¡Qué no te ganen las emociones!

Todo en nosotros comunica algo a los demás: nuestro atuendo, la forma con cómo nos sentamos, caminamos; lo que comemos, lo que bebemos, también nuestros ojos, boca, cejas, manos. Conocer cómo controlarlos o cómo conducirte en determinadas situaciones, como en una entrevista de trabajo, ayudarán a mejorar la percepción que el entrevistador se forme de ti.

Al conjunto de habilidades que se desarrollan a partir del conocimiento de las características del rostro y las emociones que expresan, se le conoce como Comunicación Facial. Esta herramienta va ganando terreno en las áreas de Recursos Humanos, porque aporta datos sobre el entrevistado que no se reflejan en el currículum.

Para una entrevista de trabajo, Renata Roa, consultora en Imagen Pública, recomienda mantener las manos a la vista, con las yemas de una y otra mano juntas, un poco abiertas, de manera que éstas se vean relajadas y bajo control.

También, mantener el contacto visual con el entrevistador. Si tu mirada es penetrante, la experta recomienda mirar al entrecejo del entrevistador. El contacto visual deberá mantenerse a lo largo de la entrevista, o al menos el tiempo suficiente para descubrir el color de los ojos del interlocutor, recomienda.

Sentarse de frente al entrevistador implica una situación de confrontación, por lo que la también maestra en Ingeniería de Imagen Pública sugiere sentarnos con el cuerpo un poco girado.

CEJAS Y LABIOS PARA HACER EQUIPOS DE TRABAJO

La comunicación facial tiene como pionero al psicólogo estadounidense Paul Ekman, para quien las expresiones faciales de las emociones (ira, repugnancia, alegría, tristeza y sorpresa), tienen un origen biológico.

De acuerdo con Renata Roa, la comunicación facial tiene su sustento en la psicología, la biología, la genética, la neurología, y en la medicina alternativa, que es donde en realidad comienza el estudio del rostro.

Dentro de la empresa, la comunicación facial permite además crear equipos de trabajo compatibles y empáticos, que tienden a dar mejores resultados.

Si queremos desarrollar un equipo de trabajo con mejores habilidades, una de las facciones en las que deberías fijarnos es la ceja , sugiere la especialista, quien explica que las personas con mayor vello facial, producto de la testosterona, están más enfocadas al desarrollar proyectos.

Si una persona necesita un empujón al inicio del proyecto –ayuda- ponerla al lado de quien tenga ese empuje. Una ceja poblada marca esa capacidad para inicia proyectos y por tanto va a poder jalar a más personas. Por el contrario, cuando hay ausencia de ceja en alguna parte del largo de ésta, entonces vemos esa incapacidad para trabajar en una parte particular de proyecto , ejemplifica la maestra en Ingeniería en Imagen Pública por el Colegio de Consultores en Imagen Pública.

La boca es otro factor a considerar. La cara se forma a partir de la repetición de emociones que hacemos a lo largo de nuestra vida. Para gesticular la ira, frunces el ceño y aprietas la boca. Cuando hacemos esto por mucho tiempo, la boca tiende a desaparecer. Una persona a la que se le ha desaparecido la boca es señal de que no habla mucho, no expresa sus emociones o sus necesidades .

Pero las cejas y la boca son solos dos elementos del rostro, aclara Renata Roa. La comunicación facial, enfatiza, debe leerse en conjunto (cejas, ojos, nariz y boca), y en movimiento, porque se trata de algo vivo y que está cambiando constantemente.

Las facciones son un perfil de la personalidad y los talentos. Una cosa es el potencial o el talento de una persona, y otra cosa diferente es cómo se está sintiendo esa persona en ese momento con lo que estás diciendo , agrega.

¿SE PUEDEN OCULTAR LAS EMOCIONES?

En enero del 2009, el canal Fox lanzó la serie Lie to me , que tiene como protagonista al doctor Carl Lightman (Tim Roth), el mejor especialista mundial en detectar mentiras, y quien analiza las expresiones faciales y el lenguaje corporal involuntario de las personas para leer sus sentimientos.

Según Renata Roa este fue el parteaguas de la comunicación facial y lo que despertó el interés en la materia, que también se basa en lo que Ekman denominó microexpresiones faciales, que duran una fracción de segundo y que delatan nuestras verdaderas emociones y sentimientos.

La especialista comenta que se requiere mucho entrenamiento para detectar una emoción, pero aún más para intentar ocultarla. Por ello, para conseguir un objetivo, lo recomendable es buscar la congruencia de nuestras palabras con el movimiento de nuestro cuerpo.

Es necesario saber quién eres tú para ‘venderte’ de una manera más auténtica. La sugerencia número uno es sonreír, pero no lo hagas si no es parte de tu personalidad. La gente que es más observadora o analítica por ejemplo puede tratar de abrir más sus canales de comunicación, decir más lo que piensa y lo que siente , concluye la entrevistada.

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