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Seguros para garantizar la educación de los niños y jóvenes
En México, ocho de cada 100 matriculados en las universidades abandonan sus estudios por falta de recursos económicos.
“El mejor regalo que le puedes dar a tus hijos es la educación”, decían nuestros abuelos, y esta frase no pierde vigencia. Estudiar una carrera universitaria es una de las mejores inversiones, de acuerdo Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), un graduado universitario gana 85% más que aquellos solo cuentan con educación media superior.
En México ocho de cada 100 matriculados en las universidades abandonan sus estudios, la falta de dinero es una de las principales causas por las que miles de estudiantes desertan del sistema educativo.
Garantizar el acceso a la educación superior es complicado ante la pérdida de empleo, y, un mayor costo de la vida fácilmente asfixia las finanzas familiares, principalmente cuando se opta por universidades privadas.
Para asegurar los recursos necesarios para acceder a la educación superior existen productos financieros como el seguro educativo, un producto a través del cual se realizan ahorros durante varios años hasta que el hijo o la hija cumpla 18 años e ingrese a la universidad.
Son seguros de vida con componente de ahorro enfocado a la educación y el dinero que se acumule al final se puede usar para el pago de colegiaturas, útiles, transporte, rentas o cualquier otro fin, que en teoría tenga que ver con la educación.
Mónica Estrada Neiszer, secretaria nacional de la Asociación Mexicana de Agentes de Seguros y Fianzas (Amasfac), explicó que este tipo de seguros cuenta con una cobertura de vida, por lo que, en caso de fallecer el padre o quien contrató la póliza, se entrega el monto por cobertura y el ahorro al beneficiario del seguro es decir el hijo o estudiante.
Al contratarlo, la especialista de la Amasfac recomendó buscar un asesor de seguros, el cual puede ayudar a determinar una meta de ahorro, la cual se calcula de acuerdo a un estimado entre el costo de una carrera universitaria y cuánto podría incrementar a lo largo de los años, o bien identificar el monto que se puede ahorrar mes con mes.
Por ejemplo una mamá de 32 años con un hijo recién nacido, que busca garantizar la educación universitaria en alguna institución privada, para lo cual planea ahorrar por 15 años y que busca una cobertura de 3 millones de pesos, pagarían 150,000 pesos anuales, sin embargo, el monto puede reducir de acuerdo al monto objetivo.
Debido a que existe un plazo pactado para entregar el ahorro, que regularmente es cuando el o la joven cumple 18 o 22 años, lo recomendable es contratar el seguro a temprana edad.
La escuela también importa
Los seguros por orfandad son otra opción que permite garantizar la educación de un hijo en caso de que los padres o tutores lleguen a faltar, en este caso son las instituciones educativas las que contratan este seguro y lo ofrecen a los padres de familia de su comunidad.
“El seguro de orfandad es un seguro educativo en el que, el beneficiario es la escuela, ya que en caso de fallecer el padre o tutor, la suma asegurada se le entrega a la escuela, a fin de que ésta garantice que el alumno tendrá pagados sus estudios y los curse hasta el último grado con el que cuente la institución: primaria, secundaria, medio superior o universidad”, comentó Mónica Estrada.
Ante ello, la especialista recomendó a los padres de familia buscar instituciones educativas con varios grados de estudio, a fin de crear una trayectoria educativa desde primaria hasta secundaria o preparatoria y consultar si cuentan con este seguro.
En caso de existir la opción, se debe identificar el costo, ya que no todas las escuelas incluyen esta opción en la colegiatura sino que es adicional.