Pequeño instructivo para manejar nuestras cuentas

Muchos de nosotros manejamos varias cuentas en instituciones financieras: cheques, ahorros, inversiones, tarjetas de crédito, hipotecas, etcétera. Todos estos productos financieros deben ser manejados cuidadosamente con el fin de evitar al mínimo cualquier tipo de error, ya sea nuestro o de la institución financiera.

Las cuentas de cheques, por ejemplo, pueden darnos dolores de cabeza si no son utilizadas correcta y cuidadosamente. Por ejemplo, si emitimos un cheque y al momento de su presentación no existen fondos disponibles en nuestra cuenta para cubrirlo, el banco nos cobrará una comisión muy alta (alrededor de 900 pesos + IVA dependiendo del banco). Además, el beneficiario puede, por ley, cobrarnos una penalización de 20% del valor del cheque, lo cual puede afectar nuestro patrimonio.

En el caso de tarjetas de débito, por ejemplo, son productos que aunque resultan muy útiles, también tienen sus desventajas. Por ejemplo: cualquier error, cargo duplicado o uso fraudulento afecta instantánea y directamente a los fondos depositados en nuestra cuenta de cheques o ahorros. Esto puede perjudicar gravemente nuestras finanzas personales en el corto y mediano plazo, debido a que no tendremos acceso a los recursos mal dispuestos hasta que concluyan las investigaciones y logremos un dictamen en nuestro favor. Esto suele ser distinto con las tarjetas de crédito, ya que el banco suele no afectar nuestra línea en caso de que tengamos alguna reclamación. Tampoco nos exige el pago. De resultar improcedente, en ese momento se generan todos los intereses desde que nos inconformamos, además de una comisión por aclaración que suele ser alta.

Varios tipos de cuentas están sujetas a cobro de comisiones por distintos conceptos: cuota única por servicios, comisiones por apertura o aniversario de la cuenta, por manejar un saldo promedio mensual menor al mínimo establecido por cada banco, por consultar nuestro saldo o retirar efectivo en cajeros automáticos (de nuestro propio banco o de otro), por emitir más de un número determinado de cheques, etcétera. Estos cargos, pueden acumularse y volverse significativos. Por ello, debemos aprender a manejar todas nuestras cuentas con inteligencia, para lo cual ofrecemos los siguientes útiles consejos:

Guardar en un lugar seguro un registro con la información de todas nuestras cuentas. Es importante tener un archivo bien resguardado con toda la información: números de contrato, de tarjetas, medios de acceso, números telefónicos del banco, etcétera. Así, si nos las roban, tendremos a mano la información necesaria para cancelarlas.

Llevar un registro detallado de todas nuestras operaciones es esencial, ya que nos permitirá conocer siempre nuestro saldo. Podemos hacerlo en una simple libreta o una hoja de cálculo.

En muchas ocasiones los cheques que emitimos son cobrados varios días o semanas después. En el caso de tarjetas de crédito, en raras ocasiones los cargos nos aparecen meses después. Para evitar dolores de cabeza, al recibir nuestro estado de cuenta mensual, hagamos un ejercicio para conciliar los registros que llevamos con los movimientos que aparecen en éste.

No cargar nuestra chequera o tarjetas a menos que vayamos a utilizarlas. De esta forma reducimos el riesgo de un mal uso y un daño patrimonial en caso de robo.

Al depositar cheques de otros bancos, recordar que son recibidos salvo buen cobro. Esto significa que no podremos disponer de esos recursos inmediatamente.El importe de los mismos será abonado en nuestra cuenta una vez que el banco los haya cobrado.

En nuestra siguiente entrega complementaremos este instructivo para manejar adecuadamente nuestras cuentas.

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