipitaciones, que superarán los registros del 2023, impulsarán la recuperación agrícola y el llenado de presas.

El temporal de lluvias del 2024 traerá consigo un alivio al campo, sobre todo en las regiones del norte y el Bajío, cuyos estados tienen afectaciones por sequía. Las precipitaciones previstas para este año superan en más de 80% a las registradas en el 2023, el año más seco en México en los últimos 80 años, de acuerdo con un análisis hecho por expertos de Climaproagro.

El estudio comparó las precipitaciones mensuales registradas en todo el país durante el 2023, con las predicciones de lluvia para el 2024, anticipando que la mayoría de los meses experimentará precipitaciones superiores al promedio histórico, que es un criterio de evaluación más realista, dijo Francisco Villalpando, director de Climaproagro.

Julio, agosto y septiembre, se prevén muy lluviosos. Mientras que los meses de mayo, junio y octubre tendrían lluvias cercanas o por debajo del promedio en ciertas regiones. Por lo tanto, preliminarmente, se espera un temporal de lluvias más corto de lo habitual, pero con abundantes precipitaciones en los meses de julio a septiembre.

Para este año se anticipa un comportamiento climático más beneficioso en general para todo el país. Según las observaciones de Villalpando, esto ayudará los cultivos de temporada y al llenado de presas para los cultivos de riego, cuya perspectiva es altamente confiable en el ámbito agrometeorológico, indicó en entrevista Salvador Mena, director de la División de Ciencias Agronómicas de Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara.

Buen pronóstico para el Bajío

De acuerdo con el análisis, la proyección meteorológica para los meses de julio y agosto en el Altiplano Central manifiesta lluvias que van desde los 90 hasta los 180 milímetros (mm), mientras que en la región Occidente se espera que las precipitaciones se sitúen en general entre 180 y 240 mm.

Las precipitaciones en julio o agosto, con valores entre 120 y 150 mm dependiendo de la región, serán suficientes para los cultivos agrícolas y perennes, eliminando la necesidad de riego para frutales como aguacate y limón.

Estas lluvias también favorecerán la recuperación de pastizales para el ganado y los aguajes. En áreas donde se esperan lluvias superiores a 200 mm, tanto en julio como en agosto, se contribuirá al llenado de presas y la recarga de acuíferos, se lee.

Papel crucial

La cuenca Lerma-Santiago-Pacífico que inicia en Querétaro, juega un papel crucial en el suministro de agua para Jalisco. Cuando llueve en esta zona, el agua se dirige hacia Jalisco, en su camino atraviesa presas importantes como la de Solís, en Guanajuato.

Una vez que estas presas alcanzan su capacidad máxima, el exceso de agua se libera, beneficiando lugares como el lago de Chapala que vital para el abastecimiento de agua en la región; este proceso no solo aumenta la disponibilidad de agua superficial, sino que también promueve el crecimiento de cultivos temporales, ahondó Mena.

Durante una reunión con grupos de productores locales de Jalisco, Villalpando hizo hincapié en la importancia de una distribución más equitativa de las precipitaciones, ya que en temporadas anteriores, la concentración irregular de estas afectó negativamente los cultivos.

Para la próxima temporada se espera una distribución más uniforme de las lluvias acompañada de un aumento en la cantidad total de precipitación. “Estas proyecciones representan una noticia alentadora para los productores de maíz y otros cultivos en nuestra región” concluyó.

estados@eleconomista.mx

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