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Finanzas Personales

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Si haces dieta, no arriesgues tu bolsillo

Comer mejor puede resultar un reto para todos, sin embargo, no caer en dietas mágicas, buscar los mejores precios para comprar los alimentos y ser guiado por un especialista son aspectos importantes para cuidar tu salud y tus finanzas.

En la búsqueda constante por mejorar nuestra calidad de vida, la dieta juega un papel fundamental. Más que simplemente satisfacer el hambre, lo que comemos afecta directamente nuestra salud física y mental. Desde la prevención de enfermedades hasta el mantenimiento de un peso saludable, una alimentación balanceada proporciona los nutrientes esenciales que nuestro cuerpo necesita para funcionar óptimamente.

México se caracteriza por ser uno de los países con más obesidad y sobrepeso del mundo, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), 41% de las mujeres adultas y 32% de los hombres adultos padecen obesidad. México es el quinto país con mayor porcentaje de obesidad.

Ante esto es importante mejorar nuestros hábitos alimenticios, sin embargo, se deben considerar la seguridad y la salud financiera al comenzar un régimen alimenticio diferente.

En México, ¿qué comemos?

Perla Zerón, psicóloga y nutricionista, refiere que, en México, los productos refinados son los más consumidos, éste tipo de productos normalmente poseen una calidad nutricional baja debido a que aportan al cuerpo humano calorías muertas.

La Ensanut señala que grupos de alimentos no recomendados como las botanas, cereales dulces y bebidas endulzadas son más consumidas cotidianamente por los adultos que alimentos recomendados tales como las leguminosas o los lácteos. Además, alimentos como frutas y verduras son consumidos en el día a día por menos de 50% de la población adulta.

Otro factor a considerar es el poco consumo de agua natural que prevalece en los hábitos alimenticios del mexicano, “El consumo de agua natural es súper deficiente, si necesitan tomar dos o tres litros de agua sólo toman uno, sin ella es imposible que se pueda eliminar la grasa que ingresa al cuerpo”, lamentó Perla Zerón.

Hacer dieta cuidando el bolsillo

“Un plan de alimentación debe ser único, debe ser personalizado porque hay alimentos que son o no compatibles con la genética de cada persona”, comentó Perla Zerón al referirse a la planeación antes de empezar una dieta.

El principal problema que advirtió fue que existen muchos defraudadores que prometen hacer bajar de peso en tiempo récord con planes mensuales o anuales y que, supuestamente, te incluyen suplementos, menús, medicamentos y seguimientos periódicos. Se debe tener cuidado con estas denominadas “dietas milagro”, pues además de costar dinero y tiempo al paciente, pueden llegar a poner en riesgo la salud.

En cuanto al costo, expresó que no es caro iniciar un plan alimenticio consultado por especialista, pues detalló que el rango de precios oscila entre 600 y 1,000 pesos, en promedio. Normalmente, un plan de este precio incluye un menú diario detallado sobre lo que se puede comer y a qué hora.

“Haciendo una comparativa, si tu compras una pizza te gastas 300 pesos, con eso puedes comprar pescado, aguacate, verduras, frijoles y tal vez te alcanza para preparar comida para más de un día”, explicó la experta, sin embargo, otros aspectos a considerar son el tiempo disponible para comprar y cocinar, y los gustos de cada individuo.

Comer mal sale más caro

Una mala alimentación conlleva riesgos adicionales al sobrepeso y la obesidad. Se pueden presentar enfermedades crónicas cómo la diabetes, la hipertensión, problemas renales, insuficiencia renal, problemas de tiroides entre otros.

“La mayoría de veces se acude a nutriólogos cuando ya tienen un síntoma o diagnóstico de alguna enfermedad y en varias ocasiones dejan los hábitos sanos cuando ya no notan los síntomas”,  expresó Zerón sobre la situación de muchos pacientes.

De acuerdo con expertos, invertir en una alimentación adecuada es lo ideal, pues una enfermedad crónica causada por problemas nutricionales resulta más costosa y muchas veces sólo es posible controlarlas y no curarlas.

Adoptar y mantener una dieta equilibrada no solo es una decisión inteligente para mejorar nuestra salud general, sino que también representa un compromiso con nuestro bienestar a largo plazo. Cuidarse asesorado por profesionales y con una estrategia definida ayuda a que las finanzas no se vean mermadas a corto y largo plazos.

emilio.argueta@eleconomista.mx

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